Su producto estrella, no obstante, es la trufa. Tierra de Trufa se inspira en restaurantes como el famoso Chez Bruno, en Lorgues, un auténtico templo de la trufa. Por eso, de octubre a febrero, su carta se viste con las mejores trufas negras frescas y aromáticas , seleccionadas en Francia (Périgord) o en España (Teruel, Pirineo, etc). De diciembre a febrero, llega la trufa blanca de Italia. Fuera de temporada, la carta sigue incluyendo platos con trufa conservada, deliciosa pero sin la explosión de aromas de la fresca.
Como no podía ser de otra manera, los quesos y los vinos completan una despensa con D.O. francesa. Como es habitual en los bistrots, en el carro de quesos se ofrecen infinidad de variedades francesas diferentes cada semana: quesos de cabra, vaca, oveja, como Roquefort, Saint Marcellin, Comté, Coulommiers, Mimolette, etc. Siempre van variando en función de la temporada y la mayoría proceden de pequeñas explotaciones artesanales del sur de Francia seleccionadas meticulosamente. Completan la oferta, una amplia carta de vinos, con más de 60 referencias, donde Francia es la protagonista, junto con una escueta selección de vinos catalanes y españoles.
La deliciosa cocina de la grand-mère
La carta de Tierra de Trufa nace del recetario tradicional francés, sin sofisticaciones pero con producto fresco y excelente. Como entrantes, la mejor charcutería francesa, el foie mi cuit de la casa, la ensalada Niçoise con ventresca casera, las alcachofas confitadas con crema de foie y frutos secos o los petits farcis niçois (verduras rellenas de carne). Y tapas con trufa en bikinis, croquetas, tostadas...etc.
Entre los primeros, destaca el canelón casero relleno de foie, champiñones y trufa negra, el risotto de setas y trufas y la patata fondant con trufa negra.
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