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En el Día del Padre, regala sabiduría en forma de vino


El Viejo de Matsu representa la plenitud, el conocimiento de quien ha trabajado la tierra durante años. Nace en viñedos centenarios, algunos prefiloxéricos, cultivados según la tradición de la D.O. Toro de no interferir en los procesos naturales. El vino perfecto para los padres más winelover.

Cada año, el mismo dilema cuando se acerca el Día del Padre: “¿qué le regalo?”. Y es que nuestros padres suelen ser difíciles de sorprender, sobre todo si no queremos caer en los tópicos, porque de corbatas y perfumes ya andan sobrados. Por eso, la propuesta para este año es una recomendación enológica de lo más original: El Viejo, un vino que supone la esencia de Bodega Matsu, proyecto de viticultura sostenible ubicado en la D.O. Toro (Zamora).

Matsu representa un recorrido por el paso del tiempo a través de varias generaciones dedicadas al viñedo, cuyos rostros protagonizan las etiquetas de los cuatro vinos de la bodega. ‘El Pícaro’, ‘El Recio’ y ‘La Jefa’ acompañan a ‘El Viejo’ encarnando distintas fases de madurez vital, que se reflejan también en los vinos. Todo un homenaje a las familias de viticultores de Toro. El Viejo es el que procede de las viñas más antiguas y sabias de Matsu, cepas centenarias, en algunos casos plantadas antes de la invasión de la filoxera, que se cultivan bajo condiciones climáticas extremas. El resultado, tras una elaboración respetuosa y de mínima intervención y un paso por barrica de 16 meses, es un vino extremadamente complejo, elegante e intenso.

Puedes conseguirlo en la tienda online de la Compañía de vinos Vintae, impulsora del proyecto. Tiene un PVP de 37,50€ y si quieres quedar todavía mejor, puedes elegir el formato magnum, perfecto para compartirlo con él en familia(PVP 75€).

Matsu, una bodega de Vintae

Vintae llegó a Toro en 2005 desde Rioja, donde la compañía tiene su bodega fundacional y varios proyectos vitivinícolas en marcha. Allí encontró una de las razones para instalarse y comenzar a elaborar vinos: sus viticultores, hombres y mujeres con apego emocional a la tierra, a la que han dedicado esfuerzo, sabiduría, respeto y sacrificio durante generaciones. Fueron ellos, los viticultores, los que insuflaron de vida al proyecto de Matsu y quienes siguen siendo su leit motiv: un canto a la gente rural, que permanece en el campo y mantiene vivas las labores agrícolas que permiten tener viñedos centenarios, fruto de un cuidado que se ha perpetuado durante generaciones.