El grupo de restauración Areas, propiedad del fondo francés de capital riesgo PAI Partners, ha llegado a un acuerdo preliminar con la familia Benetton para quedarse el negocio de Autogrill en España.
El traspaso permitiría a la firma española crear así un gigante de la restauración en aeropuertos, estaciones de tren y, especialmente, autopistas, donde su presencia hasta la fecha es limitada.
El precauerdo de integración entre ambas compañías ya se ha firmado, según ha avanzado El Confidencial. Resta pendiente el visto bueno de la Autoridad Nacional de la Competencia. Según lo avanzado por la multinacional italiana, la transacción estaría valorada en unos 12 millones de euros.
El pacto inicial contempla que Areas se quedará el 100% de Autogrill Iberia, la filial de Autogrill Europe. También se manda un mensaje de tranquilidad a la plantilla, ya que también se subrogarán los 1.000 empleos que hay en el país.
La compañía italiana operaba hasta la fecha 60 establecimientos de restauración que daban servicio a los viajeros en España. El volumen de negocio total de la filial rondaba los 80 millones, aunque el principal atractivo para la mercantil de PAI Partners es que consolidan su presencia en las áreas de servicio de las autopistas.
Cabe recordar que durante la pandemia, ambas compañías han sufrido un desplome de sus ingresos por el descenso de la actividad en los aeropuertos. Así, pese a no contar con clientes, pagan un canon por mantener abiertos sus locales. Una situación similiar a la de las estaciones de tren, y, a más distancia, en las autopistas.
PAI Partners adquirió Areas en julio de 2019 tras pagar 1.542 millones de euros al grupo francés Elior. El holding de restauración está presente en 12 países y tiene una plantilla formada por más de 22.000 personas. Con sede en barcelona, factura 1.900 millones en todo el mundo y recibe al año casi 350 millones de clientes.
Por su parte, Autogrill España es filial de Autogrill Italia, sociedad controlada por la familia Benetton. Aterrizó en nuestro país en 2008 con la compra de la antigua Aldeasa. Los inversores transalpinos pagaron 275 millones por el 49% que no controlaba en ese momento y que era propiedad de Tabacalera. Fue el inicio de su trayectoria en la península, un territorio en el que en los últimos tiempos se prioriza la desinversión.