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Al día

HUEVO HILADO. UN MANJAR CON HISTORIA

La aparición del Huevo Hilado, una hebra de yema de huevo muy jugosa gracias al almíbar, se remonta al imperio bizantino (S.XI). Bizancio fue maestra en el arte de cocinar inventando, no sólo el huevo hilado, también, nuevas técnicas culinarias y utensilios, como la cuchara y el tenedor. Encontramos por primera vez su mención en los llamados “libros de régimen”, donde se recogían recetas para una dieta sana.

La repostería bizantina fue prodigiosa. En su seno nació lo que hoy conocemos como huevo hilado, al utilizarse en la preparación de las llamadas "barbas del monje". El huevo hilado se montaba sobre un bizcocho redondo y borracho, relleno de frutas, almíbar y pastas de hierbas de olor.

Posteriormente, se conocen usos del huevo hilado en los siglos XVI y XVII; toda una época de “renacimiento gastronómico” y máximo esplendor en la cocina.
 
Santa Teresa, una empresa española consagrada a la buena gastronomía, cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XIX, recogió el testigo, y durante mucho tiempo ha venido elaborando el huevo hilado de manera artesanal. Sus ingredientes han sido siempre los mismos: yema de huevo fresco y azúcar; sin conservantes ni aditivos; con total asepsia en su elaboración; y con la misma materia prima de las famosas yemas que dan nombre a la empresa SANTA TERESA.
 
El producto gozaba tradicionalmente de 10 días de vida útil. En la actualidad, tras un intenso trabajo de I + D, Santa Teresa  lo envasa en atmósfera protectora, logrando ampliar el plazo de caducidad a dos meses. Se presenta en formato de 100 gramos.
 
EL HUEVO HILADO, IMPORTANTE FUENTE DE ENERGÍA
 
El huevo ha sido siempre una gran fuente de proteínas, que se encuentran en la yema junto con los lípidos y los minerales del huevo. El huevo hilado sólo es yema y azúcar, constituyendo por eso también una importantísima fuente de energía.
 
El huevo ha jugado tradicionalmente un papel esencial en la dieta, en sus múltiples usos como ingrediente básico en la cocina. Si bien durante los años 70, y casi hasta nuestros días, hemos asistido a recomendaciones de restricción en la ingesta de huevo por su aporte de colesterol, recientes estudios demuestran los efectos beneficiosos del huevo para la salud: alto aporte de Omega-3 y de ácidos grasos no saturados (colesterol “bueno”). Los huevos proporcionan así una proteína de fácil digestión y gran valor nutricional.
 
El huevo hilado es, por otra parte, una de las formas más sabrosas y divertidas de tomar huevo. A los niños es a los que más les gusta; y, además, les divierte: pueden “cocinar” con huevo hilado, ayudando a decorar con el producto la mesa de Navidad.