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LE TAVERNIER celebra el Día Mundial de los Nachos con la propuesta más original al más puro estilo gallego de todo Madrid


Este 24 de febrero es el Día Mundial de los Nachos, probablemente el plato de origen mexicano más famoso de todo el mundo, además de ser uno de los más conocidos y disfrutados en nuestro país. Un entrante o un tentempié que gusta a todos, ideal para compartir en la mejor compañía y que en el place to be de la capital, LE TAVERNIER, se sirve haciendo un guiño a sus orígenes gallegos con productos de la terra: Nachos con Zorza y con crema de pimientos de Padrón.

Cualquier momento es bueno para disfrutar de un buen picoteo sobre todo si está acompañado de unas incomparables vistas al skyline madrileño. De origen mexicano, los nachos se han instaurado poco a poco en la cocina de nuestro país como uno de los platos por excelencia y por ello, LE TAVERNIER hace su particular versión de este tentempié idóneo para cualquier momento y que este 24 de febrero tiene su propia celebración a nivel mundial. Situado en el marco incomparable de las alturas de la Gran Vía, en el rooftop del hotel INNSiDE by Meliá Madrid Gran Vía (a la altura del número 34 de la Gran Vía, con entrada por el número 13 de la calle Mesonero Romanos), LE TAVERNIER, ofrece unos nachos diferentes, elaborados a partir de los mejores productos traídos directamente desde Galicia: Nachos con Zorza y con crema de pimientos de Padrón.

Los nachos originales estaban elaborados a base de trozos fritos de tortilla de maíz, queso y maíz. Desde su primera elaboración esta receta ha sufrido múltiples variaciones según gustos y tradiciones. En LE TAVERNIER también han querido realizar su propia interpretación de este plato, respetando y siendo fieles a su tradición gastronómica y a su esencia alegre y desenfadada tan característica de este rooftop. Por ello, como ingrediente principal se utiliza la zorza, un picadillo típico gallego y los pimientos del Padrón, originarios de la provincia de A Coruña.

La combinación perfecta para acompañarla de una buena caña o uno de los innumerables cócteles que ofrece su carta, en el ambiente distendido de su terraza portuaria con vistas al cielo madrileño.