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LOS CATALANES SON LOS QUE MÁS COMPRAN ONLINE, 15 PUNTOS POR ENCIMA DE LA MEDIA ESPAÑOLA

- El 55 % de los encuestados valora mucho la información nutricional de los productos, 27 puntos porcentuales más que la media estatal - Supermercados, tiendas de proximidad y mercados municipales predominan en cuanto a lugar habitual de compra

Un 21,45 % de los catalanes elige hacer sus compras de supermercado vía online, un porcentaje que triplica la media de los encuestados que se sitúa en un 6 % y duplica las preferencias por este canal que mostraban en 2018 según se desprende de la Encuesta Sobre Hábitos de Consumo 2020 de la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC). El 68 % de los participantes en esta encuesta mantiene la confianza en este tipo de comercio y un 51 % lo que más valora de la compra online son las ofertas/precios, seguido de la integración con aplicaciones complementarias avaladas por el 16,5 %, frente al 1,5 % de la media estatal. Como tercera opción se decantan por la rapidez y la puntualidad un 11 %. Los supermercados conservan su predominio como lugar habitual de compra y cuenta con el 34 % del respaldo de los encuestados mientras que el 25 % se inclina por el pequeño comercio y pequeñas tiendas especializadas. Los mercados municipales también son una opción importante: un 11,56 % frente al 4 % de media.

Respetuosos con el medio ambiente
En este aspecto, el 82 % de los encuestados cree que el desperdicio de alimentos es un problema importante y de estos, un 73 % hacen lo posible para evitarlo. En Cataluña, el gesto que más se practica para tal fin es ajustar la cantidad de las raciones (47 % vs 24 %) y planificar las compras (23,5 %) mientras que un 22 % afirma no hacer nada. El 42,36 % de los encuestados considera que la responsabilidad en el desperdicio de alimentos está compartida por la sociedad y todos los agentes de la cadena mientras que el 39 % se lo atribuye únicamente al propio consumidor. Para evitar y revertir esta situación, el 76 % opta por la separación de residuos; un 66 % reutiliza las bolsas de plástico y un 42,5 % compra a granel para minimizar envases, un porcentaje que llama la atención porque supone 16 puntos porcentuales por encima de la media española.

Comen variado y salen más
La alimentación fuera del hogar se ha reducido considerablemente por efecto de la pandemia. Aun así, los catalanes salen a comer fuera una vez a la semana, con más asiduidad que en el resto del territorio (47 % vs el 39 %). En el lado contrario, un 24 % no sale nunca frente al 41 % del cómputo español. De acuerdo con los datos de la Encuesta de la MPAC, el consumidor es consciente de la importancia de la alimentación para su salud, tanto de manera aislada como en sinergia con otras cuestiones. Beber agua, comer fruta y verdura a diario y de forma muy variada son los tres hábitos que los consumidores consideran más importantes para cuidar su dieta.

Poca información sobre alimentación
De los datos de este estudio se desprende que más de la mitad de los catalanes creen no tener información suficiente sobre alimentación y gran consumo (59,5 % frente a los 40,5 % que creen que sí). En sintonía a cómo se comportan con respecto a las nuevas tecnologías, el 33 % busca información en internet, redes sociales y aplicaciones específicas frente al 20,5 % de media.

Valoran la información nutricional
Los consumidores catalanes valoran mucho la información nutricional de los productos en un 55 % (27 puntos porcentuales más que la media española) por encima de la composición, un 52 % y la fecha de caducidad un 46 %. Internet, junto con las redes sociales, la consulta a especialistas y el etiquetado del producto son los principales canales de información que usan para informarse sobre nutrición y hábitos saludables de alimentación.

En este aspecto, confirman la necesidad de mejorar el diseño y contenido de las etiquetas de los alimentos. Le parecen útiles al 52 % de los encuestados pero un 22,28 % ni siquiera las lee. Por el contrario, a un 14 % le parece confusa frente al 22,41 % de media estatal. Les gustaría que las etiquetas tuvieran la letra más grande, fueran más sencillas y con palabras menos técnicas y más imágenes y dibujos.