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El nuevo servicio de nutrición de Neolife prepara a los adultos para una alimentación infantil adaptada y consciente


“Nuestra salud queda determinada en los primeros 1000 días de vida”

Si no lo habías escuchado o leído hasta el momento, te lo recuerda desde Neolife la nutricionista Laura Pérez Navarro, que advierte también que esos primeros días de vida comienzan durante la gestación. Así, los hábitos de vida maternos, el tipo de parto, la alimentación infantil, la administración de antibióticos y la exposición ambiental resultarán claves en el establecimiento de la microbiota intestinal del bebé.

En este conjunto de bacterias que pueblan nuestro organismo será regulado de forma efectiva,  con bifidobacterias  a través de una correcta nutrición en el embarazo, con la lactancia materna y alimentación complementaria, si se precisa, en los primeros seis meses del bebé.

Pero es sólo el comienzo de unas pautas que se deben trabajar a lo largo de toda la infancia y adolescencia y mantener en la vida adulta. Porque, lo reafirma la experta, un niño Con sobrepeso tiene muchísimas más posibilidades de convertirse en un adulto con sobrepeso. Y es ahí donde entra el trabajo de los padres y tutores responsables , no sólo estableciendo unas pautas y eligiendo lo que sí y lo que no se debe comer, sino dando ejemplo.

Eliminar el “efecto espejo” es lo primero, y después, informarse de lo que es bueno para el crecimiento y desarrollo intelectual de nuestros menores.

Lo que sí deben comer nuestros niños

Laura Pérez Naharro insiste en la importancia de la lactancia materna hasta los seis meses, que a partir de entonces se debe ir complementando con con productos  de alta calidad nutricional: frutas, verduras, carne, pescado, legumbres, tubérculos, huevos…sin ningún orden,  aclara, y, si los padres quieren, mediante el método Baby Led- Weaning.

Consiste en dejarles comer con las manos para que se familiaricen con los olores, texturas y sabores de los alimentos, vigilando que no haya riesgo de atragantamiento. Para la nutricionista “los beneficios son claros. Además de estimular los sentidos y descubrir diferentes texturas, olores, sabores y colores, favorece las habilidades motoras y autonomía del bebé. Fomentando la independencia temprana, la adquisición de hábitos alimentarios saludables y evitando el rechazo de alimentos”.

Lo que debemos evitar de la dieta de los menores, según edad y propiedades de la comida

Sal: no debe incluirse en la alimentación complementaria hasta el año.

Leche de vaca: no será necesaria hasta los doce meses tampoco, puesto que la lactancia o leche de fórmula deben continuar.

Miel: no deben consumirla por riesgo de botulismo.

Pescados azules grandes (atún rojo y el emperador): se deben evitar durante el embarazo  y hasta los tres años por su alto contenido en mercurio.

Frutos secos enteros o en trocitos: no dar  hasta los 4-5 años por riesgo de atragantamiento. Sí pueden consumirse triturados o molidos.

Caramelos duros, palomitas y salchichas tipo Frankfurt: además de su baja calidad nutricional, pueden ser causa de atragantamiento.

Uvas enteras: no dar por riesgo de atragantamiento.

Verduras de hoja verde (espinacas y acelgas): no antes del año de vida, por su contenido en nitratos y oxalatos.

Y finalmente, por su bajo aporte nutritivo,  cualquier zumo, bebida azucarada, refresco, productos de bollería (galletas, magdalenas, cereales), alimentos con azúcar añadido, snacks y fritos.

El motivo, “en esta etapa se inicia la conformación de sus gustos. Si se ofrecen alimentos muy sabrosos como los anteriores, es normal que rechacen otros saludables como las frutas y verduras:”

Prohibido prohibir y obligar a comer

Las chuches, los dulces, son, sin duda, la perdición de muchos niños y también de los padres y surge, en muchas ocasiones, la duda de si debemos o no prohibirlas. Para Laura Pérez la respuesta es no, porque ser tajantes en este asunto puede llevar a crear una necesidad que no existía en el niño, que va a desear lo prohibido, lo que no puede tener: “Si no quieres que tus hijos consuman helados, no los tengas en casa. No se lo ofrezcas. Pero si un día, en un cumpleaños o fuera de casa, lo pide, no se lo niegues. Este tipo de comportamientos luego se arrastran toda la vida.

Si se tienen asociados ciertos alimentos como sistema de recompensa emocional ante determinadas situaciones. Como, por ejemplo, calmar el estrés comiendo dulces activamos el sistema de recompensa momentánea que retroalimenta la conducta. Esto puede desembocar en trastornos de la conducta alimentaria.

Tampoco es bueno —y aquí es contundente la experta— obligar a los niños a comerse todo, ya que tienen un menor requerimiento que los adultos.

Éstos deben aprender a enseñar y de ahí el nuevo servicio de nutrición de Neolife, en el que  se busca garantizar los requerimientos nutricionales específicos en cada etapa y adquirir hábitos alimentarios saludables. Éstos van a determinar la probabilidad de éxito de un embarazo; el correcto crecimiento y desarrollo del bebé, la conformación de la microbiota intestinal y sistema inmune

Alternativas saludables para todos los bolsillos y estilos de vida

En este sentido, dada la carestía de la vida, hay alternativas para las familias con menos recursos o para quienes opten por un menor consumo de proteína animal. Algunas carnes pueden sustituirse por legumbres, que además de ser sostenibles, económicas y versátiles en la cocina, tienen un perfil proteico de calidad.

La soja, por ejemplo, se puede consumir de diferentes formas, como el tofu o los edemames. El formato de soja texturizada permite llevar a cabo preparaciones en sustitución a la carne (boloñesa de soja; berenjenas rellenas de soja).

Si queremos consumir pescado blanco o marisco de forma más económica, aconseja, las conservas al natural de atún, mejillones o berberechos son muy buena opción. Y para el pescado azul, las sardinas en aceite de oliva.

Recientemente se ha demostrado cómo consumir dos conservas de pescado azul en aceite (sardinas, melva, caballa) tiene el mismo efecto protector frente al cáncer de colon que consumirlo fresco.

Así, concluye esta especialista en nutrición, ningún alimento es imprescindible, pero sí lo es garantizar el aporte nutricional acorde con las necesidades de cada uno.