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Ronda 14 estrena imagen en Avilés tras la reforma de su sala


Nuevos aires sacuden el restaurante Ronda 14 de Avilés, que apuesta por reformar su sala para hacerla más acorde a la propuesta gastronómica que desde hace seis años desarrollan en la localidad asturiana Mario Céspedes y Conchi Álvarez. La frescura de los platos se traslada también a la estética del local, con tonos claros, vegetación en la entrada y mucha más luz.

Un cambio que respeta la esencia del restaurante y juega con los tonos sin descartar el mobiliario característico del espacio o sus particulares luminarias. Cambia el continente para ofrecer una imagen más joven y contemporánea pero no el alma de la cocina valiente y creativa del chef limeño.

Su original concepción de la fusión nikkei con la despensa y el recetario asturiano, en su día una revolución, se ha consolidado y su crecimiento ha llevado a expandir el proyecto en Madrid, donde desde septiembre de 2015 los tiraditos y ceviches, las gyozas y los tartares, se han convertido en protagonistas de su oferta culinaria.

Continúa convencido Mario Céspedes de que la diversión es fundamental en la mesa y por eso juega y experimenta con los sabores, proponiendo raciones para compartir y para disfrutar de experiencias novedosas. Avilés es la plaza en donde viven los platos clásicos del cocinero.

Mesas altas conviven, a la entrada del local, con un recoleto comedor compuesto por tan solo nueve mesas y una larga barra para disfrutar de una amplia variedad de vinos por copas. Se suma una terraza atechada ideal para los días de primavera y verano, ya a la vuelta de la esquina.

En ellas alterna una amplia variedad de sushis con platos de picoteo. Las últimas incorporaciones, como el roll de calamar picante, contemporaneizan con otras más conocidas como el de cangrejo de caparazón blando con salsa de curry, el ya tradicional mar y montaña (langostino y carne roja)  o el nigiri hamburguesa de wagyu, rocoto y azul.

Las gyozas ocupan un capítulo aparte. En Avilés las hay de pollo y verduras, langostinos y verduras y criollas de ternera y manitas de cerdo, convertidas ya en un imprescindible. Pocos restaurantes asturianos se privan de trabajar con el pulpo y Ronda 14 no representa una excepción. El suyo es 'parrillero' y va acompañado de patatinas.

Precisamente las patatas rellenas de carne guisada, a las que incorpora el ají, son otro de sus grandes platos, al igual que las causas con tartar de salmón y crujiente de langostino. La inquietud por reinterpretar la tradición de Mario Céspedes se hace visible en sus 'cachopinos' de ternera con queso de cabra y setas, cuya forma evoca la del sushi, o las carrilleras con arroz trufado.

Cualquier excusa es buena para dejarse conquistar ante semejante oferta culinaria pero la renovación del espacio constituye una perfecta para retornar a los sabores nuevos y siempre acertados de Ronda 14.