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El banco del bebé se ha quedado vacío sin poder ofrecer alimentos de bebé y de adulto a miles de familias

-  El banco del bebé de la Fundación Madrina se ha quedado vacío por el aumento de la demanda de miles de familias vulnerables que no han superado el fin del Estado de Alarma.

-  Fundación Madrina lanza un SOS de ayuda alimentaria y de higiene infantil, para poder abastecer su Banco del Bebé durante los meses de verano, en los que cierran todas las instituciones grandes y los bancos de alimentos. Las familias y niños en máxima pobreza necesitan comer también en vacaciones.

-  Con la carencia de alimentos y el cierre de las principales instituciones y bancos de alimentos centrales en julio-septiembre, Fundación Madrina no podrá hacer frente en solitario a la creciente necesidad de alimentos de Madrid.

Con el verano y la nueva normalidad, escasean el abastecimiento de alimentos desde los bancos de alimentos centrales a todas las asociaciones que reparten en Madrid. Muchas de estas asociaciones cierran durante los dos meses de verano junto a las grandes instituciones de referencia, pero ni el hambre ni los más necesitados se van de vacaciones.

Fundación Madrina es la entidad que más alimentos e higiene de bebe reparte en Madrid, y con la carencia de alimentos y el cierre de los principales bancos de alimentos centrales en julio-septiembre, no podrá hacer frente en solitario a toda la necesidad de alimentos de Madrid, especialmente de alimentación e higiene de bebe.

Por ello Fundación Madrina pide ayuda SOS a todas las empresas y particulares de buena voluntad, para abastecer de lo necesario al Banco del Bebé.

Con la llegada del verano, muchas entidades repartidoras de alimentos cierran, por lo que las “colas del hambre” de la Fundación Madrina experimentaron un fuerte crecimiento.

Con la desaparición del Estado de Alarma han bajado las “colas del hambre” en un 52% por motivos de normalización del empleo y la apertura de negocios, pero el 48% que queda en el Banco del Bebe son familias mucho más vulnerables y empobrecidas de lo que estaban antes. Asimismo, muchas familias que han dejado ERTEs o tienen trabajo es muy precario, tan solo unas horas, con lo que estimamos que en breve volverán a comer del Banco del Bebé.

La falta de trabajo, el aumento mensual de las deudas por impago de alquileres y los elevados recibos de la luz, hacen que las familias vulnerables se encuentren prácticamente en situación de calle y sin ingresos para coger el transporte.

El perfil de las familias que quedan en las “colas del hambre” son familias donde en un 62% no hay ningún ingreso, o bien porque se les acabó la prestación, o bien porque no se les ha concedido el IMV. También hay Familias en el “limbo legal”, como asilados pendientes de regularización e inmigrantes sin papeles.

La pandemia ha derivado en una crisis social y económica que ha afectado de manera directa a los ingresos de miles de personas sin distinción, ya que el perfil que recurre a la ayuda ha variado, viéndose limitados en su modo de vida y en la posibilidad de tener acceso a artículos de primera necesidad, ya que las recesiones agudizan las diferencias.

Por otra parte, las empresas a través de sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa están centradas tan solo en el área de sostenibilidad y Medio Ambiente, prestando cada vez menos atención al área vinculada con la alimentación.

La pobreza infantil y exclusión social de las familias vulnerables continúan siendo una realidad triste de la situación social actual, donde muchas familias no consiguen incorporarse a un trabajo, generando una “nueva pobreza estructural” que puede durar 7 años.