Como dijo Auguste Comte, “Saber es poder”, y como nunca se deja de aprender, aquí te presentamos algunas de las mejores curiosidades sobre la cerveza que seguramente desconocías y que no te van a dejar indiferente.
Si retrocedemos atrás en el tiempo, una de las peculiaridades del mundo de la cerveza, que no podemos dejar de mencionar, es el trabajo desarrollado por las mujeres. En la antigüedad, la elaboración de la cerveza era considerada un proceso sagrado, que únicamente podía llevarse a cabo por mujeres, en esa época sólo existían maestras cerveceras profesionales. Eran consideradas descendientes de la diosa de la cerveza, Ninkasi.
Avanzado un poco en la historia, llegamos a la Edad Media. ¿Sabías que en el medievo la cerveza era empleada para sustituir el agua? Gracias a su contenido alcohólico, la convertía en una bebida resistente a la contaminación debida a las bacterias, y, por tanto, era segura para su consumo. Además, su contenido nutricional hizo de este elixir de dioses, un básico en la alimentación de la clase social más pobre y una bebida imprescindible en las ocasiones especiales. La cerveza fue la bebida más popular de la Edad Media.
Recorriendo la historia, llegamos al momento actual. Seguro que tienes un amigo, familiar, compañero o alguien cercano al que le apasiona coleccionar ediciones limitadas o simplemente botellas de cerveza para admirarlas pasados los años. ¿Sabes cómo se denomina a estas personas? “Laberorphilist” es el término utilizado para hablar de estas personas con un toque friki. Las personas a las que les gusta coleccionar posavasos de cerveza también tienen un nombre especial, se les denomina “Tegestologist”.
Si perteneces al grupo de los apasionados empedernidos de la cerveza, entonces eres un “Cerevisaphile”, y sin duda sabrás que la primera vez que se comercializó cerveza embotellada fue en 1850, mientras que en 1935 fue la primera vez que se vendió en lata. Los amantes de la cerveza tienen una cita anual que no pueden perderse y que tiene ya unos años de historia, el primer Octoberfest se celebró en Múnich en 1810. Volviendo a los términos curiosos, también existe una palabra para referirse a las personas a las que les da miedo el vaso vacío de cerveza, “Cenocillicaphobia”.
Otros de los datos curiosos, que posiblemente desconocías, es que los científicos estudian la espuma de las botellas de cerveza para poder entender las erupciones volcánicas, ya que la espuma y el dióxido de carbono en la cerveza son similares a la lava de los volcanes. Hay un estudio realizado por la universidad Carlos III de Madrid en colaboración con el Instituto Jean le Rond D’Alembert que detalla lo que ocurre después de que una botella reciba un golpe de otra. Se trata de un proceso en el que aparecen ondas de expansión y compresión que avanzan por dentro y producen las burbujas en el fondo de la botella, lo que se podría explicar también en la aplicación de las erupciones de los volcanes.
Y no es que nos venga la pasión por la cerveza desde hace poco, sino que entre los años 1300 y 1700 las universidades americanas y europeas ya tenían sus propias fábricas de cerveza en donde elaboraban cerveza que servían a los estudiantes. Fue la Universidad de Harvard la que estableció una sala exclusiva para la cocción en 1674 y cinco “salas de cerveza” para poder disfrutarla.
Y más allá de estas pequeñas peculiaridades generales de la cerveza, os contamos también algunos datos de interés sobre algunas de las marcas más emblemáticas de HEINEKEN España. En el caso de Cruzcampo, con origen en 1904 de la mano de los hermanos Tomás y Roberto Osborne. Sevilla fue el lugar que eligieron construir su fábrica de cervezas, por la calidad de sus aguas, y lo hicieron cerca del Templete de la Cruz del Campo, del que toma su nombre y su primer logo.
¿Sabías que la cerveza Amstel nació en 1870 y recibe ese nombre gracias a que en sus orígenes utilizaban las aguas del río Amstel, el que cruza Ámsterdam, para enfriar sus cervezas? ¿O que fue una de las primeras marcas en vender cerveza en lata?
Mientras que la cerveza Radler de Amstel, fue una invención alemana de Kugler, a la que bautizó como Radlermaß, una fusión entre ‘radler’, es decir ciclista, y maß, que es como se conoce a las jarras de litro típicas bávaras, donde se sirve la cerveza. Surgió de una congregación de numerosos ciclistas en Kugler Alm, donde debido a su temor a quedarse sin existencias, combinó la cerveza con zumo de limón, lo que supuso una gran novedad.
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