El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha animado a la integración cooperativa, porque estas empresas, asentadas en el medio rural, son un modelo capaz de afrontar los retos de futuro que se plantean al sector agroalimentario.
Señalaba que es necesario ganar en dimensión empresarial para mejorar la competitividad en los mercados exteriores, así como apostar por la transformación del producto fresco que cultivan para generar riqueza y empleo en el medio rural.
En su visita el pasado martes a las instalaciones del Grupo Cooperativo AN-Alimentación Natural en Tudela (Navarra), Planas destacó el papel “pionero” de esta empresa, porque representa uno de los “modelos de integración cooperativa más desarrollados en España”.
El Grupo AN es una cooperativa de segundo grado, presente en 8 comunidades autónomas, con unos 42.000 agricultores integrados en sus más de 169 cooperativas locales.
Planas se refirió a la ley de integración cooperativa de 2013 como un instrumento eficaz para aumentar la competitividad de estas empresas y recordó que “hace escasos días” se publicaba en el Boletín Oficial del Estado (BOE) una modificación del real decreto de las Entidades Asociativas Prioritarias (EAP) para mejorar su eficacia, su gestión y su eficiencia en términos de mercado y competitividad.
Recordaba también que en la actualidad hay 11 en el conjunto de España (entre ellas el Grupo AN), que están presentes en 15 comunidades autónomas, agrupando a más del 10 % de las cooperativas agroalimentarias de España y a más del 11 % de sus socios de base.
Se trata, según el ministro, de un modelo que hay que potenciar para avanzar hacia los niveles de integración cooperativa de otros países comunitarios como Dinamarca u Holanda.
Con una facturación consolidada en el último ejercicio de 1.157 millones de euros, el Grupo AN es líder del cooperativismo español. Con más de 1,6 millones de toneladas anuales es la mayor cooperativa cerealista de España, así como el cuarto operador avícola con la cría y comercialización en todos los formatos posibles de más de 160.000 pollos diarios y 20.000 pavos cada semana. Es, además, el principal productor hortofrutícola del país con 900.000 toneladas al año.
El ministro también participó ayer en Buñuel (Navarra), junto con la presidenta del Gobierno navarro, Uxue Barcos, en la IV Cata del primer espárrago de Navarra.
En el acto, señalaba que la alimentación española es un motor cultural, económico y de desarrollo social, con importantes sinergias con la gastronomía, el turismo, la cultura y el deporte para impulsar la imagen exterior de España.
En su intervención, Planas subrayó que el sector agroalimentario es estratégico para la economía española y navarra, y ha desempeñado un papel fundamental en la recuperación económica.
Para el ministro, este sector hace de España una potencia alimentaria de orden mundial, ofreciendo productos de calidad cada vez más apreciados en los mercados internacionales.
TRADICIÓN E INNOVACIÓN
Asimismo, el ministro destacó que los Alimentos de España son una perfecta conjunción entra tradición e innovación, por su gran diversidad, calidad excepcional y forma de producirlos. En este sentido, la Comunidad Foral de Navarra es una región clave, tanto en la producción de hortalizas como en la puesta en el mercado de productos alimentarios de gran valor añadido y calidad diferenciada.
El sector agroalimentario navarro es uno de los más “punteros” de España. Su peso en la economía navarra (17 %) es superior a la media española, donde supone un 11 % del PIB. Además, Planas ha hecho hincapié en que los productos de Navarra cuentan con 12 denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas, alimentos que “están en la gama alta”.
El ministro, que mencionó el gran prestigio del que gozan las Alcachofas de Tudela, el Pimiento de Piquillo de Lodosa o el Espárrago de Navarra, aseguró que los productos de calidad diferenciada tienen una significativa relevancia para el futuro del medio rural.
Por ello, Planas consideraba necesario promover este tipo de producciones, dentro de una cadena agroalimentaria activa, moderna, estructurada y eficiente, para lograr mayor rentabilidad económica y social, que fije población mediante la instalación de jóvenes y mujeres emprendedoras.
En esta tarea, el ministro apuntaba que se deben incluir políticas activas, que refuercen la digitalización y las nuevas tecnologías, como elementos para incrementar la competitividad y el poder de atracción del territorio rural.