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CIDE presenta el II Informe del Observatorio de Descarbonización Rural

CIDE ha presentado la segunda edición del Observatorio de Descarbonización Rural, una iniciativa para medir el papel del medio rural en la transición energética. Los datos del II Informerealizado en colaboración con Deloitte, constatan que la transición energética evoluciona en dos velocidades, ampliando la brecha urbano-rural. De esta manera, a pesar de su indudable contribución a los objetivos de descarbonización -evitando en 2021 la emisión de 44 millones de toneladas de CO2 equivalentes-, el medio rural no está percibiendo el retorno por parte de la sociedad.

Un año más, bajo el lema Observar para Comunicar, el Observatorio pone a disposición pública información de utilidad sobre el estado del proceso de descarbonización y su evolución a través del análisis de los siguientes ecosistemas:

Principales Ecosistemas

En esta nueva edición, aún más ambiciosa, se ha profundizado en cada uno de los ecosistemas, donde se han identificado nuevas tendencias y retos para el medio rural sobre los que dar respuesta:

  • Más de un tercio de las empresas rurales conocen su huella de carbono, sin embargo, únicamente el 2% participa en medidas de reducción de la huella de carbono. A pesar de que existe un grado de participación limitado, especialmente en las empresas rurales, sí existe un crecimiento en el medio rural del interés en participar en este tipo de iniciativas.
  • Durante el año 2021, ha aumentado el número de vehículos eléctricos aproximadamente en 37.000 unidades. Aún así, esta cifra se mantiene muy por debajo del objetivo de 5 millones de vehículos eléctricos establecido por el Gobierno para el año 2030. Se presenta una oportunidad para la electrificación del envejecido parque automovilístico rural, donde el 80% de los vehículos susceptibles de electrificar tienen más de 10 años.
  • La penetración del autoconsumo experimenta una tendencia positiva en los consumidores rurales, especialmente en el caso de los usuarios domésticos, llegando a duplicar el número de instalaciones respecto el año anterior. El consumidor rural comienza a notar los beneficios del autoconsumo en términos económicos. Aproximadamente el 40% de los consumidores eléctricos rurales con autoconsumo perciben ahorros superiores al 20% en su factura eléctrico.  

El consumo eléctrico en los hogares rurales respecto al año pasado sigue siendo inferior a la media española en aproximadamente un 20%. La brecha energética entre la población rural y no rural no es casual, la barrera principal es la desigualdad económica. Una menor renta en un hogar implica un menor grado de electrificación de usos energéticos más eficientes y sostenibles, lo que supone mayores costes y menor bienestar en las familias rurales.

¿Estamos haciendo lo suficiente? 

Durante el acto de presentación del II Informe, en el que se dieron cita más de 100 profesionales, representantes de la administración y asociaciones sectoriales, Gerardo Cuerva, presidente de CIDE destacó el esfuerzo que se viene realizando desde todos los agentes implicados. Sin embargo, los datos llaman a la reflexión: ¿estamos haciendo lo suficiente? 

“Cabe recordar la pertinente promesa de “no dejar a nadie atrás” en este camino. No nos lo podemos permitir. La transición ecológica puede ser, y ha de ser una oportunidad para el mundo rural”, afirmó. En este sentido, el II Informe del Observatorio también incluye propuestas concretas de mejora que permitan al medio rural impulsar y beneficiarse a partes iguales del reto de la transición energética.