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“Lurra”, la experiencia gastronómica sostenible y de proximidad de Chillida Leku


Chillida Leku, el museo al aire libre fundado en vida por el escultor donostiarra Eduardo Chillida, afronta el primer verano desde su reapertura tras recibir a más de 30.000 personas. Una de las novedades que se ha presentado en esta nueva etapa del museo es Lurra Café, un proyecto gastronómico ideado específicamente para cubrir las necesidades de restauración de los visitantes de Chillida Leku.

Liderado por el chef local Fede Pachá, Lurra ofrece al público una carta basada en el comercio de proximidad, con productos ecológicos y de temporada procedentes de la agricultura sostenible en lo que supone una voluntad decidida por generar impacto positivo en el territorio.

El café, con una carta que cambia periódicamente en función de la disponibilidad de los productos de mercado, ofrece desayunos y pinchos en horario de mañana, así como almuerzos y platos fuertes a lo largo del día, además de una cuidada selección de bebidas, refrescos y cócteles. Su propuesta se apoya en el trabajo de los baserritarras –agricultores y ganaderos locales–, y está basada en la utilización de productos que crecen y maduran en un círculo de 200 kilómetros de diámetro alrededor de Hernani.

Muestra de ello son las gildas, elaboradas con guindilla ecológica de Ibarra (Gipuzkoa), anchoa de la conservera Olasagasti de Markina (Bizkaia) y aceituna rellena de Navarra. También el salmorejo de tomate ecológico de Hernani (Gipuzkoa) y su guarnición de huevo cocido campero de Aramburu, en Zizurkil (Gipuzkoa) el jamón procede de la granja Basatxerri de Zestoa (Gipuzkoa), de donde provienen además todos los derivados del cerdo utilizados en Lurra Café. Por su parte, el pan artesano, procede de The Loaf, en San Sebastián, mientras que la carta de quesos varía según la estacionalidad, destacando el queso azul de Zerain (Gipuzkoa), el Idiazábal de Hernani o bien del caserío Telleri en Zahar (Hernani), o el queso de Anakar reserva, procedente de Orexa (Gipuzkoa). Los platos elaborados con ternera cuentan con carne procedente de Goierri (Gipuzkoa), mientras que las patatas fritas llegan desde Álava.

 

Dos propuestas especiales: brunch y cenas

Además de su oferta gastronómica habitual, durante el verano Lurra Café propone dos menús fuera de carta para dos momentos muy especiales. Las noches de los jueves, cuando el museo se cierra para el público general, se abre para aquellas personas que quieran vivir Chillida Leku de una manera diferente: con una visita al anochecer que les permite contemplar las esculturas con la particular luz cálida de las últimas horas del día. Tras esta visita guiada los participantes disfrutan de una cena especial diseñada por el chef Fede Pacha en la terraza del Lurra Café.

Los sábados por la mañana el “jardín zen” del museo se convierte en escenario para la práctica del yoga. Tras una sesión, de la mano de OMY Ondarreta yoga rodeados de las esculturas de Eduardo Chillida, los participantes pueden disfrutar de un brunch saludable en Lurra Café con frutas de temporada, yogur, quiche y una gran variedad de zumos y bebidas calientes.

Estas propuestas gastronómicas completan la experiencia de los visitantes que pueden prolongar su visita a Chillida Leku. Desde el pasado mes de abril, público de todas las edades puede disfrutar de un espacio único constituido por once hectáreas de campa y bosque donde el paisaje más representativo del País Vasco se alterna con esculturas de Eduardo Chillida, además del histórico caserío de Zabalaga, restaurado en un proceso de casi veinte años por el propio artista.


El modelo Diámetro 200 y Orona Fundazioa
Esta oferta gastronómica se ha hecho posible gracias a la implantación del modelo Diámetro 200, un proyecto impulsado y creado por Orona Fundazioa. Este proyecto nació con una doble vertiente: proporcionar alimentación saludable y sostenible a los empleados y visitantes de Orona y, al tiempo, convertirse un agente activo de la economía local, en concreto del sector primario, lo que se hace posible gracias a su red de proveedores y colaboradores, que actúan bajo las premisas de la responsabilidad social y medioambiental. En este sentido, Chillida Leku y Lurra comparten misión y filosofía con el proyecto de Orona Ideo, cuya sede está ubicada a apenas un kilómetro del museo.

De esta forma "Lurra" ("la tierra", en euskera), alude tanto en su nombre como en su carta a un profundo vínculo con el territorio, un principio que caracteriza tanto a la obra como a la figura de Eduardo Chillida, quien eligió Chillida Leku al buscar un hogar para sus obras –un “lugar” (en euskera, leku)– donde las generaciones futuras pudieran conocer y experimentar su arte en un emplazamiento inigualable.

 

Sobre Fede Pacha
Federico Pacha Goikoetxea, empezó su andadura en cocina de la mano de su madre, Trini Goikoetxea, en 1984. Es diplomado en Dietética y Nutrición por la UNED y por la “Escuela de Cocina Luis Irizar” de Donostia-San Sebastián.

Después de trabajar en diferentes restaurantes volvió a la Escuela de Cocina Luis Irizar como profesor. En el año 2009-2010 su restaurante fue reconocido como Km0 de Slow Food. Desde 2014 coordina y gerencia las dos cantinas de empresa y la Diámetro 200-Slow kafetegia en las instalaciones de Orona (en Orona Ideo y en Lastaola, Hernani). 


Sobre Orona, Orona Ideo y Orona Fundazioa
Orona es un grupo empresarial especializado en soluciones de movilidad urbana con sede en Hernani. La compañía, que cuenta con más de 50 años de experiencia, está formada por más de 30 empresas en 11 países de Europa y América. En su sede corporativa, Orona Ideo, el grupo crea un ecosistema de innovación en el que confluyen el mundo de la empresa, el desarrollo del conocimiento (centro de investigación y universidad) y el compromiso con la sociedad mediante Orona Fundazioa, la entidad sin ánimo de lucro a través de la que Orona incide en el compromiso con el entorno. 

Sobre Chillida Leku
Chillida Leku ha sido renovado y se reabrió al público en abril de 2019. El museo está ubicado a las afueras de Hernani, muy cerca de San Sebastián (País Vasco) y está compuesto por un paraje de esculturas al aire libre y un espacio de exposiciones en el interior del caserío de Zabalaga, una construcción tradicional vasca construida en el siglo XVI. Este lugar fue elegido por Eduardo Chillida para sus obras, debido a la conexión que el artista mantuvo durante toda su vida con la comunidad local, el paisaje y la arquitectura del País Vasco.