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Paradores presenta el renovado Parador de Aiguablava tras una inversión de 17 millones de euros


Las reservas de verano marchan a buen ritmo y la ocupación para el mes de julio roza ya el 70%.

El recién renovado Parador de Aiguablava ha abierto sus puertas con un aspecto más moderno y vanguardista cumpliendo los estrictos procedimientos de higiene y distanciamiento que ha establecido la hotelera en sus 98 establecimientos para garantizar la seguridad de clientes y empleados en todas las instalaciones.

Después de una profunda remodelación que ha durado tres años y una inversión de más de 17 millones de euros, Aiguablava se ha convertido en un moderno parador que ha mantenido su carácter icónico sobre el acantilado. La reforma integral se ha llevado a cabo en todas sus instalaciones mejorando la imagen del edificio con una nueva fachada más vanguardista. Sus seis plantas reparten 78 habitaciones, que han sido totalmente rediseñadas y redecoradas. Las zonas exteriores se han mejorado con un solárium, terrazas y una piscina de temporada que cuenta con unas inmejorables vistas al mar Mediterráneo. También se ha construido un nuevo spa y un gimnasio panorámicos. Con esta profunda remodelación se han eliminado todas las barreras arquitectónicas mejorando la accesibilidad en todo el parador.

Explosión de luz natural

El Parador de Aiguablava se levanta sobre el acantilado de la Punta d´es Muts, en una de las calas más hermosas de toda la Costa Brava. El escritor catalán Josep Pla sentía predilección por este rincón y la definió en su libro “Viatge a Catalunya” como un “sueño perdido” por la sensación de lejanía y soledad que esta cala mostraba al atardecer.

Y en este enclave, se ha inspirado el estudio catalán de interiorismo Denys & von Arend. Simplicidad, claridad, luz, vistas y materiales muy naturales son los ejes de la propuesta decorativa que han creado un recorrido por todas las artes que, de una manera u otra, han estado vinculadas a la Costa Brava y, concretamente al Parador de Aiguablava. Y no solo de una manera local, también de una manera más global… como globales eran los diferentes artistas, estrellas de cine o escritores que se acercaron a este rincón del mundo buscando inspiración o simplemente para disfrutar de la intensidad de la luz, el mar y la gastronomía de la zona. “Hemos querido ofrecer un paseo por las estancias donde cada arte está patente: la escultura, la pintura, la fotografía, el cine y la literatura. Cada zona, que goza de maravillosas vistas, se empapa de arte”, explican desde Denys & von Arend.

En la intervención se ha procurado que todas las estancias aprovechen al máximo la luz natural a través de grandes cristaleras que optimizan al máximo las vistas panorámicas al mar que rodea todo el edificio y lo hacen único. Así, en los salones se han creado microatmósferas que invitan al visitante a relajarse y dejarse cautivar por el paisaje. Cada rincón está estudiado, y siempre el mundo del arte y el diseño están presentes hasta el más mínimo detalle. Para ello se han utilizado elementos icónicos de mobiliario del siglo XX, como la silla Barcelona y la silla Butterfly, dos clásicos atemporales, que combinadas con sofás y pufs tapizados consiguen un ambiente muy interesante.

En cuanto a los pasillos que conducen a las habitaciones, los diseñadores han apostado por alfombras con la cuadrícula del pintor holandés Piet Mondrian para rendir un homenaje al vanguardismo del siglo pasado. Ya en el interior, las habitaciones gozan de unas vistas panorámicas al mar y a las calas que rodean al parador. Su diseño es fresco y ligero, donde la protagonista es la luz intensa del mar azul que entra por los ventanales y en sus terrazas se han instalado sillones colgantes para relajarse.

Una experiencia que se completa con una cocina cuidada, a base de productos de la zona de altísima calidad, donde priman las recetas tradicionales a base de productos locales.

Homenaje al arte contemporáneo catalán

El arte fluye por el interior del nuevo Parador de Aiguablava. Más de 200 obras cuelgan de sus paredes convirtiéndolo en un museo suspendido sobre el mar Mediterráneo. Se trata de una representación de obra gráfica y óleos de la talla “Monegros” de José Beulas, “Cennino Cennini o el libro del arte” de Modest Cuixart o una interesante pintura abstracta de Joan Hernández Pijuán.

El Parador de Aiguablava ha querido aunar esta obra de la colección artística de la cadena hotelera para homenajear a los grandes del arte contemporáneo catalán: Salvador Dalí, Rafael Durancamps, Antoni Clavé, Josep María Subirachs, Antoni Tápies o Joan Miró, son sólo algunos de los artistas que se pueden encontrar en este parador. Artistas, en muchos casos, portavoces de la vanguardia internacional, en otros, precursores y maestros de futuras generaciones que abrieron caminos de amplio espectro internacional para el arte contemporáneo español.

De tal modo, el alojamiento ofrece un plus al visitante convirtiéndose en una auténtica galería de arte. El diseño y la colección artística se unen para ofrecer al visitante un paseo por las estancias donde cada arte está patente: la escultura, la pintura, la fotografía, el cine y la literatura.

Paradores, la seguridad lo primero

Paradores ya tiene abiertos todos sus hoteles y espacios gastronómicos. Los establecimientos han permanecido cerrados desde el 15 de marzo ante la pandemia de coronavirus. La hotelera ha aprovechado los meses de cierre para reforzar todos sus protocolos de higiene y seguridad. Los procedimientos de Paradores siempre han sido muy rigurosos, pero ahora se han extremado yendo más allá de las recomendaciones oficiales. El objetivo de la cadena pública es convertirse en el destino turístico más seguro para velar por la seguridad de sus empleados y clientes.

La compañía pública hotelera ha sido siempre un referente en materia de calidad y fiabilidad y, ahora más que nunca, va a extremar las medidas de limpieza y desinfección en todos sus establecimientos. 

Los nuevos protocolos de seguridad se aplican en las zonas de trabajo y en las áreas que utilizan los clientes. En las recepciones, mamparas de distanciamiento, procesos más ágiles de check in y check out, desinfección de llaves y corners higiénicos con gel hidroalcohólico y mascarillas. En habitaciones, limpieza reforzada en los mandos a distancia de la televisión -que se estuchan tras ser desinfectados para cada nuevo visitante-, teléfonos, pomos de puertas, grifos o mandos de ducha.

En cuanto a los espacios gastronómicos, se han redoblado los controles en cocina y restaurantes, reduciendo los aforos para ampliar la distancia entre mesas y los cubiertos de cada comensal se disponen estuchados y previamente desinfectados. Las mercancías se limpian a su llegada al parador en un punto de higienización y se desinfectan diariamente los. Así mismo, se piden declaraciones responsables a todos los proveedores de Paradores con el fin de garantizar que se han llevado a cabo los necesarios controles de seguridad en el origen y en el transporte de las mercancías.

Según ha explica Óscar López, presidente de la cadena hotelera, “somos un destino de confianza. Hemos reforzado nuestros protocolos de higiene y limpieza para que nuestros clientes cuenten con las máximas garantías de seguridad con un trato personalizado y la calidad que caracteriza a Paradores”.