Al día

¡Qué la piscina no sea el peor enemigo de tus ojos este verano!

Estos son los tips para cuidar de tu salud ocular durante el baño

Quizás este sea uno de los veranos en los que más hemos esperado la apertura de las piscinas. Este año bañarnos va acompañado de ciertas medidas para proteger nuestra salud y la de los demás. Sin embargo, más allá de todas ellas, no debemos olvidar los cuidados recurrentes, como es proteger tu salud ocular. 

El principal problema de estas aguas públicas podríamos afirmar que se trata del cloro. Partiendo de la base de que es un mal necesario, ya que mantiene regulada el agua de la piscina, esta sustancia química puede irritar nuestros globos oculares y la inflamación de la conjuntiva (conjuntivitis química). Esta la reconocemos fácilmente, ya que notamos nuestros ojos rojos, con la sensación de tenerlos llenos de “arena” y visión borrosa. Otros síntomas comunes son la inflamación de los párpados y la sensibilidad a la luz.  

Junto al cloro, otros elementos como la contaminación debida al uso masivo de personas de las piscinas, al sudor, al uso de cosméticos que se diluyen en el agua o incluso la saliva de otros bañistas son algunos de los factores externos que pueden provocar irritaciones tantos en los ojos como en la piel y vías respiratorias.  

Para evitar cualquier problema ocular que pueda estropear un divertido día de piscina con amigos y familiares, Quinton, laboratorio biotecnológico dedicado a la fabricación de especialidades naturales a base de agua de mar microfiltrada en frío, recomienda seguir los siguiente consejos:

 

1- Respeta las medidas de higiene. Dúchate antes y después de cada baño, no compartas toallas y lávate bien las manos antes de quitarte las lentes de contacto para evitar irritaciones e infecciones.

 

2- Protege tus ojos. Evita el contacto directo y no abras los ojos debajo del agua de la piscina. Si te encanta ver en todo momento lo que está pasando y mantener los ojos cerrados no es una opción, utiliza gafas de natación.

 

3- No nadar con lentes de contacto puestas. Las bacterias o virus pueden acumularse en el espacio entre el ojo y la lentilla y causar una infección. Además, el agua de la piscina hace que la lente se encoja, lo que puede resultar incómodo y molesto. Si por alguna razón no es posible quitárselas, la recomendación es usar lentes desechables o goggles protectores y cambiarlos por otras lentes después del baño.

 

4- Cuida tu higiene ocular e hidrata tus ojos: después de una sesión de piscina, un consejo beneficioso es realizar lavados oculares con soluciones salinas. Quinton recomienda su spray Quinton Higiene Ocular, ya que, por su composición, similar al líquido extracelular, es ideal para mantener una correcta higiene ocular. Dicho spray es un producto sanitario clase IIa que mantiene la isotonía con los líquidos del organismo humano y con el pH de las lágrimas que producen nuestras glándulas, de manera natural. Además, tiene una concentración en sales ligeramente inferior a la de las lágrimas -14 gramos por litro- con el objetivo de facilitar una sensación de alivio tras la pulverización del ojo.