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Los 10 mitos sobre la alimentación vegetal que los españoles aún se creen

La alimentación vegetal gana adeptos cada día en España, a favor de la salud y del medio ambiente, pero todavía son muchas las creencias falsas que persisten, tal y como demuestra el estudio “Alimentación vegetal: mitos y realidades”, llevado a cabo por la marca de margarinas vegetales Flora entre más de 2.000 ciudadanos. La dietista-nutricionista Ana G. Cantos, experta en nutrición clínica y coaching nutricional, desmonta los mitos alimentarios más populares en España:

1- La carne roja es una proteína necesaria para el correcto funcionamiento del metabolismo:

Creencia errónea que comparten cerca del 35% de los españoles y que, curiosamente, está más extendida entre la población más joven, de entre 18 y 24 años. La nutricionista Ana G. Cantos la desmiente: “Ningún alimento es imprescindible, todo depende del conjunto de alimentos presentes en la dieta”. Y añade: “Podemos encontrar proteínas completas en una amplia variedad de alimentos de origen vegetal como la soja, los garbanzos, los pistachos, la quinoa, las semillas de cáñamo o el amaranto”.

2- No consumir lácteos provoca un déficit de calcio:

Así lo afirma el 45% de los encuestados, situándose como uno de los mitos más populares entre la población española. Ana G. Cantos explica: “el calcio se puede obtener de fuentes vegetales como el brócoli, la col Kale y col rizada, la coliflor, el repollo, los garbanzos o las alubias, las almendras o las semillas de sésamo”. Y para asegurar la correcta absorción del calcio, comparte varios consejos: “Remojar las legumbres antes de cocerlas para eliminar los fitatos, o cocinar la hoja verde para reducir el contenido el oxalato, permitirá disminuir la actuación de los ‘secuestradores del calcio’ y contar así con unos huesos fuertes”.

3- Una dieta vegetal puede provocar falta de vitaminas y nutrientes esenciales:

Cerca de la mitad de los españoles (48%) todavía asocia una dieta vegetal con una alimentación incompleta. Ana G. Cantos desmiente este bulo y apunta a la alimentación arcoíris como guía para asegurar que en el plato nunca falten nutrientes ni vitaminas: “Buscar los colores es la manera más eficaz para incorporar vitaminas y antioxidantes en la dieta. Las frutas y verduras son, precisamente, los alimentos más ricos en estos nutrientes, y en los que el color abunda, a diferencia de la carne, los lácteos o el pescado”.

4- Una dieta basada en productos vegetales es más cara que una dieta mixta:

“Absolutamente falso”, asegura con rotundidad la dietista-nutricionista, a pesar de que casi 5 de cada 10 españoles así lo piensa.La carne, el pescado o el marisco son mucho más caros que los vegetales. No podemos comparar lo que cuesta un kilo de legumbres que no llega a 1€, frente a los 10€ que puede costar un kilo de carne o pescado y entre las gamas más asequibles”.

5- Una dieta que incluye carne, pescado, lácteos y huevos es más saludable que una dieta basada en productos de origen vegetal:

Una creencia que comparten más del 60% de los encuestados, y que la experta matiza: “En general, a la gente le resulta más sencillo porque es la dieta que conocen, pero una dieta vegetal puede ser totalmente sana y equilibrada. Es importante dejarnos asesorar por un profesional para asegurarnos que, sea cual sea nuestro tipo de alimentación, nuestro cuerpo reciba todos los nutrientes y vitaminas que necesita acorde con nuestro estilo de vida”.

6- Las alternativas vegetales son productos altamente procesados:

Para Ana G. Cantos se trata de un mito con el que los nutricionistas se encuentran a diario, y que es compartido por el 22% de los encuestados:Podemos llevar una alimentación omnívora saludable o muy insana y llena de productos ultraprocesados. De igual forma, una alimentación vegetariana o vegana puede no estar equilibrada si no seleccionamos los productos adecuados. Debemos priorizar el consumo de productos con ingredientes naturales y saludables”.

7- Una dieta basada en alimentos vegetales no incluye el consumo de carne, pescado o lácteos:

El estudio demuestra el desconocimiento generalizado que hay en España sobre la alimentación basada en productos vegetales. Una dieta basada en alimentos vegetales es una dieta muy rica y variada, y es aquella alimentación que prioriza los alimentos de origen vegetal, pero no es una dieta excluyente, sino muy variada y con amplios beneficios tanto para la salud como para el planeta”, puntualiza la nutricionista.

8- La mantequilla de origen animal es más sostenible que las cremas de untar vegetales como la margarina:

El 60% de los encuestados no conoce que las alternativas vegetales, como la margarina o las alternativas a la nata, tienen menor huella de carbono que lácteos como la mantequilla. Ana G. Cantos explica: “hay amplias evidencias y estudios que han demostrado que el impacto ecológico de la producción animal es mucho mayor que los productos de origen vegetal”. Así lo evidencia, por ejemplo, la Investigación sobre el Análisis del Ciclo de Vida (ACV) llevado a cabo por Quantis para Upfield en el que se demuestra que, en España, la margarina vegetal tiene una huella ambiental 68% menor que la mantequilla láctea, y su producción es mucho menos intensiva, tanto en el uso de la tierra (39% menos), como en el consumo de agua (67% menos).

9- La margarina es un producto muy procesado y no es natural:

Esta es una de las principales creencias en torno a la margarina y mito que el 66% de los encuestados cree de forma errónea. Según la nutricionista, “existe esta concepción falsa de que los productos vegetales no son naturales, y nada más lejos de la realidad”. Y añade: “Un producto procesado no significa que no esté hecho con productos naturales, sino que se refiere a que los ingredientes han tenido que pasar por un proceso de transformación para obtener el producto final. En este sentido, es importante leer las etiquetas para asegurarnos que los ingredientes son naturales y saludables”.

10- La margarina contiene grasas trans:

A pesar de que el 43% de los encuestados así lo piensa, la nutricionista aclara que no es cierto, dado que, si no han pasado por un proceso de hidrogenación, no contienen grasas trans. Según datos de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, “las margarinas no constituyen una fuente significativa de grasas trans, puesto que la mayoría tienen un contenido inferior al 1%”.[1] La OMS alerta, además, de que las grasas trans industriales y animales tienen el mismo efecto nocivo para la salud y se han asociado al aumento del colesterol malo o LDL, factor de riesgo para las enfermedades cardíacas y cerebrovasculares[2]. En el caso de Flora, desde hace más de 20 años se eliminó el proceso de hidrogenación parcial y las margarinas ya no contienen este tipo de grasas. “Es importante conocer cómo está elaborado el producto y los ingredientes que lleva”, insiste la nutricionista.  

Jordi Fàbregas, director general de Upfield en España, comenta: “El estudio pone de manifiesto que, a pesar de que la nutrición se ha convertido en un tema de actualidad y hay mucha información disponible, todavía hay creencias populares falsas que pasan de generación en generación y que perduran en el tiempo”. Y añade: “La buena noticia es que, a pesar de estos mitos, la alimentación vegetal sigue ganando peso en España y esta nueva tendencia tiene un impacto muy positivo y amplios beneficios tanto a nivel de salud como a nivel medioambiental”.