Recordando el pasado para construir el futuro
Conscientes de la importancia de mirar al futuro e innovar, pero sin perder nunca de vista nuestras raíces, Santa Teresa recupera su tradicional diseño de 1963 en un nuevo restilyng de su tripack de Yemas. Una edición vintage especial de las auténticas Yemas de Santa Teresa que sólo podrá adquirirse en los dos establecimientos de la marca en Ávila: Santa Teresa Shop en la Plaza de Santa Teresa, y el local histórico de La Flor de Castilla.
Con esta acción, Santa Teresa pretende recordar un momento trascendental para su historia. En ese año comenzó la expansión nacional de la marca, propiciado principalmente por el impulso del turismo. Un turismo que cada vez atraía más visitantes a Ávila, quienes no querían regresar a sus hogares sin sus Yemas de Santa Teresa. Y es que este dulce se había convertido, desde su nacimiento un siglo atrás, en una de las señas de identidad más reconocibles de la ciudad amurallada.
De este modo, quien adquiera una de estas nuevas cajas estará llevándose parte de la historia centenaria de la empresa, que ha sabido mantener a lo largo de los años su receta única con ingredientes naturales para conseguir convertir cada Yema en un verdadero bocado de tradición. Más de ciento cincuenta años después, aún continúan elaborándose con el mismo proceso artesanal de siempre, redondeadas a mano una a una, con todo el cuidado y cariño de sus maestros pasteleros. Y esto es precisamente lo que las hace tan especiales, tan auténticas.
Para Santa Teresa Gourmet, recuperar elementos del diseño de 1963 supone un camino lleno de emociones y sentimientos. Lleno de recuerdos, momentos e historias en las que las Yemas de Santa Teresa han sabido calar hondo no sólo en el paladar, sino en los corazones de quienes han apostado siempre por Ávila como destino de su viaje, de su escapada. Acercándose a sus dos tiendas de la ciudad, podrán sentir esa sensación tan especial de llevarse un pedacito de Ávila en cada caja de Yemas de Santa Teresa. Esa dulce tradición que tiene un pasado apasionante para disfrutar, y un futuro aún más dulce por escribir.