Ubicado a pie de playa, el hotel propone comenzar el día con un desayuno servido en la cama mientras se contemplan sus insuperables vistas al mar. Un pequeño menú compuesto por croissants de mantequilla recién horneados, yogurt de cabra con miel y nueces, fruta de temporada, huevos benedictinos y creps con chantilly y fresas. Como bebida, no pueden faltar un buen café y un zumo de naranja recién exprimido.
Después de este homenaje, nada como comenzar la tarde con una sesión relajante en la que reponer fuerzas y desconectar de la rutina diaria. Para ello, el hotel cuenta con el Centro Thalasso y Spa con más de 50 cabinas para tratamientos faciales, masajes, hidroterapia y, en definitiva, para el bienestar. Para parejas, este centro ofrece ‘Signature Yaiza Diamont’, una terapia global donde cuerpo y mente alcanzarán un estado de paz.
Para terminar el día, su restaurante Isla de Lobos ha creado un menú especial compuesto por un aperitivo de caviar y ostras, como entrante pato escabechado con mandarina ahumada y almendra tierna y, como principales, bogante con caldo costero y citronela o su ternera lacada con chirivía y cacao. La propuesta culmina, como no podía ser de otra forma, con fresa y champán como postre.
EL hotel propone comenzar el día con un desayuno servido en la cama mientras se contemplan sus insuperables vistas al mar. Un pequeño menú compuesto por croissants de mantequilla recién horneados, yogurt de cabra con miel y nueces, fruta de temporada, huevos benedictinos y creps con chantilly y fresas. Como bebida, no pueden faltar un buen café y un zumo de naranja recién exprimido.
Después de este homenaje, nada como comenzar la tarde con una sesión relajante en la que reponer fuerzas y desconectar de la rutina diaria. Para ello, el hotel cuenta con el Centro Thalasso y Spa con más de 50 cabinas para tratamientos faciales, masajes, hidroterapia y, en definitiva, para el bienestar. Para parejas, este centro ofrece ‘Signature Yaiza Diamont’, una terapia global donde cuerpo y mente alcanzarán un estado de paz.
Para terminar el día, su restaurante Isla de Lobos ha creado un menú especial compuesto por un aperitivo de caviar y ostras, como entrante pato escabechado con mandarina ahumada y almendra tierna y, como principales, bogante con caldo costero y citronela o su ternera lacada con chirivía y cacao. La propuesta culmina, como no podía ser de otra forma, con fresa y champán como postre.