Así lo ha afirmado este lunes el Director General del Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv), Rafael del Rey, en la presentación realizada en el XXIX Día del Viticultor organizado por ASAJA en Tomelloso, quien ha añadido que España debe ir concentrando progresivamente sus ventas en vinos envasados, con mejores redes de distribución y marcas importantes.
En el XXIX Día del Viticultor, organizado por la organización ASAJA en Tomelloso, el Director del OeMv ha repasado la situación actual de los mercados del vino, extrayendo como principal conclusión que las vendimias deben tener en cuenta siempre las posibilidades de venta de vinos y mostos a lo largo de toda la campaña. “El conjunto de la cadena de producción y comercialización del vino – ha añadido – debe considerar las posibilidades de venta final de nuestros productos y la realidad de los mercados”; mercados que hoy se concentran mucho en la exportación y que se basan todavía en una cantidad importante de vino a granel, muy dependiente de los precios internacionales y de la competencia.
Así se extrae del análisis de lo sucedido en la pasada campaña, 2012‐13, en la que unas
estimaciones erróneas, que apuntaron hacia una producción muy inferior a la que luego realmente se obtuvo, generaron unos movimientos en precios que han supuesto pérdidas importantes en los principales mercados de vinos y mostos españoles. Con un mercado nacional muy estable pero en ligero descenso por la pérdida de ventas sobre todo en hostelería, resulta fundamental para el vino español lo que ocurra en los mercados internacionales.
En el mercado mundial y con datos de exportación recién publicados por el propio Observatorio referidos al pasado mes de junio, España ha exportado en los últimos 12 meses un total de 18,7 millones de hectolitros, con espumosos y vinos con denominación de origen creciendo firmemente, pero con pérdida de casi cuatro millones de hectolitros en los vinos a granel, que todavía suponen el 45% de nuestras exportaciones.
La realidad de estos mercados y el análisis de la competencia mundial, lleva a concluir que España debe avanzar progresivamente hacia la exportación de vinos de mayor valor añadido, cuya comercialización se base en una fuerte capacidad de distribución y marcas de renombre, como ya están haciendo muchas de nuestras bodegas. Pero en todo caso, y mientras ese camino se recorre en el medio plazo, el sector debe buscar fórmulas para que las variaciones que se producen en vendimia no afecten de manera brusca y desproporcionada a los mercados.
Con respecto a la próxima campaña, Del Rey ha recogido las actuales previsiones de producción que la sitúan entre 42 y 46 millones de hectolitros, lo que debe facilitar una recuperación de nuestras ventas de vinos y mostos en el exterior, pero puede derivar igualmente en unas existencias importantes en julio del próximo año; dependiendo en gran medida de las producción de Italia y Francia.