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Expertos reivindican el bocadillo y advierten de los riesgos de eliminar el pan de la dieta infantil en la ‘vuelta al cole’


El pan es un alimento básico, elaborado con ingredientes naturales -sólo harina, agua, levadura y sal- y con una gran variedad de combinaciones de cereales.  Un alimento importante desde el punto de vista nutricional, especialmente para los niños, ya que les aporta energía. Además, el pan es una fuente de fibra y proteína y tiene bajo contenido en grasas.

Sin embargo, las modas alimentarias están encendiendo algunas alarmas. Cuando llega una nueva campaña escolar, los expertos muestran su preocupación por el progresivo abandono del tradicional bocadillo de media mañana o de merienda entre los niños, en favor de otros sustitutivos que, por su aportación de altos contenidos en grasas saturadas o azúcares, no contribuyen positivamente a su salud.

Para los expertos, el pan es un alimento valioso dentro de una alimentación equilibrada y, de hecho, la ‘Guía de la Alimentación Saludable’ editada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) aconsejan tomar entre 4 y 6 raciones al día de cereales y derivados (como mínimo dos deben ser de pan, preferiblemente en el desayuno y la merienda). “Para mantener la salud, el crecimiento y un nivel adecuado de actividad física, el organismo necesita recibir una cierta cantidad de energía. Esta energía se obtiene de los alimentos, y en concreto de los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas contenidos en ellos”, asegura la doctora Beatriz Navia Lombán, profesora del Departamento de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). El componente principal del pan son los hidratos de carbono (alrededor de 50 gramos por 100 gramos), mayoritariamente complejos (almidón), ideales para incluir en una alimentación variada y equilibrada (rica en frutas, verduras, legumbres y sin olvidar cereales o el pan), acompañada de la práctica de ejercicio físico regular.

Conviene recordar que el pan es uno de los alimentos clave de la Dieta Mediterránea, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las más saludables del Mundo. No en vano, el pan es fuente de energía en forma de hidratos de carbono complejos, necesarios para equilibrar la dieta en los escolares españoles. “Incluirlo en la dieta ayuda a que los niños y niñas tengan el aporte de energía que su cuerpo necesita para desarrollar su actividad diaria”, agrega Navia.

Desde Incerhpan ponen de manifiesto la importancia de poner en marcha campañas de información y divulgación con base científica y contrastada en un contexto en el que existe un exceso de información, parte de ella sin una base científica sólida y que va en detrimento de la salud y de los necesarios aportes nutricionales de colectivos vulnerables, como es el caso de los niños.

De momento, algunos estudios arrojan datos preocupantes sobre el “abandono” del bocadillo. Por ejemplo, el 39% de los hogares españoles con niños de entre 6 y 12 años consume menos pan del recomendable dentro de una dieta sana, variada y equilibrada, tal y como se desprende del estudio ‘Análisis del consumo de pan en el target infantil’ realizado por el Instituto de Investigaciones de Mercado y Marketing Estratégico (Ikerfel) en 2020 para la Organización Interprofesional de Cereales Panificables y Derivados (INCERHPAN), con la participación de padres y madres de 600 hogares españoles con hijos de entre 6 y 12 años.

“Desde que se inicia la alimentación complementaria a los 6 meses de edad los niños comienzan a consumir pan. Junto con los mayores de 65 años, el grupo de edad entre los 6 y los 12 años supone uno de los que mayor demanda el producto. A partir de los 12 años, comienza el descenso en el consumo del pan debido, entre otros aspectos, a la percepción o imagen errónea”, añade Incerhpan. De hecho, 4 de cada 10 padres reconocen que sus hijos comen menos bocadillos. El motivo que alegan es que éstos “prefieren” tomar otros productos sustitutivos, no siempre saludables.

Consumo nacional de pan

En líneas generales, y según el informe de Consumo Alimentario en España 2020 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo medio de pan en España es de 32,78 kg por persona y año, que se concentra especialmente entre los mayores de 65 años (con una media de 42,5 kg per cápita), mientras que los menores de 35 años ingieren apenas 10,7 kg al año de pan. En el último año móvil (a junio de 2021), los hogares españoles consumieron apenas 1,4 millones de kilos de pan, un 4,5 % menos que en el mismo período del año anterior, por valor de 3,39 millones de euros, tras una caída interanual del 6,2 %.

Motivos para no abandonar el bocadillo

(Los beneficios del pan, al detalle)

Pan e Hidratos de Carbono. El pan es una fuente importante de hidratos de carbono. Su componente principal es el almidón, un hidrato de carbono complejo que es convertido en glucosa, la fuente principal de energía para el organismo. Si ingerimos las cantidades correctas de hidratos de carbono, nuestro organismo no necesitará emplear las proteínas como fuente de energía, pudiendo reservarlas para la construcción y reparación de estructuras corporales.

Debido, principalmente, a su riqueza en hidratos de carbono complejos, los expertos aconsejan tomar entre cuatro y seis raciones al día de los alimentos incluidos en el grupo de cereales y derivados (como mínimo dos deben ser de pan, preferiblemente en el desayuno y la merienda), dando prioridad, dentro de ellos, a las formas integrales. Incluir el pan en todas o casi todas las comidas del día contribuye a garantizar el cumplimiento de estas recomendaciones.

Pan y Proteínas. Desde el punto de vista nutricional, la calidad de una proteína es más alta cuanto mayor número de aminoácidos esenciales contiene. Las de mayor calidad biológica son las de origen animal, como las de la leche, huevos, carnes y pescados. Pero el consumo de pan junto con otros alimentos proteicos mejora la calidad de la ingesta total de proteínas en la dieta. Las proteínas contribuyen también al mantenimiento de la actividad muscular.

Pan y Fibra. El pan es fuente de fibra. El pan blanco tiene un contenido en fibra dietética de unos 3,5 g de fibra/100 g, mientas que el integral aporta unos 7,5 g / 100 g. Una cifra muy valiosa, dado que la dieta media española es pobre en fibra. De igual forma, la fibra contenida en el pan es, principalmente, insoluble y contribuye a facilitar el tránsito intestinal.

Alternativas menos saludables. No consumir pan no sólo es perjudicial para los niños per se, sino también porque suelen ser sustituidos en desayunos, “picoteos” y meriendas por otros elaborados ricos en grasas saturadas o azúcares, cuyo consumo habitual está relacionado con los preocupantes niveles de obesidad infantil e incremento de los problemas cardiovasculares en las sociedades modernas.

Sobre la campaña ¡Buenos días con Pan de Europa!

La campaña ¡Buenos días con Pan de Europa! impulsada por INCERHPAN, y cofinanciada por la Comisión Europea, tiene por objetivo dar a conocer las propiedades del pan y estimular el hábito de una dieta equilibrada y saludable entre los escolares de 6 a 12 años con el pan como alimento imprescindible.

https://www.buenosdiasconpan.eu/