Carolyn Bessette o el poder del minimalismo

Han pasado casi 20 años desde el trágico accidente que truncó la vida de Carolyn Bessette y John Kennedy Jr., y es ahora, cuando se han superado todos los excesos, cuando la sobreinformación nos ha saturado y el minimalismo recupera su lugar, cuando Carolyn Bessette vuelve a su trono. La que fuera heredera del estilo de Jacqueline se ganó el puesto yendo a contracorriente. Líneas puras, limpias, tejidos exquisitos y cero excesos. Narciso Rodríguez, Calvin Klein o Ralph Lauren se la rifaban como paradigma del estilo americano que dejaba de lado a las supermodelos de los 80 y encumbraba el estilo aniñado como el de la británica Kate Moss. Pocas curvas y un maquillaje tan neutral que se pasaba de blanco. El "menos es más" estuvo de moda e internet se lo cargó a base de likes, pero 20 años después la tendencia vuelve y los expertos afirman que lo hace para quedarse. Veinte años de excesos reclaman un respiro: menos cosas, pero mejores. Cashmire en lugar de poliester, papel en lugar de plástico, el campo versus la ciudad.

Carolyn Bessette fue, junto a Kate Moss o Reality Bites, icono de los 90 y su estilo en vaqueros, camiseta o camisa blanca, jerseys de punto en tonos neutros y sandalias de tiras nos vuelven a conquistar, y lo hacen acompañados de maquillajes tan sobrios como la ropa. Pieles impecablemente naturales, labios con brillos de gloss y manicuras y pedicuras de uñas muy cortas.

El minimalismo exige poco, pero bueno. El minimalismo exige:

Piel con una base natural y corrector fluido a tono con la piel, aplicados ambos con una Beauty Sponge humedecida que funda los productos para conseguir un acabado segunda piel. Una máscara de pestañas negra que separe y alargue con naturalidad, colorete rojizo (como el color de piel después de hacer deporte) y un toque de gloss en el mismo tono que el labio. Para ocasiones especiales una barra de labios satinada muy brillante en rojo. Y en las uñas un sencillo rosa desnudo o un rojo brillante.

Eso es todo.