La producción de una hamburguesa animal supone un consumo de 384 litros de agua mientras que la producción de una hamburguesa vegetal supone un consumo de 23 litros
En medio de la creciente preocupación por la crisis climática, la escasez de recursos y la creciente crisis del agua en el mundo, el debate sobre el consumo de ésta vuelve a estar a la orden del día y más aún en España, dada la sequía actual que estamos padeciendo. En un mundo en el que el agua potable se erige como un recurso finito y vital, la búsqueda de alternativas y de medidas que permitan su conservación y un uso más eficiente y sostenible de ésta se convierte en un imperativo.
Más allá de la adopción de medidas que permitan un uso eficiente de las reservas actuales de agua, dada la sequía que padece España, el debate se centra en cómo podemos reducir el consumo de agua. ¿Existe alguna alternativa que nos permita reducir el consumo de agua? Y la respuesta es sí: la dieta y la reducción del consumo de carne animal.
Seguir una dieta basada en la ingesta de frutas y verduras, y en la que se evite el consumo de carne animal se presenta como una de las principales alternativas dado los niveles de consumo de agua que presenta. La carne vegetal, obtenida a partir de fuentes como la soja, el guisante o el trigo, no solo reporta beneficios para nuestro organismo sino que además su producción dista mucho de los disparatados niveles de consumo de agua que presenta la producción de carne animal.
De acuerdo con datos de la organización Our World In Data, la producción de carne animal implica un consumo significativo de agua con respecto a la producción de carne vegetal. Así, por ejemplo, señalan que la producción de una hamburguesa de ternera de 110g supone un consumo de 384 litros frente a los 23 litros que supone la producción de una hamburguesa vegetal de la misma cantidad. Asimismo, por consiguiente, la producción de 1 kilo de hamburguesa de ternera conlleva un gasto de 3.492 litros de agua frente al consumo de 211,81 litros de agua que supondría la producción de un kilo de hamburguesas de carne vegetal. Datos que nos llevan a reflexionar sobre la necesidad de transitar hacia nuevos modelos de producción que sean más eficientes en el uso del agua como es el caso de la producción de carne vegetal, que se presenta como una alternativa sostenible y eficiente.
Como ejemplo de ello, actualmente Cataluña sufre una de las sequías más preocupantes. Contando con una población de 8 millones de personas, las últimas noticias revelan que 23 millones de cerdos son utilizados al año para la industria cárnica, consumiendo más de 2 billones de litros de agua anuales, lo que equivale a llenar 11 veces la capacidad del pantano de Sau, uno de los que están sufriendo más los efectos de la sequía, (177 billones de litros de capacidad máxima) o el equivalente a 6 veces el consumo doméstico anual de agua en Cataluña (casi 342 billones de litros de consumo doméstico de agua).
Al significante consumo de agua de la industria cárnica, se le suma la preocupante contaminación del agua procedente de dicha industria. Los vertidos de residuos de la cría intensiva de animales, principalmente porcinos, no solo contribuyen a contaminar las aguas locales, sino que a su vez repercuten negativamente en los ecosistemas acuáticos y la salud humana. Así, por ejemplo, en Cataluña, de acuerdo con datos de la Agència Catalana de l’Aigua, el 40% de las aguas subterráneas, superan el límite legal de nitratos permitidos, una cifra que multiplica por 12 el límite de potabilidad recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Bajo estas premisas, en los últimos años, hemos asistido a una transición consciente por parte de los consumidores hacia un mayor consumo de productos de carne vegetal, los cuales son más respetuosos con el medioambiente y saludables. Productos elaborados a base de ingredientes de origen vegetal, como la proteína de guisante, de soja, de trigo, entre otros ricos en fibra y nutrientes y grasas saludables. Por su parte, Marc Coloma, CEO de Heura Foods, empresa líder en ventas del mercado de la carne vegetal, declara: “Consumir proteínas de origen vegetal no solo contribuye a un uso respetuoso del agua, mitigando el consumo masivo que reporta la industria cárnica actualmente, sino que evita la contaminación de este recurso con los desechos de la industria. Ante los retos de la sociedad actual tenemos que cambiar la forma de consumo para asegurarnos de encontrar un equilibrio entre planeta, las personas y el resto de animales”.