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Un sistema de economía circular convierte emisiones de CO2 en gas para uso alimentario


Carboneco, filial de recuperación, reciclaje y comercialización de CO2 alimentario de Grupo Neoelectra, ha duplicado la capacidad de almacenamiento de su planta de cogeneración de Aliaga (Teruel), que ha pasado de 200 a 400 toneladas de almacenaje gracias a la instalación de dos nuevos tanques de 100 toneladas cada uno.

Estas nuevas instalaciones permitirán que, aun en época de baja demanda, no se interrumpa la recuperación y purificado de emisiones de CO2 de la planta, recuperándolas y convirtiéndolas en CO2 alimentario de alta pureza, que se usa en la elaboración de bebidas carbónicas como los refrescos o la cerveza, la conservación de alimentos, así como otros productos como hielo seco o gases medicinales, además de para numerosos procesos y usos industriales.

El procedimiento se basa en la recuperación del CO2 emitido por los procesos de cogeneración de energía eléctrica y térmica de la planta. Este gas se somete posteriormente a un sistema de purificación, lavado y secado, para obtener un CO2 de una pureza superior al 99,9 %.

Tal como destaca Guillem Borràs, director de Carboneco, el principal objetivo de esta ampliación es poder recuperar el máximo de CO2 de los procesos de producción: “el aumento de la capacidad de almacenaje nos permite no tener que interrumpir el proceso de recuperación cuando los primeros tanques están llenos, así como aumentar al doble la oferta
de este producto para abastecer la demanda de nuestros clientes”.

Con los dos nuevos tanques de almacenaje, la planta de Carboneco puede conservar hasta 21.000 toneladas de CO2 alimentario al año. “En caso de descenso de demanda, este aumento de capacidad de almacenamiento garantiza que puede continuarse la recuperación de CO2 aunque en ese momento no vaya a ser distribuido”, explica Borràs.

Máximo aprovechamiento de las plantas de cogeneración

Este sistema, desarrollado a partir de un proceso especial patentado por Carboneco, es aplicable en prácticamente cualquier planta de cogeneración. De este modo, la planta, además de producir calor y energía para usos industriales de manera eficiente y sostenible, recupera una parte de los gases emitidos para convertirlos en un nuevo producto, cumpliendo así con los requisitos fundamentales de reducción, reutilización y reciclaje que caracterizan la economía circular.

Tal como destaca Borràs, “el resultado es que un volumen de gases que de otro modo se emitiría a la atmósfera se convierte en un producto básico y muy necesario para la industria alimentaria”.

Sin embargo, el experto destaca que sería importante replantear el tratamiento regulatorio de este proceso, ya que la legislación actual no considera la recuperación de este CO2 como un descenso de las emisiones de la planta de cogeneración: “el CO2 recuperado se contabiliza como emisiones en las cifras oficiales, cuando en ningún momento se emite a la atmósfera y, además, se recupera y se reutiliza”.