Situado en el Encinar de los Reyes y con vistas a Europa del Norte, Cabaña Marconi, el restaurante sueco de Marcos Olazabal Janson, presume de la mejor terraza de invierno de la capital.
Un viejo merendero reconvertido en un ejemplo de arquitectura nórdica, orgánica y sin secretos, que deja filtrar la naturaleza por sus paredes y techos acristalados, y que hace poco menos de una década fue pionero en ofrecer en Madrid platos de la cultura culinaria sueca fusionados con la cocina mediterránea. Cabaña Marconi es todo esto y mucho más.
En este entorno arquitectónico que evoca las modernas cabañas de diseño sueco, donde no podía faltar el fuego de una chimenea, es posible degustar sofisticadas curiosidades gastronómicas de tierras lejanas como el caviar sueco de Kalix, los Moules a la crém, Arenques suecos y las Toast Skagen de Estocolmo.
Las olas de Biarritz, la nieve de Alaska, los ríos de Laponia, son algunas de las fuentes de inspiración de la cocina de Cabaña Marconi.
ESPECIAL CABAÑA EN LA TERRAZA DE INVIERNO
En la carta diseñada por el chef y creador de Cabaña Marconi, destacan los platos Especial Cabaña, recetas que solo se pueden probar en el Encinar de los Reyes y que no pertenecen a Marconi, la versión urbanita del local, que Marcos Olazabal abrió en 2016 en Velázquez 61.
La Raclette y la Fondue de queso son platos que evocan el invierno en el paladar, están pensados para un mínimo de dos personas y son ideales como experiencia gastronómica para reuniones de amigos y familiares.