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Mercancía aérea: anatomía de una carga en avión

España ha transportado hasta el momento más de 825.000.000 kg de mercancía comercial por vía aérea, aumentando un 2.7% esta cifra respecto al año pasado.

El avión se ha convertido en las últimas décadas en un medio esencial, no solo para el transporte de pasajeros, sino también para el de mercancías. Según los últimos datos proporcionados por AENA, la empresa encargada de gestionar los aeropuertos españoles, España ha transportado hasta el momento más de 825.000.000 kg de mercancía comercial, aumentando un 2.7% esta cifra respecto al año pasado.

El motivo del crecimiento del transporte aéreo de mercancías se debe a las numerosas ventajas que esta vía aporta. Por un lado, se trata de un medio de transporte rápido que permite monitorizar y gestionar la mercancía con gran facilidad y seguridad. A diferencia de los trenes o los buques de carga, los aviones comerciales pueden alcanzar una velocidad de 950 kilómetros por hora, lo que agiliza la cadena de transporte aérea. A su vez, no tiene limitaciones para acceder a lugares lejanos y tampoco cuenta con barreras físicas, ya que podemos realizar trayectos en un único viaje sin interrupciones a cualquier lugar del mundo.

Ahora, ¿cómo se gestiona la carga en un avión comercial?

Los aeropuertos se dividen en dos zonas principales, la de embarque de personas y la de mercancías. Aquellas zonas destinadas al embarque y desembarque de mercancías se conoce como centro de carga. Este espacio suele estar formado por plataformas, muelles y circuitos especialmente creados para facilitar el proceso de carga de mercancías.

La persona encargada de gestionar la carga y descarga de la mercancía en aeropuertos se conoce como agente handling: un agente externo que pertenece a una entidad privada distinta a la que gestiona el aeropuerto. También podría tratarse de un autohandling, es decir, un agente perteneciente a la propia compañía aérea. Su labor se comprende desde la llegada de la mercancía por carretera al aeropuerto, hasta su salida, por lo que también engloba la carga en el avión, así como las operaciones manuales y administrativas de por medio. Es lo que se conoce como proceso de carga.

En los procesos de importación se cotiza a cliente o con agente handling, que será el encargado de recoger la carga en el origen de destino. El agente contacta con el shipper en el destino de origen y gestiona el envío preparando la documentación y las aduanas, si procede. A su vez, buscan vuelos para enviar la carga al aeropuerto de destino. El agente handling debe verificar que el envío cumple con las normativas IATA (normativas relativas a las mercancías peligrosas) para dar seguridad tanto a los exportadores como a las aerolíneas. Una vez escogido el vuelo, el agente comparte toda la documentación de la carga y los vuelos con la empresa de logística responsable del envío. La empresa procede a preparar el proceso de despacho de importación para poder enviar la mercancía tan pronto llegue. Una vez la
Aduana autoriza el envío de la mercancía, se entrega esta al cliente.

Cuando se trata de un proceso de exportación, los pasos son muy similares. Una vez aceptada la cotización al cliente o agente, se procede a solicitar toda la documentación al cliente para poder buscar vuelos y preparar el despacho de exportación cuanto antes. Cuando se confirman los vuelos, se recoge la carga y se entrega en la terminal de Carga del Aeropuerto, donde se encargarán de almacenarla y gestionarla. En la Terminal de Carga es el Despacho de Exportación el que se responsabiliza del envío de la mercancía y el que prepara la mercancía para cargarla al avión y que pueda salir según los vuelos que se hayan reservado para el envío. Finalmente, se transfiere toda la documentación de la carga y los vuelos al agente handling para que pueda despachar y entregar la mercancía en el destino al cliente final.

En Intermodal Forwarding dispone de un servicio de logística para transporte aéreo para atender con la mayor eficacia y rapidez a sus clientes. “El proceso de carga es muy exigente y riguroso, ya que de este depende la satisfacción de nuestros clientes. Los agentes deben subir y bajar la mercancía del avión tanto en la zona de check-in, como check-out. Una vez la mercancía aterriza en su destino, esta debe ser trasladada cuidadosamente a la zona de almacenaje de cargas de la terminal, donde se comprobará una vez más el correcto estado de la mercancía. De esta manera, nos aseguramos de que el transporte se ha realizado exitosamente” Juan Francisco Lanzas, responsable del departamento aéreo de Intermodal Forwarding.

En definitiva, el transporte aéreo de mercancías está adquiriendo un papel fundamental en el comercio internacional, por lo que empresas dedicadas a la logística de estos medios, deberán anticipar y adaptar sus servicios a las necesidades y cargas que los clientes demanden en el futuro.


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