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Al día

Santo Mauro reabre sus puertas convertido en el primer Hotel Luxury Collection de Marriott en Madrid

En un mundo en plena transformación, el emblemático Hotel Santo Mauro inaugura una nueva etapa, en la que ofrece una mirada optimista hacia la innovación y el futuro, pero sin perder ni un ápice de la personalidad única de la antigua residencia del influyente duque de Santo Mauro, que emana de su historia y su tradición y que dota de alma a este espectacular conjunto palaciego.

Con el objetivo de que este entorno exclusivo mantenga la lujosa tradición del centenario establecimiento madrileño, esta remodelación no sólo ha preparado un perfecto escenario para que sus clientes tengan la mejor percepción y relación con la ciudad, sino para que, además, atienda a sus gustos y necesidades con la más escrupulosa atención y que su estancia sea una auténtica colección de experiencias inolvidables.

Para ello, el hotel Santo Mauro, en un ejercicio de reflexión y autoconocimiento, ha mirado a su interior, a sus orígenes, para mostrar aquellos detalles capaces de potenciar esas virtudes decimonónicas que le distinguen de otras propuestas hoteleras de la Villa y Corte; para que alojarse en sus suites, comer en su biblioteca o disfrutar de un aperitivo en su envidiado jardín permita saborear pausadamente un lujo más propio de otros tiempos. No olvidemos que una de las aspiraciones de la nueva generación de viajeros sofisticados y cosmopolitas es alcanzar un auténtico sentimiento de pertenencia, sumergiéndose en las maravillas distintivas de cada lugar que visitan y sintiéndose tan cómodos y conectados como si estuvieran en su hogar.

Estos modernos viajeros esperan sustancia e historia, matizadas con un espíritu lleno de frescura que elige espontáneamente qué tradiciones se deben mantener y cuáles deben pasar al olvido.

Un hotel con personalidad
Historia

En la segunda mitad del siglo XIX, las transformaciones urbanísticas enfocadas en el desarrollo y ampliación de las ciudades más importantes de Europa dieron lugar a modernos ensanches con amplias avenidas, plazas despejadas, frondosos bulevares y recoletos jardines, que no sólo permitieron un crecimiento más sostenible y unas mejores condiciones sanitarias -gracias a las nuevas redes de alcantarillado, abastecimiento de agua y otros equipamientos-, sino que también les dotaron de la personalidad y el carácter que ha definido su identidad hasta nuestros días.

Para finales de siglo, Madrid, gracias al Plan de Ensanche realizado por Carlos Mª de Castro, había triplicado su espacio urbano con los nuevos barrios de Argüelles, Retiro, Salamanca y Chamberí, en los que comenzaron a proliferar gran cantidad de palacios construidos por la nobleza y alta burguesía. En este contexto, de acuerdo con la ley vigente para las edificaciones del Ensanche de enero de 1864 y con el clasicismo francés ya casi en desuso en la época, nacieron dos palacios emblemáticos en Madrid: el de los duques de las Estradas, en 1892, y el de su hijo, don Mariano Fernández de Henestrosa y Ortiz de Mioño, duque de Santo Mauro, en 1902. Ambos palacetes fueron proyectados por el arquitecto Juan Bautista Lázaro de Diego y levantados en la misma parcela de la manzana 187 del Ensanche, entre las calles de Almagro, Caracas y Zurbano.

El palacio de Santo Mauro fue residencia del duque y su familia, excepto durante un breve periodo de la Guerra Civil en el que fue confiscado, hasta que unos años más tarde, siempre con la familia ducal como propietaria y administradora, se destinó a labores diplomáticas como embajada de Rumanía, Canadá y Filipinas, sucesivamente. En 1989 fue rehabilitado, aunque conservando su diseño interior original y detalles únicos como la escalera modernista en el vestíbulo de entrada, el pequeño óvalo del patio, la antigua capilla y la biblioteca del duque. Nueve años más tarde, se unió al vecino palacete del conde de las Estradas para convertirse en el actual Hotel Santo Mauro, referente no sólo del confort, el lujo y la hospitalidad más tradicional en una de las zonas más aristocráticas y exclusivas de Madrid, sino de una forma de hacer hostelería de un modo artesano y pausado, un lujo sólo al alcance de los hoteles con alma.

Valores

El equipo humano del Santo Mauro pone cada día todo su empeño y su máximo cariño en hacer que sus clientes se sientan bien atendidos. Sin embargo, es su voluntad de reconfortarlos con pequeños detalles lo que convierte su labor en pura artesanía hotelera, en un vívido homenaje a los tiempos en los que el servicio de los palacios estaba a cargo del llamado ‘cuerpo de casa’, de cocineros, jardineros, camareros, personal de planta, mantenimiento… entre otros oficios. El hotel, comprometido con la excelencia, considera esta tradición como uno de sus principales valores de cara a sus huéspedes.

En el pasado, sólo los privilegiados podían viajar por el mundo, cultivando su intelecto y sus conexiones sociales, mientras coleccionaban extraños y curiosos objetos de valor que utilizaban para decorar sus hogares, expresar su singularidad y sus intereses y entretener a sus invitados. En este mundo globalizado, el Santo Mauro mantiene viva esa experiencia para sus no menos privilegiados clientes, a través de su gabinete de curiosidades, prueba de su amor por la aventura, los viajes y el exotismo, surgidos al ritmo de los modernos medios de transporte nacidos con el siglo XX. Aquel espíritu, aún vivo en el hotel, sigue dejando pistas y guiños.

Pilares

El Palacio del duque de Santo Mauro fue gestado en el siglo XIX y alumbrado en el XX, lo que, una vez transformado en hotel con alma, le ha permitido encontrar asiento tanto  en el clasicismo decimonónico de su génesis como en el carácter inquieto, moderno e impetuoso surgido en los albores de la nueva centuria.

El resultado es que este renovado Santo Mauro ofrece una experiencia capaz de colmar las expectativas de los puristas de la tradición hotelera más clásica mientras son seducidos con propuestas innovadoras, y también dar satisfacción a los buscadores de nuevas perspectivas, de nuevas formas de disfrutar los tesoros de la ciudad, tentándoles con esa forma de ejercer la hostelería a la vieja usanza, con un ritmo pausado y plena atención a los pequeños detalles. Para ello, el hotel se sostiene sobre varios pilares diferenciales que aportan exotismo y singularidad a su propuesta, como su declarada intención de colmar a sus clientes a través de todos sus sentidos.

Música

La propuesta musical, que convierte al Santo Mauro en un hotel con banda sonora, es uno de los pilares de esta tradicional y, a la vez, innovadora forma de entender la hostelería, ya que su objetivo es acompañar cada estancia o visita al hotel con las melodías más adecuadas, independientemente del género o el estilo, para ofrecer un fondo perfecto en cada momento del día. Para ello, el hotel ha recurrido al director artístico y reconocido músico y compositor Lucas Vidal, que ha comisariado la ambientación musical del hotel, una selección vibrante, cosmopolita y contemporánea en la que también tienen cabida actuaciones en vivo, una experiencia auténtica e inmersiva con la que estimular y mimar a todos sus huéspedes.

 

 

Gastronomía

La propuesta gastronómica del renovado Santo Mauro también se considera uno de sus pilares de su experiencia, ya que el paladar es una de las vías de acceso más permeables para este original espíritu que impregna la nueva etapa del hotel. El reconocido chef Rafa Peña ha elaborado una experiencia a base de platos de temporada. Desde la calidad de los ingredientes frescos hasta la presentación final del plato, ningún detalle es demasiado pequeño, por lo que resulta casi imprescindible complementar cada comida con los excepcionales vinos seleccionados por el sommelier.

Jardín

Bajo la dirección del paisajista Fernando Valero, la belleza natural de este recoleto y único oasis urbano, complementada con sus árboles históricos, invita a la relajación, la reflexión y la revitalización y a recuperar costumbres tradicionales capaces de encajar en nuestro estilo de vida y enriquecerlo.

El concepto básico del trabajo de paisajista ha sido reconocer los valores y características que ya poseía el jardín, un ejemplo de residencia particular aristocrática de aire europeo. De ese modo, se han empleado elementos de la jardinería clásica, tales como tapices verdes, arriates , borduras, plantaciones alineadas… junto con un riguroso catálogo vegetal a base de violetas, magnolios, helechos y cycas del jurásico, rododendros, azaleas, olivos y laureles mediterráneos, árboles de Júpiter, bambúes sagrados y orientales, castaños de Indias, limoneros, boj, rosales trepadores ingleses, jazmines y algunas más, que intervienen como protagonistas y como reparto de lujo en el conjunto del jardín.

Experiencias
Momentos epicúreos
Jardín Secreto

Las posibilidades de este jardín, auténtica joya de la corona del palacio, como escenario y agente activo de experiencias, es extraordinaria. Este oasis en pleno centro de Madrid ofrece el escenario perfecto para todo tipo de momentos románticos, celebraciones grupales y cenas elegantes.

Vino y música

El hotel contará con momentos especiales centrados en encuentros alrededor del vino y de la música de diversos estilos, creando una atmósfera extraordinaria, estimulante y tranquilizadora que bien podría servir para resumir la singularidad de la experiencia Santo Mauro en sólo una tarde.


Cata de ibéricos

El jamón es quizá el mayor embajador de España reconocido en todo el mundo por su alta calidad y rico sabor. Sin embargo, conseguir el corte perfecto implica todo un ritual, por lo que el cliente también podrá disfrutar de una clase magistral mientras degusta una amplia variedad de productos ibéricos. Este recorrido íntimo e informativo por las tradiciones culinarias españolas es una de las experiencias más valoradas por los viajeros.

Destination discoveries
Walking map

A 20 minutos de…

Santo Mauro ofrecerá algo tan ancestral como moderno: caminar y vivir la ciudad. Se trata de una selección de lugares que se encuentran a menos de 20 minutos a pie de su habitación y que conforman rutas para descubrir Chamberí y alrededores. Hay pocas cosas más inspiradoras que caminar una ciudad.

Una selección de espacios y datos que los locales se cuentan al oído. Sugerimos platos para probar, regalos para guardar en la maleta o museos para recorrer sin prisa y sin colas. Todos ellos conectan con el espíritu del hotel: madrileño y mundano, discreto y con la autoestima alta.

Recorrido histórico por el Santo Mauro

No podemos pasar por alto la historia secreta del propio palacio de Santo Mauro y su legado. Por eso, dos días a la semana, se ofrecerá a los huéspedes la posibilidad de disfrutar de un exclusivo e íntimo recorrido por las dependencias del palacio, mientras se les ilustra con historias, anécdotas y secretos de la familia ducal y de la época en la que el palacio alojó diversas embajadas. Esta mirada al pasado concluye con una degustación del cóctel favorito del duque, que ayudará a los huéspedes a contextualizar la visita y a estrechar lazos con esta ubicación única.


Testimonio de los colaboradores

Lorenzo Castillo, interiorista

“Desde mi época de estudios de Arte en la Universidad, siempre tuve especial interés por la historia de Madrid y de su arquitectura, y muy especialmente de la arquitectura nobiliaria y aristocrática, ya que esta había desaparecido en gran parte por la especulación de mediados del siglo XX.

Al darme la oportunidad de poder decorar este único y magnífico ejemplo de palacio francés estilo Luis XVI, podía poner en práctica el sueño de recuperar el esplendor de lo que habrían sido sus interiores, adaptados, eso sí, a la vida y usos modernos de un hotel de lujo del siglo XXI.

En mi proyecto quise enfatizar la diferencia de estos espacios con una marcada diferencia de la decoración, tal como ocurría en la época. En el Salón Chino concebí una mezcla de todas las influencias orientales mezcladas entre sí.

La biblioteca original del palacio, enteramente realizada en roble francés, y de estilo Luis XV, se modernizó con una iluminación más cálida, rosa empolvado, también muy propio de la época prerrevolucionaria, y se diseñó para este espacio un mobiliario más anglosajón.

El bar es un salto en el tiempo y como ocurría en estas casas muchas veces, la moda imperante en el momento dejaba su huella. Por eso quise darle ese toque Art Deco neoyorquino, como si la familia de la casa hubiera deseado modernizarse, y decorar junto a la biblioteca un espacio para bar, y en su momento algo muy habitual, fumador para los caballeros.

Las nuevas suites reflejan también esta mezcla de influencias tan características del siglo XIX, época de viajes, descubrimientos y alardes, tanto estéticos como técnicos. Así, a cada una quise darle una marcada personalidad, que es única y no se repite en ninguna más del palacio”.

Fernando Valero, paisajista

“El concepto básico del trabajo de paisajismo empleado ha sido el de reconocer los valores y características del jardín que ya poseía por tratarse de un gran ejemplo de residencia particular aristocrática de aire europeo transformado en hotel público.

Cada jardín o lugar tiene su propio genius loci que lo protege. Cuando acepté el trabajo me encontré con un jardín en el que las múltiples y diferentes intervenciones ejecutadas a lo largo de los años estaban amontonadas unas sobre otras. Seleccioné aquellas que me resultaban válidas y prescindí de aquéllas que lo emborronaban, procurando retomar el transcurso del “propio tiempo” del jardín, y no al revés, para conseguir un resultado que brindase limpieza y serenidad.

Se han empleado elementos de la jardinería clásica, tales como tapices verdes, arriates, borduras, plantaciones alineadas, celosías, setos, pabellones, pantallas vegetales, algún árbol nuevo, macetas diversas, pavimentos con tratamientos y materiales tradicionales, suelos enarenados… junto con un riguroso catálogo vegetal a base de violetas, magnolios, helechos y cycas del jurásico, rododendros, azaleas, olivos y laureles mediterráneos, árboles de Júpiter, bambúes sagrados y orientales, castaños de Indias, limoneros, boj, rosales trepadores ingleses, jazmines y algunas más que intervienen en el conjunto del jardín.

Señalo mi afán en este trabajo, en el que he pretendido devolver a Madrid un espacio común que trasmita algo de aquello que escribió Pedro Soto de Rojas: “Paraíso cerrado para muchos, jardín abierto para pocos”. Espero, junto con todos los compañeros que hemos intervenido en este proyecto que aquí se presenta que lo hayamos conseguido”.

Pedro Monjardín, director creativo del vestuario 

“Para diseñar el vestuario del Santo Mauro nos hemos salido del tiesto y hemos hecho unos uniformes totalmente a la medida. No hay nada de catálogo, son únicos, con patrones específicamente hechos para el Santo Mauro. Para realizarlos hemos contado con productores y patronistas locales, y, en la medida de lo posible, con un enfoque artesanal. Hemos optado por materiales naturales, por durabilidad y calidad, como lanas frías, que son muy polivalentes para invierno y para verano, algodones y alguna prenda algo más sintética para personal de planta. No te puedes olvidar de que son uniformes y tienen que cubrir ciertas necesidades prácticas y de lavado, por lo que, a la hora de desarrollar los patrones, se ha tenido mucho en cuenta la funcionalidad. Y es esta funcionalidad, esta apuesta por lo local y esta mirada artesanal la que ha marcado el diseño de estos uniformes inspirados en los años 20, la época de la liberación salvaje de la mujer y una época perfecta para inspirarte si buscas esa funcionalidad, porque el patrón años 20 sienta bien en general y no aprieta.

Para los detalles, hemos recurrido también a la artesanía, como puede comprobarse en los delantales multibolsillo de trabajo para mantenimiento, diseñados por un sastre experto desde años en denim. Sin embargo, no hemos renunciado a la tecnología, realizando algunas piezas con impresora 3D, como los delicados broches diseñados por Elena Roner, que incorporan los colores corporativos del hotel para identificar diferentes funciones y categorías profesionales.

María Covarrubias, arquitecta especializada en light design

“La luz al ser algo intangible, hace que tengas que trabajar al máximo la imaginación, para lograr dibujar con luz en la mente y luego proyectarla. Siempre ha sido una obsesión, que, calibrada a través de la intuición, se convirtió en pasión.

El Santo Mauro es, desde siempre, una maravilla de lugar. El proyecto ha surgido y se ha realizado de una manera muy natural, con el conocimiento y el saber de dónde estábamos actuando. De este modo, la iluminación se proyecta respetando la arquitectura existente y el carácter histórico del palacio, dibujando con luz la arquitectura del alzado, enfatizando los vanos y los detalles arquitectónicos y estableciendo una conexión entre el exterior el interior a través de la luz dorada, creando así un equilibrio lumínico en su totalidad. El jardín se plantea como una acuarela, resaltando el colorido de la plantación, eligiendo qué se ilumina y qué se deja en sombra, generando un juego de contraluces para ir descubriendo el misterio de ese jardín secreto. En los castaños centenarios, la luz se filtra a través de las hojas, destacando los tonos más dorados en otoño e invierno. En el interior he utilizado luz artificial siempre indirecta para generar una atmosfera cálida y acogedora”.  

Rafa Peña, cocinero

“Hay que diferenciar entre los dos espacios principales de Santo Mauro a nivel de restaurantes: en la zona de salones, nos inspiramos en nuestro propio bar en Gresca, un wine bar abierto en el estilo de vino (convencional y natural). En cuanto a la comida, se ofrecerá en formato bistró, pero con un aire más finger, más mediterráneo y con temporalidad de producto siempre como guía. Para el comedor de la Biblioteca, a la carta, apostamos por un estilo más clásico, con platos de temporada como en la zona de salones, pero con una inspiración más palaciega y buscando mayor interacción con el personal de sala. El resto de restauración del hotel (room service, desayuno, brunch) mantiene el espíritu de la oferta anterior, buscando mejorar la calidad, presentación y el frescor del producto”.

Lucas Vidal, compositor musical

“Estoy feliz de poder formar parte del equipo del Santo Mauro, ya que su visión es muy musical y cercana a la gente. Es lo que más me gusta de su filosofía: hacer cosas bonitas, con gusto, con elegancia, pero con un punto diferente, con un punto orgánico e incluso un poquito gamberro y siempre manteniendo esta elegancia y este compromiso de compartir experiencias con la gente joven. Yo me siento muy afortunado de que quieran contar conmigo para llevar toda la dirección musical, porque estoy seguro de que la música es un elemento indispensable en el hotel.

La intención de este proyecto para el Santo Mauro es intentar que la música conecte con los clientes y que se integre en el ambiente del hotel, del mismo modo que la iluminación, la estética y demás. Todo esto lo convertiremos en unas playlist a la medida, que se irán actualizando cada poco tiempo y que esperemos estén muy de acuerdo con los gustos de los clientes”.