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¡Manchego, córtate un poco! Dehesa de Los Llanos y Cuchillos Arcos revolucionan el corte tradicional


Dehesa de Los Llanos y Cuchillos Arcos revolucionan el corte tradicional del queso manchego. Dos empresas con tradición, historia y productos de excelencia dispuestas a demostrar que hay vida más allá del clásico corte triangular.

Los maestros queseros de Dehesa de los Llanos, un marquesado con raíces desde el siglo XVII, iluminan el camino: los productos de esta firma tienen tal calidad, que admiten gran versatilidad en los cortes. Pero no hay corte posible sin cuchillos e instrumentos de alta precisión, como los que fabrica Arcos desde 1734. Los mejores aceros para los mejores quesos.

Una propuesta rompedora entendiendo el consumo de queso de una manera novedosa, divertida y que permite profundizar en las posibilidades de nuestros quesos. Con otra mirada y otras técnicas.

Desmontando mitos en el corte del Manchego

La girolle que inventó Crevoisier para los quesos suizos, producirá las primeras flores de manchego de Media Curación Dehesa de Los Llanos. Una delicia para el paladar que nos permitirá disfrutar del nuevo queso de siempre. La flor orea este queso de textura cremosa y lo convierte en un bocado etéreo que permite descubrir nuevos matices y sensaciones.

Para el mejor queso del mundo, el Gran Reserva de Dehesa de los Llanos, premiado a lo largo y ancho del mundo, reservamos el instrumento perfecto salido de la fábrica: La punta, que se emplea para los quesos italianos y ayudará a partir los bloques del manchego en pequeñas porciones irregulares dejando ver los estratos de un queso perfecto con nueve meses de curación. Su perfil aromático e intenso y su elegancia se amplían con este tipo de corte y se quedan a vivir en el paladar.

La clásica espátula convertirá cada lámina del Curado Dehesa de los Llanos en un homenaje al sabor de la dehesa, al queso de toda la vida. Su textura se abrirá al paso por la espátula despegando matices desconocidos hasta ahora.       

¿Un rallador para un manchego? Sí. Para degustar como merece una de las partes más sabrosas y de mayor concentración de sabor: la pleita, parte vertical marcada por un trenzado en la corteza. El falso mito sostiene que la corteza del queso no se come. Las condiciones higiénico-sanitarias en las que se curan los quesos de Dehesa de Los Llanos, los mohos naturales que colonizan la corteza, así como el cepillado exhaustivo con aceite de oliva virgen extra de los olivos de la finca, garantizan la plenitud de su consumo. La corteza concentra los sabores multiplicados por dos.

Porque el queso es vida. Porque hay vida más allá de la cuña.

¡Manchego, córtate!