Al día

Llegar "Al Settimo Cielo" de un bocado


Eso es exactamente lo que hay que hacer en este restaurante que acaba de cumplir 5 años en el barrio que no pasa de moda, La Latina, con una propuesta que conjuga lo mejor de la Italia más clásica con toques mexicanos en unos platos singulares que enamoran.

Pizzas, pastas frescas y lasañas –toda ellas caseras-, antipasti de ensueño con combinaciones sorprendentes, un dulce final que obliga a dejar hueco y una selección de animados cócteles forman la carta de este espacio donde hasta la decoración es única.

No hay mejor ni más clara presentación para este restaurante que lleva 5 años dando caña en La Latina que su propio nombre. Y es que el título Al Settimo Cielo (Calle del Humilladero, 3. Madrid. Tel. 91 110 66 48. www.alsettimocielo.es) se convierte en toda una declaración de intenciones que lleva al ídem con su cocina italiana con algún guiño a México. Y es que el buen feeling que desprende la unión del chef palermitano Marco Montalbano y su mujer Aisha Cortés, nacida en Jalisco, se traslada a algunos de sus platos, donde estas dos culturas se entienden a la perfección. También se puede comprobar que es una conexión ganadora en su otro local MEX·ITA en el Mercado de Chamberí.

Un viaje a los sabores tradicionales de estos países en el que no hay nada de tradicional. Porque la carta va desde las pizzas, las lasagnas o la pasta fresca -esta última solo disponible los fines de semana y con club de fans- todo ello elaborado por Marco de la forma más casera donde el cariño es un ingrediente más; hasta los tequilas para que la fiesta no acabe, pasando por creaciones únicas con ingredientes de un lugar y de otro.  

Se ven así curiosidades como la ensalada Burrata con rúcula, mango con Tajín de chiles y huitlacoche, el ‘instagrameable’ Minihuerto, un colorido hummus de calabaza con miniverduritas, o los Huevos al purgatorio, con salsa de tomate, mozzarella Fior di latte, speck y trufa. Aunque no faltan unos Nachos con guacamole o unos Arancine, bolitas de arroz rellenas de salsa boloñesa típicos de Sicilia. Y para soltar una lagrimita son sus platos fuertes como las pizzas -por número solo porque por sabor el podio está muy disputado-. La sencillez de la Margherita emociona, la potencia de la Diavola o La Martire impresiona, la Cantinflas saca una carcajada y La Timida, con calabacín, jamón york, tomate seco y espinacas, fuerza a repetir por su suavidad. Muchas de las creaciones se rinden a la temporada y al mercado, como la Lasagna boscaiola, con setas, salchicha siciliana y trufa, de rabiosa actualidad este otoño. Y no pueden faltar las pastas frescas caserísimas para las que hay que esperar hasta el viernes –que entran dos o tres pastas ‘en escena’, como los Cappelletti de espárragos, cebollino y ricotta con gambas y pesto, que está para chuparse los dedos, literalmente. Para el final no hay que perderse a John Nieve, un bizcocho con cacahuete, cachaça, yogurt y nutella que hace honor al personaje: parece serio pero tiene un corazón dulce y ‘blandito’. Él nunca muere –perdón por el spoiler- pero tú morirás de amor después de probarlo.

Original, colorido y divertido son los tres adjetivos que le vienen a uno a la mente cuando cruza la puerta del establecimiento o incluso antes, porque al mirar por la cristalera nos encontramos con su mesa estrella que es nada más y nada menos que una bañera. ¿Qué hay mejor para sumergirse de lleno en su concepto gastronómico? La decoración ‘canalla’ a medio camino entre una galería de arte neoyorquina y una tienda de antigüedades, mantiene la vista ocupada en cada detalle hasta que llega la comida… y capta toda la atención. Además, acaban de refrescar la zona de barra para poder tomar cócteles -Margarita es la estrella- o alguna de sus cervezas -española, mexicano o italiana- y terminar el día con una sonrisa.

En estas fechas tan señaladas Al Settimo Cielo (www.alsettimocielo.es/) tampoco defrauda y de cara a las comidas y cenas de empresa, con amigos o cualquier grupo, cuenta con un menú de 45 €, y en Nochevieja deleitan con un menú degustación por 70 € (con barra libre de bebida hasta las campanadas) en el que no faltarán las uvas y las lentejas, como buen italiano que es. El local tiene capacidad para unas 50 personas entre la sala principal y las mesas altas de la zona de barra -bañera incluida- de la entrada. El precio medio es de unos 20 € y tienen un horario que nos hace suspirar por sus mesas, abren de martes a jueves de 17:00 a 00:00 horas, los viernes cierran una hora más tarde, sábados y domingos en horario ininterrumpido de 13:00 a 01:00 horas, aunque la cocina permanece abierta de 13:30 a 17:00 horas y de 20:00 a 00:00 horas y descansan el lunes todo el día. Sin duda una visita obligada para los que quieran tocar el firmamento…