Halloween y el Día de Todos los Santos se dan cita en La Posada del Dragón con dos experiencias diferentes que buscan reinventarse y adaptarse a los nuevos tiempos desde la tradición tanto anglosajona como nacional.
Aunque, para muchos, Halloween es una excusa para disfrazarse y comer caramelos, se trata de una tradición importada de otra cultura que nada tiene que envidiar a tradiciones propias de nuestro país. Entre fantasmas, calabazas, brujas y vampiros, no hay que pasar por alto que es la víspera del Día de Todos los Santos, festivo nacional en España, con unas costumbres que están muy lejos de vivir una noche de terror. La Posada del Dragón y su restaurante La Antoñita se suman a las celebraciones del 31 de octubre y 1 de noviembre con una reinterpretación de ambos días para todos los gustos. Tradición a la mesa La semana del 1 de noviembre La Antoñita honra a todos los santos con un menú tradicional, a base de ingredientes de temporada y una reinterpretación del dulce más típico de este día: los huesos de santo. El huesón de Santa Antoñita es una versión más moderna del típico dulce madrileño, elaborado con masa de hojaldre en lugar de mazapán, que se sirve en tamaño XXL, acompañado de helado de vainilla y ganache de chocolate. El broche de oro a tres platos especialmente diseñados para disfrutar en familia y recordar a los seres queridos. |
Entrante Coliflor con salsa de pimientos y aroma de chocolate
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Plato Principal (a elegir) Secreto Ibérico con Puré Rústico de Calabaza Pico de Gallo Bacalao Confitado con Sambal de Tomate
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Postre Huesón de Santa Antoñita |
Una noche entre el cielo y la tierra Una noche en la habitación más sobrecogedora de La Posada y, probablemente, de la capital. El hotel está encima, literalmente, de uno de los tramos mejor conservados de la muralla cristiana de Madrid, permitiendo al huésped viajar en el tiempo y conocer los cimientos de la capital sin salir de la cama. En torno a una antigua corrala, se encuentra la habitación con suelo acristalado que deja ver la antigua muralla de la capital y, con ella, imaginar las leyendas y misterios enterrados en esos muros. En este rincón no es necesario recurrir a un disfraz de miedo o películas de terror para vivir la noche del 31 de octubre. Basta con dejarse llevar por la imaginación y soñar con las batallas que un día se libraron bajo ese suelo acristalado. |
El menú incluye: Pan, Copa de Vino, Tinto: Vivir sin Dormir, Blanco: Eidosella Precio por Persona: 25,90 € (IVA incluido) Disponible del 30 de octubre al 5 de noviembre. La noche de hotel incluye: Alojamiento y Desayuno Buffet para 2 personas. Bebida de Bienvenida a la llegada. Precio por noche: 119 € Consultar disponibilidad. Sobre La Posada del Dragón Lo que hoy conocemos como Posada del Dragón, fue a comienzos del siglo XVI, una Alhóndiga (granero municipal, lugar de almacenamiento del Pan y donde también se regulaba su distribución y venta). Fue propiedad de la Villa de Madrid y se remonta a la época de los Reyes Católicos. La Posada del Dragón debe su nombre al mítico dragón que estaba situado en piedra sobre la Puerta de Moros. Fue construida como casa de huéspedes en 1868 por el arquitecto Francisco de Cubas, Marqués de Cubas. Forma parte de un edificio histórico protegido. El edificio es una corrala del siglo XIX, en cuyo interior se encuentran restos de la muralla cristiana, una bañera de mármol, un pilón-abrevadero y una escalera de madera. A finales del siglo XIX el edificio original fue demolido y reconstruido en 1910, donde empezó a conocerse como alojamiento para comerciantes del Rastro y proveedores del cercano mercado de La Cebada. En aquella época, era tal el trajín de viajeros, que las compañías de postas y diligencias establecieron las paradas de sus carruajes, y con el tiempo, de autobuses, en esta Posada. Actualmente, La Posada del Dragón ha recuperado su actividad y se ha convertido en un Hotel de exclusivo diseño y estilo singular con propia personalidad. |