¿Por que el creador de una ginebra es un alquimista? La respuesta la tenemos destilada en el cristal negro de la botella de Brockmans, oscuro objeto del deseo que desprende misterio.
La vocación británica al viaje es probablemente la explicación de una mezcla de sabores cuyo origen reside en tierras lejanas. La elaboración de Brockmans funde cuidadosamente botánicos como la corteza de casia de Indochina, las raíces de angélica de Sajonia, el regaliz de China, a las vivas notas a cítricas y savia del coriandro de Bulgaria.
La maceración de estos elementos, como un lento descanso tras un largo viaje, confiere a este refinado destilado inglés notas floreales a violetas equilibradas por matices terrosos y secos de la propia baya de enebro.
Toda alquimia tiene sus reglas, por eso la elaboración de un gin-tonic perfecto pasa por un ritual donde los frutos negros como los arándanos azules y el pomelo rosa son elementos imprescindibles para proteger y potenciar ese sabor que diferencia Brockmans de cualquier otro gin.
Andy Hill, ( director creativo de Brockmans ) y Philip Silcock ( fotógrafo y realizador ) trasladan sensualidad y fotofobia a un cortometraje que marca la identidad estética del producto. Su ritmo juega con el artificio teatral apostando por una historia llena de adrenalina, donde todo se lleva hasta el límite para desembocar en una charada envuelta en la luz intensamente negra de la noche.
La marca inglesa que acaba de desembarcar en el mercado español rompe los rígidos dictámenes del mundo de los London Dry Gin proponiendo un producto único y versátil, que según el reputado perfumista y consultor de olfacción para vinos Alexandre Schmitt, “Consigue una inspirada y original combinación de sensaciones en la boca donde persisten los matices más profundos y sensuales, proporcionando a Brockmans su particular equilibrio, complejidad y sabor único ”. https://www.youtube.com/watch?v=UeAaTKC-uo0