El Hotel Alhambra Palace, un libro abierto de historia del arte


Único por su decoración, de estilo claramente alhambrista, el establecimiento granadino es una ventana a la majestuosidad nazarí de la Alhambra

Referente del turismo de lujo a nivel internacional y emblema del paisaje de Granada, el Hotel Alhambra Palace nació como homenaje al monumento más icónico de la ciudad, del que toma su nombre, en su estilo de carácter neoárabe. Con un exterior imponente y un interior marcado por una elegante decoración alhambrina de ensueño a base de arcos, mocárabes, fantásticas yeserías, sebkas y azulejos, mosaicos y cristales de color, es un espejo moderno del arte nazarí en su esencia y embriagadora belleza.

Granada no sería lo mismo sin la Alhambra, su acrópolis nazarí que, situada en la cima de la colina de la Sabika, domina la ciudad con su embriagadora belleza, sus cuentos y leyendas, y su legado histórico.

Del mismo modo, sería inconcebible contemplar el paisaje granadino sin uno de sus mayores referentes: el Hotel Alhambra Palace, emblema del turismo de lujo a nivel internacional. De estilo historicista, el diseño original del establecimiento rinde tributo al monumento granadino por excelencia con un marcado carácter neoárabe y, a través de él, se pueden extraer enseñanzas de las principales características del arte andalusí.

Al igual que la propia Alhambra, su imagen exterior es colosal, como si de una armadura se tratase, mientras que el interior constituye un lugar de excepcional belleza, donde la luz inunda un espacio de formas y esencia. Marte en contraposición a Venus. Su color naranja galatea evoca al aspecto superficial alhambrino con esa tonalidad tan propia de la tierra de la colina, que seduce con su paleta, por ostentar una variedad cromática cambiante según la hora del día.

La idea de la híper perfección que promulgaba la doctrina de la escuela Viollettiana a principios del siglo XX marcará el interiorismo del alojamiento convirtiendo cada rincón en un barroquismo de corte nazarí y seductor atractivo. Un espejo de ilusión, utopía y maravilla que embelesa desde el momento en que el visitante pone un pie en su entrada. A esta se accede a través de tres arcos de herradura, que dan la bienvenida a un lugar invadido por la luz. Las cuatro columnas que allí se encuentran, estrechas y blancas, con curiosos capiteles de ojos de búho, soportan arcos creando, a su vez, una duplicidad elegante y continua.

En el lateral izquierdo aparece la recepción bajo la cubierta estrellada de yesería pintada que simula madera y la cúpula octogonal de cristal que resplandece aún más, si cabe, al reflejarse sobre el mármol blanco del pavimento. Emergen, asimismo, grandes sebkas o entrelazados geométricos romboidales, así como arcos árabes y dobles que rompen con la prolongación del muro, donde el color áureo se contrapone al oscuro zócalo y el acastañado techo. Todo ello complementado con un basamento de azulejos en forma de damero verde y pirámides asirias.

Pero no solo la ornamentación alude a la ciudad palatina de la Alhambra, también lo hacen sus estancias. Un ejemplo de ello es el vestíbulo, precedido por un gran arco semi-apuntado, estucado y decorado que abre paso a una escenografía única: el centro neurálgico del hotel. Con un innegable protagonismo en sus escaleras, este entorno de horror vacui tan propio de la época islámica hace patente un eclecticismo singular entre mocárabes, arcos y más arcos, espejos, mosaicos y cristales de color que nos trasportan al universo de ‘Las Mil y Una Noches’.  

De los espacios comunes a sus suntuosos salones, entre ellos el de los Reyes Católicos o el Árabe, en una zona que antaño ocupaba el famoso Casino del hotel, la decoración original se ha mantenido casi en su totalidad salvo restauraciones puntuales y obras de mantenimiento. Con motivo de las obras que le llevaron a obtener su quinta estrella, el Hotel Alhambra Palace pasó a incorporar, además de las habitaciones tradicionales que habían sido reformadas en 2017, otras más modernas de categoría Superior Deluxe y diversas suites. Todas ellas de corte vanguardista, con una exquisita decoración minimalista y contemporánea a base de celosías neonazaríes.