El respeto por el entorno en el que se ubica, el Desfiladero de los Gaitanes, ha llevado a este local a poner la acción climática en el centro de su modelo de negocio, garantizando así la sostenibilidad económica, social y medioambiental
El complejo turístico La Garganta se sitúa en lo que a principios del siglo XX fue una fábrica de harina. Ello le confiere un sabor añejo que transporta al visitante a la época en la que el ritmo de vida era más pausado, en la que el desarrollo industrial respondía al desarrollo local, en la que el ser humano actuaba respetando las necesidades de la naturaleza.
El hecho de estar ubicado en el Desfiladero de los Gaitanes, donde se encuentra el Caminito del Rey, es sin duda uno de los responsables de este carácter. Pero también lo es el firme compromiso que los responsables de este negocio familiar mantienen con el entorno. Ello les ha llevado a implementar un total de 59 acciones de reducción de CO2. Por eso, se han convertido en el sexto Caso de Éxito de Hostelería #PorElClima.
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Un sistema de reutilización de agua, aprovechando el sobrante de los lavabos en las cisternas del baño; el uso de placas solares para la obtención de agua caliente sanitaria, o la instalación de sensores de luz que detectan automáticamente la intensidad y desconectan los sistemas de iluminación si hay suficiente luz natural son sólo algunas de las medidas que La Garganta ha implantado para reducir su impacto. Una responsabilidad que comparten, incluso, con sus clientes, a quienes involucran con gestos como la separación de los residuos en los contenedores correspondientes.
Todo ello les ha llevado a desarrollar una propuesta en la que sostenibilidad medioambiental y económica van de la mano. De este modo, han logrado, además, hacer frente a la problemática de la España vaciada poniendo en valor el patrimonio histórico y natural de la zona y favoreciendo su desarrollo local.