EROSKI promueve de años atrás especial atención al desarrollo y apoyo de campañas de emergencia en casos similares.
En esta ocasión, EROSKI realiza una importante aportación económica de 50.000 euros como ayuda directa a los damnificados por este desastre.
Gracias a la solidaridad de los clientes, socios, amigos y trabajadores, en coordinación con Unicef, organización con la que colabora desde hace años en labores humanitarias, la ayuda se ampliará.
Los partícipes solidarios podrán efectuar sus donaciones en las cuentas corrientes que para ello ha dispuesto Unicef o a través de su web.
BBVA 0182 5906 81 0010033337
Banco Español de Crédito 0030 8301 78 0000046271
Banco Popular Español 0075 0001 87 0606914075
Santander 0049 0001 59 2810100005
Caja Madrid 2038 1043 19 6000877505
La Caixa 2100 5731 70 0200005001
ING 1465 0100 95 6000000000
Haití, a la espera de la ayuda internacional
Un terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter con consecuencias devastadoras. La capital de Haití, Puerto Príncipe, ha quedado asolada y su población necesita ayuda. Eroski colabora con Médicos Sin Fronteras para prestársela. Días después de la tragedia, Haití todavía no tenía fuerzas ni para realizar un llamamiento internacional de emergencia que sacara a la luz las necesidades de la población. Hacen falta mantas, alimentos, agua, refugios, medicinas… y bolsas de plástico para recoger los cuerpos sin vida de miles de víctimas.
La Cruz Roja haitiana estima que el terremoto ha causado entre 45.000 y 50.000 muertes. El primer ministro, Jean-Max Bellarive, se ha atrevido a decir que son más de 100.000. Las cifras de personas heridas o sin hogar podrían ascender a tres millones. España ha enviado ya varios aviones con ayuda humanitaria, personal sanitario y un equipo de búsqueda. La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha coordinado los convoyes. El Gobierno ha donado también tres millones de euros y ha activado los convenios de acción humanitaria que mantiene con la ONGD Acción contra el Hambre y con Cruz Roja Española.
Desde la presidencia de la UE, España ha puesto en marcha los mecanismos previstos para este tipo de catástrofes. Ha analizado el terreno por si se pudieran enviar camiones con ayuda de primera necesidad a través de la frontera con República Dominicana y ha contactado con las comunidades autónomas interesadas en colaborar con ayuda de emergencia.
Más de medio mundo se ha movilizado, pero lo importante es canalizar la ayuda de la manera más efectiva. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha anunciado una donación de 200.000 dólares, la ONU ha comprometido 10 millones de dólares del Fondo Central para Emergencia (CERF), el Fondo Monetario Internacional (FMI) aportará 100 millones de dólares y Estados Unidos ha prometido otros 100. Pero una catástrofe humanitaria de estas dimensiones necesita además coordinación y que nadie se olvide de ella cuando comiencen las tareas de reconstrucción.
La sede de Naciones Unidas en la capital del país, Puerto Príncipe, ha quedado muy dañada y se ha confirmado la muerte de más de una veintena de miembros de la misión de Estabilización (MINUSTAH) y más de cincuenta empleados han resultado heridos. De los más de cien españoles que residen en Haití, la Embajada en Puerto Príncipe ha localizado a casi la mitad, algunos heridos de carácter "aparentemente leve". La población local, mientras tanto, busca "con sus propias manos" a los desaparecidos "bajo escuelas, hospitales, edificios y barriadas pobres que se han venido abajo por completo", detalla Alboan.
Sin comunicaciones
El fallo en las comunicaciones ha dejado más aislado al país y ha condenado a la ignorancia a buena parte del planeta. Hay que estar allí para contarlo. Los primeros análisis han sido más bien estimaciones ante la falta de información. A la incomunicación se suma la falta de infraestructuras. Intermón Oxfam asegura que todos los hospitales están llenos y "sólo uno continúa en disposición de recibir más heridos". Los heridos se reparten por la ciudad de Puerto Príncipe asistidos por socorristas de primeros auxilios, médicos o enfermeros.
Mientras, miles de personas duermen en la calle, en parques o en campos de fútbol porque se han quedado sin techo o para evitar que éste se les caiga encima en caso de réplica. Se les quiere dar material de cobijo antes de que llegue la lluvia. Se estima que el 10% de las casas ha quedado destruidas, lo que supone unas 200.000 personas sin hogar. "La destrucción -explica Intermón Oxfam- se concentra en unas 15 áreas en las que han caído el 70% de las casas".
La falta de alimentos y agua potable son otras de las principales preocupaciones. Casi tanto como la creciente inseguridad, transformada en saqueos y asaltos. Se busca el modo de subsistir. El terremoto ha destrozado carreteras, ha dejado el puerto inoperativo, con escombros en el agua que pueden dañar los barcos que lleguen con ayuda, y en el aeropuerto de Puerto Príncipe los aviones aterrizan sin la asistencia de controladores aéreos.
Fundación EROSKI desarrolla sus actividades de solidaridad a través de las colaboraciones con ONGs que llevan a cabo acciones generales y continuadas, así como iniciativas puntuales ante catástrofes como la de Haiti.
FUNDACIÓN EROSKI desarrolla un plan específico de solidaridad internacional a través del apoyo económico a proyectos elegidos anualmente entre el centenar de los presentados para su elección. Las diferentes entidades y ONGs españolas promueven los proyectos y es el Patronato de Fundación EROSKI el que acuerda la financiación anual a los tres elegidos. Entre las ocho ediciones convocadas hasta la fecha, se han impulsado 24 iniciativas en los tres continentes más necesitados: Africa, Asia y América latina. La cifra económica que ha servido para llevar adelante los planes aprobados se elevan a 1.000.000 de euros.
Las principales áreas de actuación de esta acción de FUNDACIÓN EROSKI son el comercio justo, las iniciativas cooperativas en países empobrecidos y la formación y capacitación de población vulnerable. Los proyectos presentados dentro de estas áreas pueden orientarse bien a la intervención directa en países empobrecidos, o bien a la sensibilización, concienciación, movilización y educación para el desarrollo en países industrializados.