Al día

El Hostal de San Marcos abre sus puertas con el patrimonio histórico restaurado y nuevos espacios


El Parador de León abre de nuevo sus puertas tras tres años de reforma integral con categoría de 5 estrellas y 51 habitaciones. Se trata del proyecto hotelero más importante acometido por Paradores de Turismo desde 2010 y que ha supuesto la total renovación del Hostal de San Marcos, uno de los establecimientos más emblemáticos de la cadena hotelera pública. Con esta reapertura León recupera una de sus mayores joyas, restaurada y rehabilitada. El Hostal de San Marcos luce en todo su esplendor devolviendo a la ciudad del Bernesga al epicentro turístico, económico y cultural.

Se trata de uno de los establecimientos más emblemáticos de la cadena hotelera pública. Para el presidente de Paradores, Óscar López, “la reforma era más que necesaria. El Parador era una maravilla y ahora va a ser aún mucho mejor”. La profunda remodelación permite que el Hostal de San Marcos mantenga su categoría de 5 estrellas y López está convencido de que “la reforma hará que todos los leoneses y todos los españoles estén orgullosos del Hostal de San Marcos”.

Un proyecto de la arquitecta
Mina Bringas ejecutado por FCC

El Parador de León cerró al público hace tres años, en diciembre de 2017, para someterse a la reforma integral de sus instalaciones con el fin de adecuarlas a las nuevas demandas turísticas. La reforma ha resultado muy delicada por la tipología del edificio. Desde su inicio surgieron diversas complicaciones que obligaron a adaptar el proyecto arquitectónico a la realidad estructural. En los primeros meses de la obra, se constató un nivel freático mucho más alto del estimado que implicó modificaciones en la cimentación y también la adopción de nuevas soluciones constructivas. Además, tras el levantamiento de pavimentos en la planta baja aparecieron restos arqueológicos en distintas ubicaciones. El tratamiento de estos hallazgos obligó al análisis de la Comisión de Patrimonio competente y a la adopción de las diferentes medidas dictadas por este organismo.

El Parador se dividía en dos espacios diferenciados: el Parador histórico, Hostal de San Marcos, y el edificio “moderno”, de los años 70. En un primer momento se decidió que la obra se dividiría en dos fases. FASE I: la reforma del edificio histórico y, FASE II: la construcción de un nuevo edificio para lo que se derribó el edificio moderno existente adjunto al histórico.

El proyecto elegido por concurso público fue el presentado por la arquitecta Mina Bringas y FCC la constructora adjudicataria. La idea central del proyecto de rehabilitación del Hostal de San Marcos -explica Mina Bringas- es “recuperar la volumetría original del edificio, un edificio de crujías perimetrales entorno a un patio. Se recupera ese espacio como corazón del edificio. Lo hemos denominado atrio en referencia a la domus romana que era el centro de la vivienda desde donde se distribuían todos los usos”. Para ello, se ha construido un atrio interior cerrado, pero con entrada de luz natural. Ahora, ese nuevo espacio recuperado acogerá la cafetería del Parador y, sobre él, colgado a gran altura, se podrá contemplar en todo su esplendor el espectacular techo de Lucio Muñoz, que ha sido restaurado. “El Parador contaba con esta impresionante obra de Lucio Muñoz que estaba ubicada en uno de los salones y a la que ahora se le ha querido dar protagonismo como coronación de este edificio”, señala la arquitecta.

Mina Bringas afirma que la intervención se ha realizado con total respeto al edificio histórico. Se ha hecho “con cuidado, siempre con actuaciones que no tocan los parámetros originales, reversibles en todos los casos y respetuosas con todo: con el material en sí mismo y con la volumetría de los espacios originales”.

Describe el interior del edificio como “un interior sobrio, con pocos materiales. No compite con el exterior”. Añade la arquitecta que se han empleado “principalmente la piedra natural, las maderas naturales y luego un color oscuro que a mí me trae un poco el aire monacal de un edificio de este tipo, con claustro, que ha tenido muchos usos, que ha sido convento u hospital”.

Parador Museo con obras magistrales

El cierre del establecimiento se ha aprovechado para restaurar algunas de las valiosas obras que atesora el Hostal de San Marcos. “Durante todo este tiempo las hemos preservado y hemos restaurado muchas de ellas. Ahora llega el momento de exponerlas para que todo el mundo pueda disfrutar de ellas”, asegura el presidente de Paradores.

El Parador de León exhibirá unas 500 obras de arte que se han ubicado preferentemente en zonas comunes para que puedan ser disfrutadas tanto por los clientes alojados como por los visitantes. Paradores encargó la selección de las piezas que van a lucir en el remodelado Hostal de San Marcos a una comisión de expertos en arte de reconocido prestigio. Su cometido ha sido crear un discurso expositivo coherente y “musealizar” las obras para componer un conjunto que permita la mejor experiencia para quienes las contemplen. “Haber contado con expertos de este nivel en el mundo del arte nos ofrece una propuesta muy similar a la que se puede encontrar en un museo”, señala Gimeno.

El visitante encontrará en el Hostal de San Marcos una nueva visión de las obras, tal y como explica María Gimeno, responsable de Colecciones Artísticas de Paradores: “se trata de una visión enfocada a un discurso expositivo, a un concepto, a un proyecto elaborado por una comisión de expertos que nos ha ayudado a seleccionar las piezas de la colección de Paradores para potenciar la obra contemporánea que gira en torno al techo de Lucio Muñoz. Esto se ha conseguido a través de unificar, seleccionar y crear conjuntos. Aquí la labor de la comisión ha sido fundamental”.

La Colección Artística de Paradores, formada por más de 9.000 piezas, pretende ir más allá de la simple estética “las obras de arte tienen que aportarnos otros valores, que se logra seleccionando y unificando piezas que se encuentran dispersas en diferentes establecimientos para verlas en su conjunto. Así se consigue ponerlas en valor y crear una coherencia expositiva”, asegura Gimeno.

El conjunto de piezas que lucirá en el Hostal de San Marcos se ha completado con más de sesenta obras que se exhibían en otros Paradores. “Nos faltaban nombres importantes en el mundo del arte que estaban en otros establecimientos y que apoyan el discurso expositivo para conseguir que ahora tenga muchísimo más sentido. Crean un recorrido que el visitante va a poder disfrutar de una forma más activa y entender mejor lo que está viendo”, comenta Gimeno.

Desde otros establecimientos de la cadena hotelera llegan a León obras de Pancho Cossío, Juan Barjola, Gloria Merino, Juana Francés, Rafael Canogar o Julio López Hernández, además, entre otras piezas, de dos cantorales del siglo XV. “La convivencia con artistas que vienen de otros paradores nos ayudar a darles más valor, a entender mejor los movimientos, a los artistas y a las propias obras”, añade.

Obras magistrales del Renacimiento

El Hostal de San Marcos exhibe además un conjunto diverso de obras de la colección antigua que intenta reflejar el espíritu de las obras preferidas por la Orden de Santiago. Fue su sede en 1152 y se convirtió, tras su reforma en la década de 1530, en uno de los principales focos de implantación del Renacimiento en la meseta. Destaca la figura del escultor Juan de Juni, del que se conservan en piedra el relieve del Descendimiento y el altar de El Nacimiento de Cristo. El director del Museo de León, Luis Grau, califica esta última obra como “soberbia” y “pieza maestra del Renacimiento español”. Ha sido restaurada bajo los criterios de mínima intervención y se han realizado trabajos de limpieza, consolidación y ligeras reintegraciones que permiten disfrutar de nuevo de esta pieza en todo su esplendor.

Otra de las obras maestras del Hostal de San Marcos es la sillería de coro de la iglesia, la pieza más relevante de Guillermo Doncel, Juan de Angers y el propio Juni. La sillería, tallada en nogal sin policromar, es una de las mejores en su género y época de nuestro país. También destaca el artesonado de la sala capitular, pieza del siglo XVI que combina la tradición mudéjar con estética clasicista. El director del Museo de León reconoce que “siempre es complicado” llevar a cabo un trabajo de tal magnitud, pero cree que han conseguido “conjugar” dos conjuntos artísticos muy dispares en un edificio que “tiene sus propias limitaciones”. Creo que se ha resuelto con cierta brillantez porque podemos ver “en la actualidad prácticamente todo el patrimonio que San Marcos tenía antes de empezar estas obras”.

Museización de la obra contemporánea

La obra contemporánea que se va a poder ver en el Parador de León se basa en tres ejes: el gran techo de Lucio Muñoz (que ha sido instalado a una altura mucho mayor para permitir una mejor visibilidad del conjunto), los artistas vinculados a la Segunda Escuela de Vallecas y a la Escuela de Madrid y las obras de José Vela Zanetti, muy querido en León. Además de Muñoz y Zanetti, artistas como Julio López Hernández, Carmen Laffón, Rafael Canogar, Antonio Saura, Juan Barjola, Juan Genovés o Menchu Gal completan la selección de obras de arte contemporáneo de la colección de Paradores para el Hostal San Marcos.

Una comisión de historiadores y críticos de arte se ha encargado de realizar la selección de las obras y dotarla de un trasfondo histórico. Inés Vallejo, miembro de esa comisión, es investigadora, docente y coordinadora de exposiciones de la Fundación Juan March. “La intención no era convertir al Parador en un museo, pero sí ‘musealizar’ las piezas”, reconoce Vallejo, que asegura que la comisión ha tenido “en la cabeza desde el principio” el edificio y su valor histórico y arquitectónico. Para ello se han llevado a cabo labores de conservación, de restauración, de enmarcación “para presentar al público un conjunto que en el fondo es reflejo de nuestra propia historia.”

La nueva decoración: equilibrio entre tradición y vanguardia

El estudio Merry se ha encargado de llevar a cabo el proyecto de decoración para el que ha tenido como guía el respeto a la historia de San Marcos. El responsable del estudio, Alfonso Merry del Val, reconoce que “el Hostal de San Marcos es tan potente que la decoración no se debe notar, como cuando se restaura un buen cuadro”. Además, asegura que ha intentado realizar un proyecto que conecte con la ciudad de León, ya que sus habitantes serán quienes más disfruten del Parador, que reabre con el deseo de volver a ser el centro de la vida social y cultural de la localidad.

La nueva decoración del Hostal de San Marcos está centrada en dos conceptos: el confort y el lujo español. El estudio Merry ha apostado por el lujo de la sencillez sin estridencias y la calidad de los materiales para realzar la historia, el arte y la artesanía españolas. Un diseño que mantiene el espíritu innovador de Paradores en un delicado contraste entre lo histórico y lo contemporáneo.

También se han recuperado más de 600 piezas del mobiliario que estaban en el Parador antes de la reforma. Algunas de ellas se han reutilizado con nuevos usos. Un ejemplo son unas antiguas puertas que se han transformado en cabeceros de las nuevas habitaciones. En los dormitorios se ha elegido una paleta de color neutra, pero en las zonas comunes tienen más protagonismo los tonos azules. Uno de los lugares más destacados del Parador es la terraza, en la que se ha apostado por tonos verdes para alinearla con la arboleda y la ribera del río.

Destaca la labor en el diseño de las alfombras de Paul Heredia, que se ha inspirado en las obras de la colección contemporánea del Parador. Se ha reeditado una tela de los años 50 de Arcadio Blasco, coetáneo de Lucio Muñoz y del resto de artistas contemporáneos cuyas obras pueden contemplarse en el Hostal de San Marcos. La tela, de la firma Gastón y Daniela, se encuentra en las cortinas del comedor de desayunos.

Un paseo por la historia

Deambular por las estancias del Parador de León permitirá, de nuevo, recorrer la historia de España. Siete siglos de vida hacen de él un hotel único en el mundo. Tras sus muros se han forjado importantes episodios de la historia de España: capítulos de la Orden de Santiago, confinamientos ilustres como el de Quevedo y etapas trágicas, como su uso a modo de campo de concentración durante la Guerra Civil española.

Su origen hay que buscarlo en siglo XII, en la profunda Edad Media, cuando la princesa doña Sancha, peregrina y hermana del rey de León y Castilla, Alfonso VII el Emperador, cedió esta tierra en la ribera del Bernesga para que se erigiera un hospital que atendiera a “los pobres de Cristo”.

Su construcción va ligada a la existencia del puente de San Marcos, junto al que se levantaron un hospital, una iglesia y un monasterio. El San Marcos de antaño presentaba una estructura radicalmente distinta a la que después poseería el monumento renacentista y el hospital de peregrinos se hallaba frente al convento, aislado, en el lugar donde hoy se encuentra la Plaza de San Marcos.

De aquel complejo laberíntico y medieval apenas ha quedado rastro. La idea del nuevo San Marcos surge en un capítulo de la Orden de Santiago bajo presidencia del rey Fernando el Católico, que entonces ejercía el cargo de maestre. Su empeño fue construir un monumento grandioso que reflejara la importancia y el inmenso poder de la Orden, a través de un edificio que conjugara el universo religioso con el militar, tal y como refleja la iconografía de su impresionante fachada plateresca. Las obras comienzan de inmediato con la demolición de la antigua iglesia en 1515 y parte del convento original. En la década de 1560 los trabajos quedaron prácticamente paralizados, debido al traslado de los frailes a Extremadura, de donde no regresan hasta que arranca el siglo XVII. El exilio en Extremadura retrasó gravemente las obras, que se retomaron en 1615 y San Marcos no fue una realidad hasta 1720.

Parada obliga para peregrinos

Buena parte del prestigio y la fama que siempre acompañaron al convento de San Marcos obedecen a su situación estratégica. Aunque se hallaba en un páramo, alejado del centro de la ciudad, fue erigido en la ribera del Camino de Santiago, hecho que lo convirtió en punto de referencia y paso obligado de peregrinos a lo largo de los siglos.

Aunque existen distintas rutas de peregrinaje a Santiago, la más conocida es el Camino Francés, donde León es parada obligatoria. Ya en el ‘Codex Calixtinus’ se describe a la ciudad del Bernesga como una “sede de la corte real, llena de todo tipo de bienes”, y recomienda visitar “el venerable cuerpo de San Isidoro… que ilustró a los españoles con sus doctrinas y honró a toda la Santa Iglesia con sus florecientes obras”.

El Hostal de San Marcos, tras su fundación, mantuvo un hospital donde los peregrinos disfrutaban de comida caliente, un rincón abrigado para pasar la noche y asistencia sanitaria. El edificio, de dimensiones mucho más reducidas, se ubicaba en mitad de la plaza de San Marcos, frente a la iglesia y el convento, en la otra orilla del Camino. En el siglo XVIII, una vez rematado el monumento renacentista, se derriba la vieja hospedería y se levanta una nueva junto a la iglesia, a continuación de la entrada de carruajes.

De cuadras a campo de concentración

La desamortización de Mendizábal daría fin a la vida conventual en San Marcos y los frailes abandonaron lo que había sido su casa durante casi 700 años. Fue el comienzo del declive y casi ruina de San Marcos, al que de poco sirvió su declaración como Monumento Histórico Artístico en 1844. Muchos inquilinos han habitado en el Hostal: alumnos del Instituto de Segunda Enseñanza y de la escuela de veterinarios, casa de misioneros y corrección de clérigos de la Diócesis, colegio de misioneros de ultramar de los jesuitas, reclusos de la cárcel provincial, enfermos de viruela del Hospital de San Antonio, escolapios… hasta que, por fin, en 1894, el edificio se entregó al Ministerio de la Guerra, para establecer las oficinas del Estado Mayor del 7º Cuerpo del Ejército.

En 1898, el Ministerio de la Guerra decidió destinar el convento de San Marcos a una tarea tan inesperada como rocambolesca: depósito de sementales del ejército. De nada sirvieron los lamentos de la Comisión Provincial de Monumentos, que consideró la ocurrencia como una auténtica profanación. Al final fueron los equinos los que, junto con los frailes y las antigüedades del Museo de León, permanecieron más tiempo entre los muros del convento, ya que no lo abandonaron hasta 1961. Distintos espacios del complejo fueron adaptados para albergar las cuadras, entre ellos su monumental claustro, donde los cuadrúpedos compartían sitio con los tesoros arqueológicos del Museo.

En el transcurso de la Guerra Civil española, celdas, salas, cuadras de caballos, claustros, iglesia, coro, museo y hasta el último rec odo del edificio ,se transformaron en improvisadas mazmorras o despacho de carceleros. El poeta Victoriano Crémer (1906-2009) fue uno de los miles de leoneses recluidos en el campo de concentración que se instaló en el convento.

Un hotel en el convento

En 1963, tras años de abandono y ruina, San Marcos fue traspasado al Instituto Nacional de Industria, con el objetivo de devolverle el esplendor y reconvertirlo en un hotel de la máxima categoría. El arquitecto Fernando Moreno Barberá dirigió este ambicioso proyecto de reforma que supuso una inversión de 135 millones de pesetas. El nuevo Hostal de San Marcos se inauguró el 5 de junio de 1965 con la presencia de las más altas autoridades del Estado y su gestión quedó a cargo de la Empresa Nacional de Turismo (ENTURSA).

La compañía ENTURSA, adscrita al Instituto Nacional de Industria, dirigió el Hostal de San Marcos hasta 1986, año en que la empresa es fraccionada y, en parte, privatizada. En aquel momento poseía una docena de hoteles distribuidos por otras tantas ciudades del país. Tres de ellos fueron integrados en la red de Paradores de Turismo: el Hostal dos Reis Católicos de Santiago de Compostela, el Hotel La Muralla de Ceuta y el Hostal de San Marcos de León. El Parador de León se convirtió entonces en uno de los buques insignia de la hotelera pública.

Ahora, más de 30 años después, el Hostal de San Marcos, restaurado y actualizado, inicia una nueva etapa en la que volverá a ser uno de los mejores hoteles de España y, sin duda, un símbolo del patrimonio y la cultura de este país.