Los detalles importan y en el skincare más todavía. “Es sorprendente que haya zonas que caigan en el olvido”, cuenta esta cosmetóloga
Hay una realidad que pasa desapercibida para la mayoría: cuando aplicamos nuestros cosméticos, rara vez lo hacemos sobre toda la cara. Sí, como lo lees. Porque, como Raquel González, cosmetóloga y fundadora de Byoode, “la cara es más grande de lo que creemos. Es sorprendente cómo la zona del nacimiento del pelo, las orejas, el cuello y el escote suelen caer en el olvido”. Y si no las tratamos como se debe, los signos del envejecimiento se vuelven mucho más visibles, porque “con los años, acaban teniendo un color y una textura completamente distintos al del resto del rostro, precisamente porque no se tratan con la misma constancia ni con los mismos productos”, afirma la cosmetóloga y fundadora de Byoode.
Estos “límites invisibles” de la cara, que técnicamente siguen siendo rostro o están íntimamente conectados a él ya que “comparten rasgos comunes que se contraponen a los del resto de la piel del cuerpo, mucho más resistente. Son zonas especialmente vulnerables a los signos de envejecimiento, como son las manchas, las arrugas, la deshidratación y la pérdida de firmeza”, plantea Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD. Pero ¿por qué los descuidamos? Según los expertos, “por desconocimiento o por miedo a que los productos manchen el cabello, y eso puede salirnos caro”, como advierte Estefanía Nieto directora dermocosmética de Medik8.
Las zonas de la cara olvidadas: ahora más que nunca
“La piel de las orejas, el cuello y el escote, sobre todo en España, que gozamos de buen tiempo desde abril hasta prácticamente el mes de noviembre, está constantemente expuesta a la radiación UV. Al no protegerla con fotoprotectores y no tratar con antioxidantes, es común que aparezcan manchas solares y signos de envejecimiento prematuro”, advierte Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD. “Y ahora que empieza el buen tiempo, es el momento de ser aún más conscientes de que esas áreas están igual o más expuestas que el rostro”, apostilla Marta Agustí, directora nutricional de Advanced Nutrition Programme.
¿Cómo se deben aplicar los cosméticos?
La primera clave está en cambiar la forma en la que pensamos nuestra rutina. “Deberíamos extender todos los cosméticos, incluso los de limpieza facial, hasta el nacimiento del pelo, zona de las orejas, el cuello y el escote. Así no solo mejora el aspecto a simple vista, sino que también tendremos una textura más uniforme y sana en toda la zona”, asegura Patricia Garín, directora dermocosmética de Boutijour.
A esta idea se suma Raquel González, cosmetóloga y fundadora de Byoode, quien insiste en que “la prevención es infinitamente más eficaz que el tratamiento. Trabajar con fórmulas antioxidantes, como los sueros de vitamina C, protege la piel de la oxidación que causa el sol y reforzamos la barrera frente a la pigmentación. Y si añadimos retinoides por la noche, contribuimos a regenerar la piel en profundidad. Con ácido hialurónico nos aseguramos hidratación y evitamos las cascadas de envejecimiento”. Y Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8, recomienda “aplicarlos también en el cuello y el escote, siempre que la tolerancia de tu piel lo permita, y proteger bien con SPF durante el día”.
Tratar todo el cuerpo comiendo mejor
Pero si de verdad se quiere reforzar la rutina, no todo está en lo que se pone sobre la piel. “La suplementación dermocosmética juega un papel clave”, añade Marta Agustí, directora dermocosmética de Advanced Nutrition Programme. “Antioxidantes orales, como la vitamina C, el zinc o los polifenoles, mejoran la respuesta de la piel frente al sol, reducen la inflamación celular y le dan un impulso a la producción de colágeno desde dentro”, agrega la directora dermocosmética de Perricone MD, Mireia Fernández.
Algo con lo que también está de acuerdo la añade Marta Agustí, directora dermocosmética de Advanced Nutrition Programme: “los suplementos ricos en ácidos grasos esenciales, colágeno y vitaminas del grupo B complementan los efectos de la cosmética tópica, especialmente en zonas como el escote, que tienen menos glándulas sebáceas y envejecen más rápido”.