Se trata de una empresa artesana que trata al jamón como una obra de arte gastronómico. El respeto por la tradición, la pasión, el conocimiento, la calidad y la artesanía son atributos que describen a la perfección el buen hacer de este legado familiar dentro del sector. Con esta nueva gama de jamones ARCANO, Maldonado respeta todo lo que el cerdo ha creado, conservando sus características organolépticas originales y la pureza del animal: su piel y su grasa, rasgos distintivos que aportan el sabor, el brillo y la jugosidad propios del ibérico 100% de bellota.
Una textura elegante donde se descubre la magia oculta y esencia de la Dehesa extremeña. En Maldonado parten de estirpes ancestrales cuya crianza dura aproximadamente dos años, tiempo durante el que viven en libertad absoluta en La Dehesa aprovechando los recursos del entorno. De esta forma, el cerdo acumula grandes cantidades de grasa, lo que le permite sobrevivir, evolucionar y adaptarse continuamente al ecosistema, sin ayuda del hombre.
Posteriormente, durante la conservación de la gama ARCANO, cada pieza de jamón se corta en redondo dejando toda la piel y el tocino para proceder a la fase de curado en secaderos y bodegas naturales durante un plazo mínimo de cuatro años. Este complejo proceso artesanal da como resultado ARCANO, en palabras de Manuel Maldonado, “una delicia, un producto que al degustarlo te quedas confuso, después comienza un sabor persistente, lleno de matices que nos trasladan directamente a ese entorno único en el mundo”.
Gracias a la vuelta al origen, el tratamiento más primitivo del ibérico y la preservación de las propiedades naturales del animal, Maldonado consigue que ARCANO sea un producto diferencial y destacado por tres atributos clave:
- La máxima intensidad de sabor donde se funden la minerabilidad y los matices propios de la alimentación del ibérico criado en libertad.
- La elegancia extrema de quien se preocupa por el cuidado y el tratamiento del animal. Los más hedonistas disfrutarán de un jamón con unas características organolépticas propias de un producto purista que honra el origen de un legado familiar de hace más de cincuenta años.
En un recóndito lugar de Extremadura existe desde 1962 una finca dedicada en exclusiva a honrar al cerdo ibérico y a sus carnes. Se trata de Maldonado, una empresa familiar fundada por Sabas Maldonado; carnicero, empresario y entusiasta del producto y del buen hacer, que dejaría en 1992 la empresa a su hijo Manuel Maldonado para que este la consolidase como la marca gastronómica de referencia que es hoy en día. Un legado familiar que busca, desde hace más de cincuenta años, tratar solo con los mejores linajes del cerdo ibérico de raza pura.