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Los envases más prácticos y ecológicos, así como los vinos sin alcohol están de moda

Adaptarse o morir, es seguramente una de las frases más recurrentes en el ámbito empresarial, y no puede definir mejor la situación actual del mercado del vino. En Bodegas Fernando Castro son conscientes de esto, y en los últimos años han ido adaptando sus instalaciones y líneas de envasado, siempre con este horizonte tan cambiante en su mente.

En este sentido, 2020 fue un año sorprendentemente bueno para el formato bag-in-box, que tradujo la compra de vino a granel en la adquisición de este formato que permitía economizar espacio en nuestras neveras durante la pandemia. Las latas, por otro lado, ya hacen frente a las botellas de vidrio, ya que satisfacen la nueva conciencia ecológica que se promueve en la sociedad, que es crítica con la cantidad de carbono emitido en la producción de vidrio.

La portabilidad o la mejor conservación son clave para atreverse con nuevos formatos como los tetrabriks o los antes mencionados, que parece han llegado para quedarse. Estos, además, por su tamaño, ayudan a controlar el consumo de alcohol. Y es que empieza a imponerse el "menos es más", con bebidas más digeribles y gastronómicas, vinos con los que puedas tomar un par de copas sin resultar una carga. En definitiva, se desea una menor graduación y menos cantidad, dando lugar a vinos más saludables.

Y es que la salud se ha vuelto un tema central debido a la pandemia actual, y Fernando Castro no sólo ha promovido la producción de vinos sin alcohol, sino también de los ecológicos, de los cuales varios de ellos han sido premiados recientemente en concursos internacionales. El consumo ecológico y vegano son valores clave para las nuevas generaciones, y los vinos de Bodegas Fernando Castro no podían obviarlo.