1- Duerme más y mejor.
El primer paso para ser una persona madrugadora, comienza con un sueño reparador. Los españoles dormimos menos que la media europea y de peor calidad, sin embargo, cambiar la rutina antes de acostarse tiene beneficios a medio y largo plazo: cenar siempre dos horas antes de dormir o dejar los aparatos electrónicos a un lado (móviles, Tablet, ordenador), ya que la luz azulada que proyectan llega a suprimir la síntesis de la hormona del sueño, la melatonina2.
2- Comienza el día con un desayuno inteligente.
Durante la noche, nuestro metabolismo reduce los niveles de azúcar hasta el mínimo, con lo que a primera hora del día es importante equilibrarlo mediante un desayuno energético. ¿Las claves para un desayuno perfecto? Proteína, fruta y/o verduras y cereales integrales. Para aquellas personas que necesitan sí o sí su dosis de café nada más levantarse, un consejo es acompañarlo de leche sin lactosa, para aportarle a la bebida proteínas y calcio, además de ser más ligera.
3- Ten todo planeado el día anterior.
Es importante evitar “problemas” o entorpecimientos de buena mañana, para seguir con la rutina. Por ejemplo, preparar la noche anterior cosas como la ropa del día siguiente, la bolsa del gimnasio y el tupper para la comida, favorecerá tomarse la mañana con un respiro, e invertir ese tiempo extra en hacer ejercicio, leer o simplemente, disfrutando de un buen desayuno. Procrastinar no entra en el vocabulario de una persona madrugadora.
4- Crea una rutina.
Implementar una rutina por las mañanas, predispone a nuestro cerebro a hacer algo, es decir, al igual que en el gimnasio, sabemos cuáles son los pasos o tareas que hacer antes de salir por la puerta, con lo que estamos más predispuestos a levantarnos temprano. Otra buena forma de levantarse temprano y de buen humor, es establecer una rutina por las noches: leer siempre antes de acostarse junto a un vaso de leche caliente, lo que permitirá avisar al cerebro de que es hora de dormir.
5- La importancia de la luz matutina.
Nuestro cerebro está muy ligado a los cambios de luz, ya que condicionan las distintas etapas del día (mañana, tarde, noche), preparándolo para adaptarse a cada ambiente y momento (nos relaja, nos mantiene concentrados, etc.). De esta forma, para despertarse de forma natural e incluso sin despertador, conviene recibir luz natural por las mañanas, por ejemplo, colocando la cama cerca de la ventana.
6- Estrategias para despertarse.Si los anteriores pasos todavía no funcionan, al menos a corto plazo, existen pequeños trucos que consiguen activarnos de par de mañana. Por ejemplo, forzarnos a salir de la habitación (para ir al baño o beber un vaso de agua), hacer la cama, poner música e incluso realizar estiramientos para activar el cuerpo después de 8 horas acostado.
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