El 25% de las ciudades europeas superan con creces el dióxido de nitrógeno permitido en el aire, algo que se aprecia especialmente en ciudades como Madrid o Barcelona, por ejemplo. Lo cierto es que estos niveles de polución son tremendamente para nuestro organismo y nuestra piel.
De hecho, especialistas como Gloria Montero, de Medik8, afirman que “Acelera el envejecimiento natural de nuestra piel al dañar la barrera natural protectora y rompe el equilibrio de los valores nutritivos e hidratantes. Las pieles expuestas a la contaminación tienden a mostrar un tono apagado y con imperfecciones, aumentando las flacidez y las arrugas”.
Pero si no hay otra opción de vivir en urbes y si, por ejemplo, siempre soñaste con ser Carrie Bradshaw en la ciudad de Nueva York, tienes que saber que los taxis pasan factura y no solo la del trayecto. La contaminación en las grandes urbes es como una poderosa nube transparente, que no se ve, pero se nota y queda cincelada en tu piel con el paso del tiempo. Sus principales secuelas son acné, manchas, tez apagada, tono amarillento y líneas de expresión y arrugas más marcadas. Además, dichos problemas tienen especial incremento durante la época invernal, y no porque haya mayor contaminación, sino porque la bajada de las temperaturas hace que la capa más superficial de la piel se deteriore facilitando la entrada de sustancias toxicas a través de los poros.
“Para combatir este problema es esencial limpiar en profundidad el rostro la cara por la mañana y por la noche con el producto adecuado para nuestra piel. Además, debemos utilizar un protector de amplio espectro que frene la entrada de los radicales libres, hidratar el rostro de manera continua y diaria para mantener la barrera de la piel intacta y utilizar un producto especial anti-polucción que reduzca los síntomas del envejecimiento prematuro.”- explica Gloria Montero, Training Manager de Medik8.
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