• El IoT permitirá cadenas de suministro más seguras, ciudades inteligentes y entornos rurales optimizados. • Según UnaBiz, en 2026 el IoT será estratégico para cumplir con las normativas, reducir emisiones y mejorar la competitividad empresarial
La digitalización se ha consolidado como un factor determinante para el impulso de sectores tan diversos como el agroalimentario, el industrial o el sanitario, así como para la creación de edificios y ciudades más sostenibles.
En este contexto, el Internet de las Cosas (IoT) se perfila como una tecnología clave para impulsar la eficiencia, la automatización y la economía circular en las organizaciones. Expertos de UnaBiz, integrador y proveedor global de servicios de IoT masivo, han analizado las tendencias y aplicaciones de esta tecnología para 2026.
Hacia una cadena de suministro totalmente conectada
En el sector logístico, la trazabilidad seguirá consolidándose como uno de los principales beneficios del IoT. A través de dispositivos conectados será posible localizar camiones, contenedores e incluso paquetes individuales desde el origen hasta el destino final, conectando todos los eslabones de la cadena de suministro: almacenes, vehículos y centros de distribución.
Esta visibilidad reducirá incidencias y retrasos, mejorará la seguridad y permitirá reorganizar las rutas de transporte en tiempo real. Además, en sectores como la alimentación o la industria farmacéutica, el IoT será clave para asegurar la calidad de los productos mediante sensores de temperatura y humedad en transporte refrigerado, evitando pérdidas por cortes de frío.
Refuerzo de la seguridad de las personas y los entornos
Tras un verano marcado por los devastadores incendios que sucedieron en nuestro país, la prevención frente a emergencias naturales debe ser una prioridad imprescindible en 2026, y la tecnología IoT será una aliada fundamental.
A través del despliegue de sensores, se podrán detectar cambios en la temperatura o la humedad, enviando alertas en tiempo real para actuar antes de que se desate un incendio. Esta capacidad predictiva ayudará a preparar recursos con antelación y brindar una mayor protección del entorno y de las personas.
Por otro lado, la prevención frente a virus y bacterias será igualmente prioritaria. Gracias a dispositivos y plataformas de visualización IoT, que recopilan datos en tiempo real sobre la temperatura de las instalaciones, será posible aplicar medidas eficaces para evitar enfermedades como la legionelosis.
Además, disponer de información continua sobre niveles de CO₂, humedad y temperatura contribuirá a mejorar la salud en entornos como guarderías y centros educativos, indicando cuándo se debe ventilar un aula y asegurando una correcta hidratación de los niños.
Edificios y ciudades cada vez más inteligentes
La Ley de Eficiencia Energética exigirá que todos los edificios nuevos sean climáticamente neutros a partir de 2030. Para lograrlo, la tecnología IoT será clave: la implementación de sensores, que recopilan datos de forma continua, permitirá anticipar fallos, monitorizar consumos y ajustar climatización de forma precisa, reduciendo las emisiones.
A esto se sumará el desarrollo de gemelos digitales, capaces de reproducir virtualmente infraestructuras con datos térmicos, estructurales y energéticos, así como el uso de inteligencia artificial para la automatización y mantenimiento predictivo.
En estos entornos urbanos, la sensorización de procesos, como la recogida de residuos, reducirá la huella de carbono e impulsará la economía circular, al notificar de forma automática cuando los contenedores llegan al límite de su capacidad.
Un desarrollo sostenible del entorno rural
La optimización de recursos críticos como el agua será una cuestión crucial para el sector agroalimentario. Según el Panel Internacional de Recursos, para 2030 la demanda mundial de agua superará la oferta en un 40%, lo que hace imprescindible un control preciso para revertir esta situación.
La incorporación de sensores conectados y sistemas IoT ayudará a optimizar el uso de los recursos, sin comprometer la eficiencia operativa. Gracias a contadores inteligentes y monitorización en tiempo real, esta tecnología también impactará en la salud animal al detectar, por ejemplo, enfermedades por patrones anómalos en el consumo de agua.
Además, contribuirá a la detección temprana de plagas mediante sensores ambientales, cámaras con visión artificial y trampas inteligentes que enviarán alertas inmediatas.
