TAPP Water fue fundada en el año 2016 de la mano de 5 socios, todos ellos con un objetivo común: reducir la contaminación plástica y la huella de CO2, entre todos y con un simple gesto: beber agua del grifo. TAPP 1, el primer producto de la compañía, se lanzó al mercado en junio de 2016 y la startup ya ha vendido más de 15.000 productos, especialmente en las regiones del Mediterráneo, las que presentan mayores concentraciones de cal y cloro en el agua.
Con el lanzamiento de TAPP 2 y la expansión a América del Norte y Canadá, TAPP Water prevé que este mercado suponga el 20% de la facturación de la compañía durante 2018. En total, la startup barcelonesa tiene el objetivo de alcanzar 47.000 unidades vendidas y cerrar el año con 1 millón de euros de facturación. Ello permitirá evitar el desbaratamiento de más de 169 millones de botellas de plástico, el equivalente a 846 campos de fútbol repletos de botellas.
“Cuando lanzamos TAPP 1 el año pasado, detectamos un hueco en el mercado. Fuimos capaces de ofrecer una solución para todos aquellos usuarios que querían un agua más limpia, de mejor sabor y medioambientalmente sostenible, directamente desde el grifo de su casa”, comenta Magnus Jern, socio fundador de TAPP Water. “Hemos seguido mejorando nuestros productos, manteniendo su espíritu, pero adaptándolos a las nuevas necesidades de nuestros clientes. Estamos muy contentos con la salida al mercado de TAPP 2 y de llegar a Norteamérica, y orgullosos de seguir contribuyendo a la defensa del medioambiente con productos cada vez más ecológicos y sostenibles”.
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