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Isséimi: El decálogo de la mascarilla perfecta

No todas valen y no todas funcionan, por ello revelamos el top diez de cosas que debes saber sobre las grandes olvidadas en el ritual de belleza

 

Muchas veces olvidamos un gran paso en nuestro ritual de belleza y es la aplicación de una mascarilla adecuada para nuestra piel. Ya que muchas veces solo recurrimos a este procedimiento en momentos clave o cuando nos acordamos que tenemos una olvidada en el cajón de la belleza. Pero una mascarilla es un paso muy importante y debe formar parte de nuestro ritual semanal, e incluirlo por lo menos dos veces. Desde Isseimi, grandes expertos e innovadores en el mundo de las mascarillas, te damos las diez claves para su uso correcto.
 
1 ¿Qué cantidad de producto usar? Lo primero que deberás fijarte al comprar una mascarilla, en especial esas de un euro que tienen muy buena pinta pero que en realidad son agua y siliconas, es la cantidad de producto. Nunca uses una que indique que su contenido es de menos de 30 gramos.
 
2. El material de mi mascarilla… Las mascarillas de sobre vienen impregnadas en muchas ocasiones sobre un velo facial. Busca siempre las realizadas en celulosa nunca apliques una de plástico o de un material no especificado. Ahogarás a tu piel.
 
3. Sistema de sujeción: Olvida las mascarillas que se escurren o las que tienes que estar como una momia sin poder moverte. El momento de aplicación debe ser algo relajante, por ello en Isséimi hemos creado un sistema de sujeción a las orejas que cubre incluso el cuello, gran olvidado durante la aplicación de la mascarilla.
 
4. Problema - Solución: Busca ingredientes específicos para patología,  evita las siliconas y olores fuertes y artificiales.
 
5. Retirar: Procura mascarillas que no precisen de agua o algún tipo de aclarado para retirarla. Eliminarás con ello parte de sus ingredientes. Mejor opta por mascarillas que sólo requieran un masaje para terminar de absorber sus nutrientes.
 
6. Tiempo de exposición: Una excelente mascarilla deberá permanecer en tu piel no más de 30 minutos y nunca menos de 10. Tu piel necesita tiempo para asimilar el producto y responder a él.
 
7.  No todo vale: Lo barato sale caro.  Infórmate bien de qué estás comprando y evita caer en la tentación de las mascarillas de 1 euro. Estamos seguros de que no aportarán nada a tu piel y pueden producir el efecto contrario.
 
8.  No siempre lo que falla es la mascarilla: Una mascarilla necesita una piel limpia y permeabilizada, por ello el ritual de antes debe incluir un queratolítico que permita a la piel estar receptiva al producto. En Isséimi recomendamos Kerathor 50 y Kerathor 50 Plus, una solución isotónica a base de cebolla que cambiará tu piel.
 
9. ¿Cuándo aplicar una mascarilla? No esperes al día de tu boda para aplicar una mascarilla. Lo ideal es usarla dos veces por semana, después de la limpieza. La mañana y la noche son buenos momentos para ello.
 
10. ¿Qué deben hacer por ti? Lo que prometen. Pero en especial que tengan un efecto flash que permita ver un cambio inmediato. El cual deberá aumentar si se es constante con su uso.