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20 años de Rubaiyat Madrid: nueva tradición, nueva generación de la familia y nuevo restaurante de la mano de Alejandra Pombo

Rubaiyat Madrid celebra dos décadas como icono de la parrilla elegante en la capital con una reforma integral firmada por Alejandra Pombo y el impulso de Diego y Víctor Iglesias, tercera generación de la familia, potenciando su esencia y concepto pionero en la capital. La Navidad es idónea para descubrirlo con fantásticos menús para grupos y un plan muy especial en Nochevieja

Hay lugares que no necesitan presentaciones con palabras. Es el caso del icónico Rubaiyat, donde basta con que hable el fuego, ese rumor cálido que ordena una sala académica, perfila una carta exquisita, marca los tiempos siempre perfectos y dibuja en el aire la memoria de un oficio. Veinte años después de su llegada a la capital, el famoso restaurante se mira en el espejo de la ciudad y devuelve una imagen aún más luminosa, más cercana a su esencia, con una reforma firmada por la reconocidísima Alejandra Pombo. 

En sus propias palabras, no pretende reinventar nada: afina, revela, pone a la vista lo que siempre estuvo ahí. Maderas nobles y tejidos naturales suavizan la luz; la parrilla se abre como escenario; la barra invita a demorarse, la imponente bodega retoma protagonismo… Y la tercera generación, Diego y Víctor Iglesias, toma el testigo con la naturalidad de quien ha crecido entre brasa y sobremesas eternas: más transparencia, más hospitalidad, el mismo respeto por la crianza propia y por una carta que ha creado escuela. No hay nostalgia, hay continuidad. Lo que cambia es la manera de contarlo: la ciudad de hoy, los códigos de hoy, la misma columna vertebral de siempre. Rubaiyat vuelve a decir lo de siempre con voz nueva: del campo al plato, del fuego a la mesa, con Madrid  como destino y punto de partida.

Un interiorismo que ilumina el fuego

La actualización del espacio nace de una premisa clara: “no cambiar lo que funciona, sino mostrarlo mejor”, asegura Pombo. El proyecto dialoga con la memoria gaucha del grupo y compone un paisaje doméstico y elegante de maderas nobles, tejidos naturales y luz cálida, con apliques y murales que evocan las haciendas familiares. La parrilla, más abierta a la sala, vertebra la experiencia desde el primer paso: se ve, se escucha y se huele. El recorrido invita a quedarse —mesas redondas, bancos tapizados, pequeñas estancias que alargan la sobremesa— y se remata con una barra de bienvenida y la ya famosa terraza-jardín acondicionada para todo el año. “Actualizar sin perder el alma: esa ha sido la brújula de Rubaiyat Madrid”, resumen desde la casa. Y esa brújula apunta siempre al mismo norte: “Queríamos que el fuego se sintiera aún más cerca del comensal; que la casa mostrara su corazón”, detallan Diego y Víctor Iglesias. 

Cocina de parrilla: continuidad en los clásicos, foco en el producto propio

Rubaiyat no entiende el fuego como una moda, sino como un lenguaje. La carta preserva la columna vertebral que le dio fama: cortes de Angus y Wagyu a la brasa —picaña, bife de chorizo, baby beef, solomillo, entraña y grandes piezas para compartir como tomahawk o T-bone—, un steak tartar preparado al gusto o una hamburguesa de wagyu que honra el producto de crianza propia. El arranque mira a Brasil con molleja en rejilla, chorizo criollo o dados crujientes de tapioca, y la liturgia de la mesa se acompaña con guarniciones convertidas en señas de identidad, como las patatas soufflé o el arroz “Biro Biro”. También hay espacio para el mar —chipirón de anzuelo, besugo o lenguado trabajados a la llama— porque el fuego, aquí, no entiende de fronteras. El resultado es una cocina directa y elegante, donde la técnica está al servicio del producto y el producto al servicio del comensal.

Relevo generacional sin perder la memoria

La nueva etapa llega con Diego y Víctor Iglesias al frente del día a día, en una transición natural. Ellos son los responsables de continuar en Madrid, como en todo el grupo, esa hospitalidad cercana, la transparencia en sala y un relato real que reivindica trazabilidad y crianza propia. “El proyecto no cambia lo que somos; ilumina nuestra historia para que el cliente la viva desde que entra”, explican. 

La continuidad no es inmovilismo: es respeto por el legado de la casa fundada en São Paulo en 1957 y adaptada a los códigos de hoy. De la finca al plato, del campo a la mesa, con la parrilla como idioma común. 

Rubaiyat Madrid fue pionero en introducir en la capital el discurso que hoy muchos reclaman: producto de origen, cortes que fueron pioneros mirando a Brasil y Argentina sin perder de vista lo patrio, una sala que entiende la parrilla como espectáculo cotidiano y un servicio afinado con rigor de alta escuela. Dos décadas después, la casa celebra el camino recorrido sin nostalgia, con este interiorismo cálido que renueva códigos y una cocina que permanece fiel a aquello que la convirtió en referencia. “Madrid exige mucho y regala más”, afirman los hermanos; Rubaiyat responde redoblando su compromiso con la ciudad para los próximos veinte años.

Rubaiyat Madrid

Calle de Juan Ramón Jiménez, 37. Madrid

Tel. 913 59 10 00

Precio medio: 65 euros

www.gruporubaiyat.com/es/