Ana Bujaldón, presidenta de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) hizo un llamamiento para la incorporación sin barreras del talento de las mujeres a empresas, organizaciones e instituciones durante su discurso de apertura de la ceremonia de entrega de los XXXI Premios FEDEPE, celebrada el pasado 21 de julio en el salón de actos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Madrid.
Durante su intervención, Bujaldón aludió a los acontecimientos actuales que ponen en jaque la recuperación económica postpandemia como la guerra de Ucrania, la crisis energética, inflacionaria y climática, o la pérdida de confianza de los ciudadanos en las instituciones. “Una tormenta perfecta de la que es casi imposible escapar, y que, como todas las crisis, está golpeando especialmente a los colectivos más vulnerables, entre ellos, las mujeres”, aseguró.
La presidenta de FEDEPE destacó los progresos y “el compromiso cada vez más profundo” de las organizaciones con la igualdad, si bien “nos queda un largo camino por recorrer porque España sigue estando a la cabeza del paro femenino en Europa”. Además, según resaltó, las mujeres españolas soportamos “una elevada parcialidad y una persistente brecha salarial de género”. Bujaldón recordó que “solo tres mujeres son presidentas de grandes empresas cotizadas” y celebró la reciente iniciativa del Parlamento Europeo para impulsar la paridad en los consejos de administración de las empresas antes de 2026.
La presidenta de FEDEPE incidió en la necesidad de “pasar a la acción para cambiar el mundo” afirmando que “es hora de dejar atrás lo que no suma, derribar barreras, estereotipos, brechas y construir un ecosistema empresarial basado en la igualdad, en la innovación y en el talento”. Según Bujaldón, “para ello hacen faltan recursos económicos y humanos por parte de la administración pública y del tejido empresarial. Falta financiación y apoyo a nuestras empresarias y a nuestras autónomas”.
Durante su intervención subrayó que “hay talento, hay mujeres capaces de emocionarnos con su trabajo y con su empuje” y que “FEDEPE trabaja para visibilizar todo ese talento y construir una sociedad más justa, equitativa para todos, más femenina y feminista, avanzada, innovadora y próspera”.
Bujaldón terminó su intervención citando a la escritora Emily Dickinson que escribió que “ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie” y con una reflexión al respecto: “Cada uno desde nuestro ámbito, tenemos la responsabilidad de alentar a otras mujeres y a todas las niñas a confiar en sí mismas, a ponerse de pie, y darse cuenta de lo grandes que son y pueden llegar a ser”.
La XXXI edición de los Premios FEDEPE, con la Presidencia de Honor de SM la Reina, estuvo patrocinada por CaixaBank y Gedeon Richter, con la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Fundación ONCE y Campofrío, y el apoyo del Instituto de las Mujeres del Ministerio de Igualdad del Gobierno de España.
XXXI PREMIOS FEDEPE, REFERENTE DEL LIDERAZGO FEMENINO EN ESPAÑA
Los Premios FEDEPE comenzaron su andadura en 1989 y, desde ese momento, se han convertido en una cita señalada en el calendario de las mujeres empresarias y directivas en España, así como de empresas e instituciones y de la sociedad en su conjunto.
Estos premios son la herramienta más eficaz para visibilizar tanto el talento como el liderazgo de las mujeres. Son una invitación de FEDEPE a todos los miembros de nuestra sociedad para trabajar juntos por la igualdad real de oportunidades, promoviendo un entorno profesional y laboral inclusivo y equitativo.
A lo largo de estas 31 ediciones, los Premios FEDEPE se han convertido en un referente para el mundo empresarial y para los medios de comunicación, habiendo distinguido hasta ahora a un total de 187 mujeres directivas, profesionales y empresarias, así como a empresas, instituciones y medios de comunicación.
FEDEPE lleva más de 30 años reconociendo y premiando el esfuerzo de mujeres que son el motor del cambio y que, con su trabajo y dedicación, hacen que el mundo se mueva.