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La última mentira de Nutriscore: califica el mismo producto de forma distinta según el supermercado que lo venda


Cada vez son más las polémicas que rodean al autodenominado “semáforo nutricional” de Nutriscore. Los expertos señalan que las calificaciones de muchos productos están adulteradas y denuncian casos en los que lo único que cambia en la venta de dos productos idénticos es el supermercado comercializador. Todo vale en un sistema que, aunque pretende destacar a los alimentos saludables, se ha convertido es una auténtica mentira para los consumidores.

Nutriscore nace con el objetivo de facilitar la compra de los consumidores, permitiéndoles conocer fácil y rápidamente el rango de calidad nutricional de cada producto con un sencillo “semáforo” de cinco colores asociados a letras. Pero la realidad es muy distinta.

Países como Italia o Rumanía (desde este mayo) ya han prohibido que este semáforo implantado en gran parte de Europa figure en el etiquetado de los productos comercializados. ¿El motivo? La doble vara de medir que han detectado en sus calificaciones; ya que en muchas ocasiones perjudica a los productos locales frente a los titanes internacionales de la industria de la alimentación.

Pero esta discriminación solo es la punta del iceberg. La polémica contra Nutriscore se ha recrudecido en España después de que varios expertos denunciasen a través de las redes sociales de la firma de referencia en el ecommerce de fit-food saludable, FITstore.es, cuatro nuevos casos graves en los que el medidor demuestra ser injusto y debería ser baneado. Las redes no están tardando en viralizar y los consumidores expresan su enojo ante la manipulación por un sistema medidor que parece solo contentar a unos pocos.
 

El punto de venta importa para Nutriscore

¿Puede tener una mejor calificación un producto con peores valores nutricionales que otro con mejores cualidades? La respuesta lógica sería no, pero los expertos han destapado casos donde Nutriscore valora varias cremas de cacahuetes en función de quién lo vende y no de sus características. Existen 2 tipos de cacahuete: los de Nutriscore C de Alcampo y los de Nutriscore A de Carrefour. Sin embargo, los Nutriscore C tienen la mitad de hidratos, un 25% menos de azúcar y un 17% más de proteína que el comercializado en Carrefour. Si bien es cierto que los valores nutricionales pueden variar en función del origen de la materia prima, califica el mismo producto de forma distinta según quién lo venda.

Engañar con maltitol

El estudio presentado por FITstore.es también incide en cómo Nutriscore es fácilmente alterable únicamente cambiando el azúcar por maltitol para disparar sus calificaciones de insuficientes o mediocres a excelentes. Para ello presentaron multitud de ejemplos, como las barritas de cereales de Carrefour anunciadas como 0 azúcares y con calificación de A que utilizan un mayor porcentaje de maltitol que sus homólogas elaboradas con azúcar, cuya valoración se cae a C.

Este caso también se produce con las cremas de untar y galletas de Avena Dukan, que utilizan maltitol y reciben un A, a pesar de que sus valores nutricionales son prácticamente idénticas a las de Carrefour, valoradas con D.

El problema radica en que el consumo de maltitol no es una alternativa saludable al azúcar. Según un estudio publicado en la Revista Gastroenterology, la absorción del maltitol llega a ser casi completa que la diferencia entre su aporte calórico y el del azúcar es mínima; por lo que los riesgos cardiovasculares y el impacto sobre el nivel de glucosa en sangre que acompaña al azúcar se reproduce en el maltitol.

Nutriscore está basado en un algoritmo extremadamente simplista muy fácilmente manipulable y con muchas luces y sombras. Lo que debería guiar a los consumidores para hacer una elección más interesante se ha convertido en una herramienta de marketing. Su ineficiente fórmula considera muy pocas variables para poder calificar un producto como saludable o no.” explica Luis Cañada, fundador de FITstore.es. Otro ejemplo revelado por los expertos es el de Dukanella, un producto que, a pesar de que está compuesto en un 50% por un edulcorante como el maltitol, recibe A de calificación.

¿Las almendras fritas son mejores que las tostadas?

Las críticas también conducen a que los expertos se pregunten cómo es posible que dos productos aparentemente iguales, con los mismos ingredientes, puedan ser calificados de forma totalmente contraria siendo el que peor calificación recibe mucho más interesante que el excelente. Paralelamente, los métodos de preparación parece que tampoco inciden en mejor valoración, siendo un mismo producto frito (con el aceite que sea) mejor valorado que uno horneado.
 

Blanquear productos poco saludables de las grandes marcas

Cabe recordar cómo hace pocas semanas salía la luz la táctica del famoso medidor para “blanquear” productos con exceso de azúcares utilizando una doble vara de medir al calificarlos como productos saludables. El post donde se detalla esta información, que no tardó en alarmar a cientos de usuarios, ejemplifica esta mala praxis en la calificación de Nesquik, que a pesar de estar compuesto en un 75% de azúcar, obtiene la segunda mejor valoración: B.

Tal y como detallan desde FITstore.es, y dejando aparte lo saludable o no que pueda ser un producto, la “trampa” que utiliza Nestle para conseguir esta calificación es que la medición se realiza sobre 13,5 gramos del producto aplicado sobre 200ml de leche. Es decir, no se valora el Nesquik, sino su consumo en unas condiciones determinadas que pueden distar mucho del consumo más habitual de un producto que encima está orientado a la alimentación de los niños. Esto choca directamente con el etiquetado de otros países como Chile, donde el sistema de sellos nacional advierte de ser un producto con exceso de calorías y azúcares.