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Veinte años rompiendo las reglas del vino


Aunque la zona de Cigales (Valladolid) es conocida tradicionalmente por sus vinos “claretes” (típicos del norte de España y elaborados con una buena proporción de uva blanca), el espíritu visionario de Carlos Moro fue el germen para crear Valdelosfrailes, una bodega de nuevo cuño dedicada a la elaboración de tintos con Denominación de Origen Cigales.

Hace 20 años era un proyecto arriesgado, pero ha supuesto uno de los grandes hitos de las Bodegas Familiares Matarromera. Su éxito ha sido corroborado con el reconocimiento Baco de Oro en diferentes ocasiones. Además, los tintos de Valdelosfrailes acumulan galardones internacionales como La Gran Medalla de Oro de Bruselas, el concurso de vinos más prestigioso del mundo. Pero su rosado también ha dado alegrías; el año pasado, su variedad Rosé fue incluida en el top 100 de la prestigiosa revista de vinos Wine Spectator.

La bodega, de estilo francés chateau, supone un bucólico escenario en las rutas enológicas que invitan a los turistas a conocer los famosos vinos con Denominación de Origen Cigales. Es precisamente esta bella estampa la que se ha elegido para el nuevo diseño de la etiqueta, poniendo de relieve el rasgo principal de este tipo de bodegas: su localización en medio de los viñedos.

La gama de vinos de Valdelosfrailes está compuesta por tres vinos procedentes de diferentes viñedos D. O.  Cigales.

Crianza: Proviene de parcelas donde las condiciones del suelo obligan a la viña a soportar un estrés hídrico prolongado en verano, del que se obtienen producciones muy bajas, logrando así un vino con un característico toque mineral que combina con los matices frutales de la Tempranillo y los tonos de madera tras los 12 meses que pasa en barricas de roble francés y americano. Presenta aromas de fruta ácida de arándano y mirto, en perfecto equilibrio con elegantes toques de café torrefacto y regaliz del roble americano.

Pago de las Costanas 2006: Estas viñas se vendimian a mano en un triple proceso de selección: primero en viñedo, después en racimo y, por último, grano a grano. Se trata de un suelo muy pobre que da una producción muy limitada. Racimos y uvas de pequeño tamaño que aportan su carácter diferenciador. Un tempranillo muy complejo con muchos matices.

Reserva: Se elabora únicamente de las mejores añadas a partir de los viñedos más viejos. Una cuidada vendimia en cajas y en bodega antes del encubado de la uva entera, donde macera en frío antes de la fermentación a temperatura controlada, proporcionando una gran complejidad aromática con una carga tánica contenida. El vino se somete a una larga crianza de mínimo 14 meses en barrica nueva. Termina de redondearse en botella durante al menos otros dos años más, resultando un vino sorprendente, complejo, elegante y equilibrado.  Son característicos los aromas de fruta negra madura de arándano, con elegante concentración de tinta china, tipicidad de un vino procedente de parcelas sicíleas de viejos añedos.

Rosado: Es un vino fresco, vivo y equilibrado. Su controlada fermentación hace emerger la intensidad de la fruta con tonos florales y aromas de frutas frescas del bosque, como grosella o zarzamora, resultado de la fermentación a muy baja temperatura.

Carlos Moro, propietario de la bodega, ha sido un destacado precursor de la Denominación de Origen Cigales, prescribiendo la zona como una de las de mayor valor vitícola y enológico y apoyando la incorporación de otros grupos bodegueros.

Sobre la bodega

Carlos Moro toma el testigo de una herencia vitivinícola de larga experiencia en las zonas de Cubillas de Santa Marta y Valoria la Buena. Valdelosfrailes debe su denominación a una de las parcelas familiares que recibía ese mismo nombre. Se encuentra situada en lo que históricamente era la zona de influencia del Monasterio de Palazuelos, del primer tercio del s.XIII. La estrecha relación con el cultivo de la viña y la elaboración del vino que ha caracterizado a los frailes es probablemente el origen del nombre de la finca.