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Al día

Disfrutar una tranquila velada rodeado de arte solo es posible en Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel


El hotel de Las Palmas de Gran Canaria combina en el Bar Carabela sus raíces británicas con el mejor arte local para una experiencia exclusiva y llena de inspiración

Febrero ha sido el mes del arte, en el que ferias, galerías y otros espacios reivindican el patrimonio artístico. Es también el caso de Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, en las Palmas de Gran Canaria; un hotel único donde disfrutar del arte canario en primera persona. Y es que, recientemente, la experta en conservación preventiva Beatriz Galán ha llevado a cabo un complejo trabajo de restauración de grandes obras de mediados del siglo XX realizadas por el pintor y muralista autóctono de la isla Jesús Arencibia (1911-1993) y que pueden contemplarse en varias estancias del hotel, como el Bar Carabela.

Esta taberna renovada de inspiración inglesa es todo un referente entre los puntos de encuentro de Las Palmas de Gran Canaria, donde su atmósfera clásica y su ambiente sofisticado y relajado invitan a huéspedes y clientela local a conversar, leer o deleitarse con la inmejorable ubicación en el entorno del Parque Doramas y música de piano en directo.

Clásico, victoriano y refinado 

El espacio se caracteriza por una decoración elegante, clásica y con guiños retro. En él, encontramos una gran barra circular rodeada de altos taburetes y un rincón con pequeñas mesas de madera con el clásico tejido a cuadros –estampado british por excelencia– a las que sentarse para disfrutar de una sugerente y extensa carta de cócteles.

Otros de los grandes clásicos inherentes al estilo victoriano son los frescos y murales. En el Bar Carabela de Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, una de las paredes contiguas a la chimenea la ocupa el imponente mural Procesión de ciegos en torno a Santa Lucía, del pintor canario Jesús Arencibia. Se trata de un lienzo realizado con la técnica de marouflage (tela pintada que se adhiere a los muros con adhesivos fuertes, para crear un mural). La restauración consistió en despegar el lienzo del muro y fijarlo sobre una nueva base inerte; de esta manera la obra ya no queda condicionada a problemas de humedad u otros que dependan del estado de la pared, asegurando así su preservación.

Jesús Arencibia, muralismo y neofigurativismo 

Jesús González Arencibia (Tamaraceite, 1911 – Las Palmas de Gran Canaria, 1993), conocido por el nombre artístico de Jesús Arencibia, fue uno de los más grandes muralistas españoles y el autor más significativo del neofigurativismo religioso. Destacó también como creador de iniciativas relacionadas con actos como la Romería Ofrenda a la Virgen del Pino en Teror o las alfombras de flores en las celebraciones religiosas, lo que completó con su dedicación docente hacia los nuevos maestros, en lo que entonces era la Escuela de Magisterio de Las Palmas.

Celebró su primera exposición en 1934 en el Círculo Mercantil de Las Palmas, con una colección de trabajos impregnados de la corriente indigenista. Su carrera artística quedó truncada de forma temporal por la Guerra civil española, teniendo que partir hacia la Península.

Retomada su actividad, en 1942, logró el segundo premio en la Bienal de Bellas Artes del Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria, y la Medalla de bronce en la exposición del Círculo de Bellas Artes de Madrid. En 1954, se hizo con el primer premio en la VI Bienal Regional de Bellas Artes del Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria. Su labor como creador pictórico fue reconocido con su integración como miembro de la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel.

Varias estancias del Hotel Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria cuentan con obras suyas que datan del año 1951, ahora restauradas y listas para ser contempladas por el público.