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Leche y lácteos: cómo convertir purés de verduras en una fuente de calcio fácil de tomar


Recién superados los rigores del invierno, llega la época de disfrutar de lo que la huerta nos ofrece con la llega de la primavera. Entre lo más destacado de la estacionalidad vegetal, destacan los espárragos verdes, las calabazas y los nabos. Éstos, tanto en solitario como mezclados con otras verduras, ponen a nuestro alcance una enorme gama de posibilidades a la hora de elaborar cremas y purés. Durante el cocinado, siempre conviene tener en consideración que no superar los tiempos de cocción de manera innecesaria permite respetar la personalidad de las verduras y conservar mejor sus propiedades.

Las cremas de verduras son unas grandes aliadas a la hora de incluir este tipo de alimento en el día a día de colectivos como los niños o nuestros mayores. Los primeros por su tradicional falta de gusto por las verduras y los segundos por la sencillez de ingesta al tratarse de un plato que no es necesario masticar. Sea cual sea la franja de edad, la inclusión de leche y productos lácteos durante la elaboración ofrece ventajas importantes, sobre todo si se lleva a cabo después de haber cocido las verduras y antes del triturado.

Por un lado, la cremosidad propia de los lácteos, tanto si apostamos por un yogur como si optamos por leche o quesos frescos, mejora la textura de nuestra crema de verduras, haciéndola más suave y agradable en boca, algo que notaremos cuando tengamos que convencer a los paladares más jóvenes. Además, este añadido permite enriquecer las verduras que utilicemos con todas las propiedades de la leche y los lácteos. Gracias a ello, las cremas y purés serán las aliadas de nuestra alimentación a la hora de llegar a cubrir las necesidades diarias de nutrientes como el calcio, particularmente presente en un perfil de alta biodisponibilidad tanto en la leche como en los lácteos.

Importancia del gusto personal

Tal y como afirma la doctora María Luisa López, experta en Nutrición y Planificación Dietética y miembro del Comité Científico del Programa Europeo “Di que sí al menos a 3 lácteos al día”, a la hora de configurar una dieta que nos proporcione los elementos necesarios para la vida, es importante tener en cuenta los gustos particulares, si queremos que dicha dieta se mantenga en el tiempo y sea llevadera. Para la doctora en Medicina y profesora asociada de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea de Madrid, “la leche y los lácteos tienen que estar dentro de nuestra dieta, puede ser en el desayuno, que habitualmente es la tradición que tenemos en España, en la comida, la merienda o la cena, depende de cada persona, porque la dieta hay que hacerla de una forma personalizada: si se obliga, no se cumple”.

La leche y sus derivados son un grupo de alimentos que se puede tomar en cualquier momento del día. Por esta razón, los purés de verduras, que se suelen comer a mediodía o durante la cena, plantean dos nuevas oportunidades de incluir la leche y los productos lácteos en nuestra alimentación diaria. Elaborados con yogur, con leche o con quesos tiernos, estos clásicos de nuestra cocina más tradicional se convierten en aliados a la hora de tomar los lácteos necesarios de la forma que más se adapte a nuestro gusto personal.

A través del “Programa de promoción de la leche y los productos lácteos en el marco de unas prácticas dietéticas adecuadas”, Inlac y la Comisión Europea dan una respuesta sólida y conjunta a la necesidad de fomentar la presencia de la leche y los productos lácteos en el día a día de los ciudadanos españoles, además de fomentar la actividad física como estrategia frente a los problemas de salud relacionados con la alimentación, el sobrepeso y la obesidad.

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