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Moët & Chandon

Este 2019, Moët & Chandon celebra el 150 aniversario de su champagne más emblemático, el Moët Brut Impérial,con una exclusiva botella de edición limitada

Moët & Chandon celebra con orgullo el 150 aniversario de su champagne más representativo: el Moët Impérial. Se trata de un importante hito en el extraordinario viaje del icono mundial de la celebración, el champagne más reconocido de la Maison francesa fundada en 1743, que ha personificado un compromiso inquebrantable con la excelencia.

Para conmemorar este gran año, Moët & Chandon presenta una botella de edición limitada con un logotipo rediseñado que erige el "I" de "Impérial" en un nuevo símbolo. Todo un homenaje a los maravillosos 150 años de historia del extraordinario champagne. "I" es una insignia de honor, fiel al estilo inconfundible de la Maison, que se ha creado para rendir homenaje a este hito histórico que "Must Be" celebrado por todo lo alto.

La botella del aniversario de Moët Impérial emana el sello Moët & Chandon y refleja un estilo distintivo del champagne definido por un delicioso sabor afrutado, un seductor paladar y una elegante madurez.

Moët Impérial, nacido como Brut Impérial en 1869, fue el nombre que recibió el champagne no vintage de la Maison como homenaje a la larga relación de Moët & Chandon con la familia imperial de Francia. El primer envío de Moët Impérial se programó para coincidir con el centenario del nacimiento de Napoleón Bonaparte, un homenaje al fiel patrocinio del emperador de Francia y su séquito, que trajo consigo una gloriosa distinción a la Maison.

Desde los inicios, Moët Impérial fue impulsado por el espíritu de conquista y la visión de los líderes de Moët & Chandon, dando lugar a un viaje épico a través del desafío y las oportunidades, para convertirse en un icono universal de celebración.

Moët Impérial conquistó nuevos mundos, creando momentos inolvidables de celebración, glamour y estilo. Se convirtió en la estrella más brillante, en un icono de "savoir-fête" y en el champagne preferido por celebrities y campeones deportivos al conseguir grandes logros en su carrera profesional.

"Moët & Chandon está encantado de celebrar el 150 aniversario de Moët Impérial, nuestro exclusivo champagne que ha encarnado la grandeza de la Maison desde 1869", afirma Stéphane Baschiera, Presidente y CEO de Moët & Chandon.

Imperial en grandeza, histórico en trayectoria y auténtico en sabor, Moët Impérial es hoy reconocido como un símbolo de lo que la región del Champagne aporta al mundo y un componente imprescindible en los momentos memorables de la vida.

1869, el Nacimiento de un icono

 

En 1869, Moët & Chandon lanzó el increíble champagne no vintage "Brut Impérial", conocido hoy en día como "Moët Impérial", para rendir homenaje a la relación establecida desde 1801 con Napoleón Bonaparte y Jean-Remy Moët, nieto del Fundador de la casa.

Cuando la Maison envió su primer pedido de Brut Impérial, se dio cuenta de que había una tendencia global de, cada vez más, pasar de un champagne más dulce al brut. Hasta ese momento, la Maison francesa se había centrado en variedades más dulces de champagne, mientras que su producción de brut se limitaba al 1% anual. Con el paso de los años, ese porcentaje aumentó, en consonancia con el creciente éxito de Moët Impérial, para convertirse hoy en la gran mayoría de la producción de Moët & Chandon.

En 1930, el aristócrata y héroe de guerra, Robert-Jean de Vogüé, tomó el timón de Moët & Chandon con el desafío de promover el perfil internacional de Moët Impérial y posicionarlo como un ícono global de celebración. Durante los 40 años siguientes, Moët Impérial se convirtió en el icono perfecto de la elegancia y el savoir-faire francés. Con su legendario mensaje de los "15 minutos de adelanto", Robert-Jean de Vogüé difundió los valores de grandeza y generosidad de la Maison y, al empezar un relacional con el presidente Eisenhower y Gary Cooper, cautivó a la aristocracia de Hollywood con su festivo champagne.

Los momentos memorables de la vida “Must Be” Moët & Chandon

Los grandes momentos de la historia se han celebrado con Moët Impérial, desde que este excepcional champagne entró en la escena internacional a través de la Feria Mundial de París de 1899.

Moët & Chandon se convirtió en 1893 en el proveedor oficial de champagne de la reina Victoria en el Palacio de Buckingham. Unos kilómetros al este y unos años más tarde, el emperador alemán Wilhelm II eligió el icónico champagne para bautizar su yate en 1902 y fue gracias a este gesto que se inició la tradición mundial de bautizar barcos descorchando una botella de champagne.

En 1972, los pocos afortunados que alzaron su copa ante el inaudito privilegio de participar en el vuelo inaugural del supersónico Concorde, lo hicieron con Moët Impérial servido con un primer plato de caviar Sevruga.

La música y el champagne fueron el maridaje perfecto cuando Studio 54 abrió sus puertas en 1977 y Moët Impérial celebró el estilo de vida más extravagante de Nueva York, ya que, a lo largo de los años, estrellas de primera categoría del mundo del cine, la música o la moda, como Woody Allen, Jerry Hall, David Bowie, Lauren Bacall y Diana Vreeland pasaron por la cuerda de terciopelo del legendario club nocturno.

El padre del arte pop, Andy Warhol, quien documentó la deslumbrante vida nocturna de Nueva York con retratos en blanco y negro de sus amigos celebrities capturados por su propia cámara, a menudo se fotografió en compañía de dichos famosos compartiendo una botella de Moët Impérial. En 1978, Catherine Deneuve, en su exquisita elegancia francesa, posaba sosteniendo una copa de enormes dimensiones mientras se servía Moët Impérial en el Club 78 de París.

En 2006, Moët Impérial celebró el 120 aniversario de la Estatua de la Libertad y también marcó importantes hitos personales cuando, por ejemplo, fue elegido para festejar el 40 cumpleaños de Paul Newman en compañía de su familia y amigos.

Moët Impérial saltó por primera vez al escenario deportivo como símbolo de celebración cuando en 1967, Dan Gurney, ganador de las 24 Horas de Le Mans, roció champagne desde el podio de manera espontánea, comenzando una tradición que perdura a día de hoy en los podios de carreras de todo el mundo. El piloto de carreras Jackie Steward tomó el relevo para perpetuar esa tradición con un spray de Moët Impérial para celebrar su propia victoria en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1971.

En 2007, cuando la Maison patrocinó por primera vez la Copa América, Moët Impérial brindó por el espíritu de la deportividad en mar abierto, un espíritu que pervive hoy en las pistas de tenis a través del embajador de la marca, Roger Federer, en una asociación perfecta de dos legendarios iconos de estilo atemporal y éxito global.

Desde 1992, cuando ocupó el primer lugar en los Golden Globes Awards, el champagne insignia de Moët & Chandon celebró los logros de la realeza de Hollywood y creó memorables momentos que pasaron a la historia cinematográfica. Décadas antes, las estrellas de la gran pantalla fueron capturadas en fotografías que compartían sus momentos “de cine” con Moët & Chandon. En 1955, la actriz francesa Dany Robin fue una de las primeras estrellas de cine fotografiada tomando una copa de Moët Impérial. A partir de la década de 1960, Cannes se convirtió naturalmente en un nuevo escenario para Moët Impérial cuando se fotografió a las leyendas del cine Kim Novak y Cary Grant brindando con una botella de Moët Impérial en una cena repleta de estrellas en la Riviera francesa. Décadas más tarde, Monica Bellucci, la emblemática estrella italiana, firmó una botella de gran tamaño de Moët Impérial en un evento caritativo iniciado por la Maison en Cannes.

En pantalla, Moët Impérial ha jugado un papel protagonista en algunas escenas inolvidables de la historia del cine. En Pretty Woman, la moderna Cenicienta de la película descubrió el placer de sumergir una fresa en un vaso de Moët Impérial. En El Diablo viste de Prada, el audaz y brillante Andy Sachs celebró su éxito de la semana de la moda en París con Moët Impérial. En el tributo más grandioso hasta el momento, la escena de la fiesta en El Gran Gatsby culminó con Jay Gatsby brindando con una copa de Moët Impérial. En 2009, Scarlett Johansson se convirtió en la primera estrella de Hollywood en honrar a Moët & Chandon con su imagen como embajadora de la Maison.

Moët Impérial, capturando la esencia de la región de Champagne

Los enólogos de Moët & Chandon se esfuerzan día a día por elaborar el Moët Impérial en honor al producto excepcional de su terroir. Como tal, Moët Impérial siempre ha sido una mezcla bien equilibrada que refleja la diversidad de los viñedos de la región, con un generoso tercio de Pinot Noir, otro de Meunier y un tercio menor de Chardonnay, en una dosis limitada a 9 gramos por litro.

A pesar del siempre cambiante sabor de las uvas en cada cosecha, los enólogos de la Maison francesa elaboran Moët Impérial siguiendo un estilo que combina de manera consistente tres elementos esenciales: una brillante luminosidad, un paladar seductor y una elegante madurez, todas características distintivas de la firma.

El carácter frutal deslumbrante de Moët Impérial, derivado del sabor natural de las uvas, se traduce en un champagne que ofrece la misma calidad natural en cada sorbo. “Creemos en una enología personalizada y adaptable con una intervención mínima para preservar la diversidad natural de las uvas, viñedos y añadas; no forzamos la naturaleza, la guiamos”, explica Benoît Gouez, el Chef de Cave de Moët & Chandon y el guardián del know-how ancestral que distingue la elaboración del vino de Maison.

Su paladar seductor evoca cualidades sensuales y misteriosas, a la vez ligeras y generosas, abundantes y frescas, que provienen de un delicado balance de sabores que resulta de la elaboración a medida de Moët Impérial.

La suave y generosa capa de su elegante madurez agrega un sentido de abundancia que resulta del proceso de fermentación y el contacto del vino con la levadura, creando la experiencia de placer único que se obtiene al tomar Moët Impérial.

La elaboración del vino en Moët & Chandon es tanto un oficio como un arte. Es el resultado de un savoir-faire propio, transmitido a lo largo de los siglos y perfeccionado en manos de sucesivas generaciones que han confiado en su sentido y sensibilidad, aplicando tecnología moderna y tradición ancestral, para crear un champagne que, a pesar de una naturaleza en constante cambio y las volubles cosechas, se mantiene fiel a un sabor distintivo, reconocible y amado a partes iguales.

Aun así, el logro más importante de Moët Impérial, según Benoît Gouez, es que el icónico champagne que él mismo perfecciona cada año con "alma y sensibilidad" es pleno y delicioso. “Elaboramos un champagne que refleja la grandeza y riqueza que proviene de nuestras tierras y nuestros conocimientos técnicos. La elaboración delicada y sutil de Moët Impérial lo convierte en un champagne que es delicioso pero accesible, y adecuado para todas las estaciones y momentos".