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BLACK FRIDAY, CONSEJOS PARA EVITAR LAS COMPRAS COMPULSIVAS

“Adelántate al Black Friday”, “Aprovecha las primeras ofertas Black”, “Chollos y superofertas descuentos Black Friday”. Estos y otros reclamos llevan ya días, incluso semanas, invitándonos a realizar diferentes tipos de compras como motivo del Viernes negro, un evento importado que marca el pistoletazo de salida para las compras navideñas.

Lo que antes se limitaba a una fecha, el 25 de noviembre, parece ahora haberse extendido a todo el mes, en un intento, según la psicóloga Pilar Conde, de activar, primero la expectación por las bajadas de precio de los productos deseados, después la activación de la necesidad de compra, justificada, precisamente, en esas ofertas.

El resultado, en muchos casos, es un aumento considerable de la necesidad de compra, que suele terminar para el consumidor en la adquisición de productos y objetos no sólo innecesarios, sino en los que, de otra manera, igual ni siquiera se habría fijado. Estos supuestos se hacen realidad inclusive aun cuando, finalmente, no se materializa el prometido descuento.

La tendencia a comprar sin necesidad suele darse más en las mujeres y en los más jóvenes. En el caso de los menores es importante, aconseja la directora técnica de Clínicas Origen, explicarles que se trata de un evento comercial y, en el caso de que la familia no esté interesada en participar en este tipo de citas, explicarles porqué, sin menoscabo de que se pueda comprar para él algún pequeño capricho.  Se trata, en este asunto, como en otros relativos a la educación infantil y juvenil, de poner límites.

Además, y tanto para ellos como para los adultos, Conde deja los siguientes consejos para evitar las compras compulsivas:

Preguntarse si lo que se quiere comprar es una necesidad o una apetencia.

Ser conscientes de la economía personal y decidir cuánto tiene sentido gastarse al mes en compras, cubriendo primero las necesidades importantes.

Ponerse un límite de gasto en la tarjeta (si nos cuenta controlarnos).

Cuando se tenga un impulso de compra importante, darse 48 horas ante de realizar la compra, para que la impulsividad asociada baje y se pueda valorar de manera adecuada si realmente se quiere comprar o no.

En compras más pequeñas, se puede salir de la tienda, irse a tomar algo, y darse tiempo para pensar en si comprar o no. Posponer la adquisición puede darnos la oportunidad de identificar un impulso irracional.

Fijarnos en nuestras emociones, que son un buen indicador, y si vemos que detrás hay una intensidad de impulsividad y de emoción, es un indicio de compra compulsiva.

Las personas con tendencia a dejarse llevar por esta impulsividad pueden ser presas de la adicción a las compras. Esta se origina mediante procesos idénticos a los del alcohol o el tabaco, por ejemplo. Consumirlos o, en este caso comprar, libera dopamina y serotonina en un mecanismo vinculado al refuerzo. Comprar, beber o jugar, no sólo nos produce bienestar, sino que alivian el malestar. Son, concluye la experta de Origen, refuerzos a corto plazo, pero muy potentes y efectivos.

La irrupción de internet en nuestras vidas ha propiciado el incremento de la adicción a las compras o el juego, ya que los facilita mediante los pagos on line y los hace más atractivos debido a la inmediatez de las acciones.

Por último, en caso de duda sobre si nuestra conducta puede estar próxima o instalada en algún de adicción, la clave puede estar en los que nos rodean. Preguntémosles a ellos y también a nosotros mismos. ¿Siento malestar si no compro? ¿Me alejo de amigos y familia, cambio mi vida social para comprar? Si la respuesta es positiva es hora de consultar a los profesionales de la psicología. Aceptarlo es el primer paso para superarlo.